Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

Todas las horas, tu hora

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Por: Ohr Ha’naor

Qué hipnotismo las embrutece para que se metan en esos pactos malignos con hombres que no tienen nada que ofrecer ni en el mundo material, ni en el mundo espiritual, ni en el mundo carnal. Nada que intercambiar.

Qué explicación existe para que siendo económicamente independientes, inteligentes, relativamente deseables y supuestamente modernas dediquen millones de días, algunas hasta toda una vida, viviendo en una infelicidad aplastante, con hombres que no solo no las merecen sino que las desprecian abiertamente.  Hay límites.

Cómo es que  se encarcelan en relaciones patológicas en las que cada día, ambas partes van apagando el brillo de los ojos del otro. Qué razonamiento inenarrable las anima a vivir en un mundo triste donde la fealdad y el hedor se apodera de todo. No es el amor.

En qué momento aceptaron que estaba bien, que era normal vivir con un enemigo detestable -a pesar de que sea buena persona en otros planos- en un ambiente malsano de irrespeto mutuo y desconfianza, desamor y  autodestrucción.  Fue un momento de sopor.

No es normal, está mal. Aceptar lo inaceptable es legitimarlo.

Despierta Mujer, todas las horas son tu hora.

 

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concepto fotográfico de Christian Schloe

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