Diana Marcela Patiño Osorio
Te vi aquella noche y de inmediato me provocaste
un sentimiento de desprecio.
Pero luego te vi. Si, te vi realmente y lograste tocar
hasta lo más profundo de mi ser.
Tus ojos me contaron una historia mientras intentabas
descifrar la mía.
Te vi. Vi cómo rosaste mi mano con la tuya,
intentando transmitir calor,
pues ese era el único contacto que nuestro ser podría tener,
aunque más que mi mano, tocaste, sin saberlo, todo mi cuerpo.
Te vi, cuando lograste desnudar tu alma para conversar
de esas heridas tan profundas que llevas en tu corazón;
Y me vi, definitivamente por fracción de minutos
me vi a tu lado, amándote, soñándote, creciendo juntos,
sanando tus heridas y tú sanando las mías,
me vi contigo y todo lo demás se paralizó.
Pero ahora ya no te veo,
Porque por más que lo sueñe eres parte del pasado.
Ya no estás más en mis visiones.
Ahora pienso que a veces es mejor ser ciego para no ver,
Porque cuando ves la realidad te das cuenta de que tu vida
es muy diferente a lo que VISTE.
Más de lloronas de abril en https://www.facebook.com/lloronasdeabril/?fref=ts
Fotografía de Kirsty Mitchell