Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Las diez películas del Óscar

cisne negro

Cisne negro. Con cinco nominaciones, el premio para la impresionante Natalie Portman como mejor actriz es casi un hecho. Darren Aronosfki debería ser el mejor director, aunque quizás sea demasiado arriesgada su propuesta para que la Academia se lo otorgue. En esta cinta, que es a la vez un sueño y una pesadilla, tan negra y blanca como los lados de una moneda que no se miran y a la vez están unidos, Portman interpreta a una bailarina de ballet que quiere el papel principal del Lago de los cisnes. Su obsesión por la perfección le quita toda espontaneidad. Ideal para ser el cisne blanco, lucha contra una joven rival por ganarse el papel oscuro del cisne negro. Su obsesión se convierte en locura, en pesadilla, en rabia, en una trama perturbadora y compleja acerca del empecinamiento humano por alcanzar una imposible perfección. Una cinta que no deja dormir, que duele, incomoda y a la vez, una obra maestra.

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La red social. Una cinta bien realizada que obtuvo un gran impulso mediático por haberse atrevido a retratar el perfil de un ser vivo y presente en las vidas de casi todos: el complejo y solitario creador de Facebook, Mark Zuckerberg, en un momento en que la revista Time lo elegía tardíamente como personaje del año. Con ocho nominaciones, refleja el comportamiento de nuestra era. Su gran déficit es que a pesar de ser técnicamente bien hilada y de tejer una trama compleja con precisión, no logra acercar al público a ninguno de los personajes. Esa falta de sentimiento o de vínculo del espectador con sus protagonistas la hace una cinta grande en técnica y narrativa, pero débil en la memoria del espectador. Puede ganar el Óscar, pero no ganará la posteridad.

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Toy Story 3. Por segunda vez, Pixar tiene entre las grandes cintas del año una de sus creaciones animadas, después de Up. Y una vez más, de las ocho películas que ha realizado entre 2001 y 2009, estos genios del cine logran meter su producción entre las mejores del año en la categoría de animación, en la cual seguramente ganarán su sexto premio (sólo ha perdido Monsters frente a Shrek y Cars frente a Happy Feet). Aunque el jurado nunca le ha dado el gran premio a una cinta animada, las votaciones más altas de los críticos en 2010 fueron para Toy Story 3. Y hay argumentos sólidos que la ubican entre las mejores: Pixar creo un mundo de la total imaginación, conmovió e hizo reír con personajes fantásticos tanto a niños como adultos, y además con una historia redonda y casi perfecta. No ganará, pero quedará marcada en el recuerdo de millones en el mundo.

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El origen (Inception). La mayor película de culto que deja el 2010. Casi con seguridad no ganará, a pesar de sus ocho nominaciones, porque su apuesta resulta arriesgada y los jurados optarán por algo más convencional. Pero su propuesta consagró al director Christopher Nolan (Batman, Memento, The Prestige) como el nuevo gran genio del cine, generó millones de adeptos incondicionales, recaudó trescientos millones de dólares y muchos lo consideran, como en su momento fue Star Wars, el inicio de una especie de religión cinematográfica para las generaciones venideras. Además, este año consiguió ubicarse entre las diez mejores películas de la historia del cine, según la votación de cerca de trescientos mil usuarios a través del portal imdb.com. Ya ganó, aunque no gane en la gala, un sitial en la historia del cine, que es aún más difícil que llevarse el Óscar.

el discurso del rey

El discurso del rey. Una historia real sobre un asunto en apariencia secundario llegó a convertirse, en manos del director Tom Hooper, en uno de los perfiles más interesantes que se puede hacer sobre un personaje de relevancia histórica como el rey Jorge VI, quien afrontó la resistencia británica durante la Segunda Guerra Mundial. Su problema de tartamudez se convirtió en su mayor impedimento para gobernar, y no sólo reveló su miedo profundo al público y a su papel impuesto como líder, sino la manera en que no ser el primogénito lo condenó a un papel menor, y en cómo la rígida educación y la imposición de normas lo hicieron sufrir hasta privarlo de ser él mismo. Unas espléndidas actuaciones de Colin Firth (soberbio y tartamudo) y de Geoffrey Rush (irónico y agudo) son lo más inolvidable de esta cinta británica, ganadora de los Bafta y la más nominada en los premios Óscar.

127 horas

127 horas. Un montañista de actitud sobrada cae en un agujero en un cañón de Utah (Estados Unidos), y su brazo queda atrapado bajo una roca. Esa es la historia. Parece demasiado simple para una cinta nominada a seis premios, pero es justo su capacidad de narrar un drama terrible, una soledad tan intensa y una angustia y una sed crecientes los que llevan al espectador a permanecer pegado a la silla. Esta cinta de una hora y media parece breve gracias a la genial dirección de Danny Boyle (ganador del Óscar por ¿Quiere ser millonario?), a un meticuloso trabajo de edición que le da vitalidad y velocidad a la historia, y a un actor (James Franco) que se merece su nominación al premio mayor. Durante cinco días, Aron, el protagonista, permanece atrapado hasta que encuentra el doloroso y brutal coraje para salir de ahí, a costa de su propia integridad. Una escena duele hasta el alma. Las últimas imágenes dan cuenta de que por mucho que la sociedad promueva el individualismo, no estamos solos. Ni debemos estarlo.

el ganador

El ganador (The Fighter). Basada en una historia real, narra la vida de Micky Ward,  un boxeador capaz de soportar duras palizas y de ganar por golpes sorprendentes cuando menos se esperaba. Esta es, sin duda, la historia más humana de las nominadas, en el sentido de que narra la historia de un boxeador aplastado por el peso de la derrota y de los años que van pasando, pero también por la presencia asfixiante de una madre que maneja su carrera y se impone a los gritos (Melissa Leo, casi segura ganadora del Óscar como mejor secundaria), un hermano que habla sin parar y que se convierte en adicto al crack (Christian Bale, casi seguro ganador del Óscar como mejor secundario) y una novia que lo saca adelante enfrentándose a su familia y al boxeador mismo (Amy Adams, seleccionada al Óscar). Con siete nominaciones, en El ganador son tan fuertes los actores secundarios que opacan al buen Micky, quien sólo quiere que lo dejen entrenar y escapar de su propia familia que lo ahoga con su ruido y su manipulación. Errores, pasos en falso, ilusiones y fracasos son la materia prima de esta cinta honesta de una familia disfuncional que en medio de su locura busca amar al único capaz de sacar la cara por todos.

los niños están bien

Los niños están bien (The Kids are All Right). La cinta que debería haber dado paso a otras más acabadas como Más allá de la vida, La isla sinietra o Ciudad de ladrones. Sobre una pareja de lesbianas cuyos hijos deciden acudir para conocer quién fue el donante gracias al cual sus madres pudieron concebirlo. En ese momento entra Mark Ruffalo en la cinta, un sosegado personaje masculino que proporciona estabilidad a todos, y también pasión, y hace creer que la unión será posible en aquella familia cuyos personajes viven unos presos o de la histeria o de la rutina. La cinta funciona como un retrat ode las familias modernas, aunque el guión que parte de una idea inteligente, parezca mal finiquitado. Ruffalo es impecable, y Annette Bening hace bien su papel de mujer compleja. La cinta tiene en sus actuaciones su verdadero valor.

temple de acero

Temple de acero (True Grit). Si alguna palabra define a esta cinta nominada a diez premios Óscar es venganza. Eso es lo que quiere la pequeña Mattie (Hailee Steinfield), de catorce años, quien contrata al comisario más rudo de todos (Jeff Bridges) para que capture al asesino de su padre. En una cinta de los hermanos Coen, con todo su inesperado humor negro en medio de la muerte y la sangre derramada, la historia narra la persecución que emprende el comisario junto con el mariscal LaBoeuf (Matt Damon) para capturar al asesino y de paso, a otros que se le unen. Basada en el libro Coraje verdadero de Charles Portis, y distanciada de la cinta original que se rodó en 1969 con John Wayne en el papel principal, convence por sus locaciones, por el comisario que parece más un bandido y un pordiosero que un hombre de la ley, por su historia despiadada en la que todas las disputas las resuelven los tiros y las pistolas (el caballo se cansa: se le dispara; el médico no sale: se le dispara; aparece una culebra: se le dispara). Un filme del Oeste en su máxima expresión, en parajes tristes y desolados, en el que la venganza sólo resuelve el deseo de matar, pero no soluciona nada.

winters bone

Winter’s Bone. La mejor cinta independiente del año. Ganadora en Sundance y con cuatro nominaciones, presenta a una de las heroínas más interesantes del año pasado: una joven de 17 años que debe enfrentarse a una situación extrema y la resuelve con tino. A cargo de sus hermanos en un hogar en el que la mamá está mentalmente ausente y el padre se encuentra en prisión. Cuando le dicen que debe encontrar a su padre antes de una semana para no perder su casa, la joven emprende un viaje valiente que demuestra cómo su bondad y perseverancia prevalece por sobre los paisajes oscuros, la depresión y los criminales que esconden su humanidad. Una cinta que toca, profundamente.

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Biutiful. Adicionalmente se estrena esta semana esta cinta, nominada en las categorías de mejor película extranjera y mejor actor principal (Javier Bardem). Una cinta dura, no apta para todos los ánimos y menos para los depresivos, sobre las miserias del ser humano y la capacidad de los hombres de hundirse y hundir a los demás. Sin esperanzas, descarnada, dura hasta la saciedad, termina generando en el espectador la necesidad de salir a respirar y de convencerse de que aunque el mundo sí es así, de que aunque el mundo es doloroso y malvado, quizás todavía haya esperanzas en algún lado. En otro lado. Porque en la película definitivamente no las hay. Alejandro González Iñárritu, en esta bien hilada cinta, narra la vida de un hombre entregado a su oficio como rebuscador que se mueve entre trabajadores chinos explotados y senegaleses que venden sus artículos falsificados. Su matrimonio derruido, su habitación plagada de mariposas negras y humedad, los escenarios truculentos y un Bardem deshecho sobrecogen por su realismo. Una cinta que es como un puñal en el corazón, nada biutiful, pero sí muy de todos los días para millones que no tienen acceso a una vida mínimamente feliz.

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