Por: Paulina Palacios Narváez
Llegaste sin buscarte.
Te quedaste, sin pedírtelo.
Estabas, sin llamarte.
Planeabas un mundo junto a mí y me conquistaste sin permitírtelo.
Sutilmente, descaradamente, te metiste en mi vida; te compartí mi vida.
No sé en qué momento empecé a escribir sueños junto a ti y fui muy feliz.
Cuando encontraste lo que querías, abrupta y descaradamente, te alejaste de mí, sueños rotos, promesas sin cumplir, el dolor de buscarte y no encontrarte.
Confiaba en tu bondad y ahora sufro por tu mal sentir.
¿Cómo cambiaste?
Luché por encontrarte, o tal vez, recuperarte.
Pero no sé, si intenté recuperar lo que eres, o lo que alguna vez fuiste.
¿Quién eres en realidad?
¿Tú presente o tu pasado?
¿El que me enamoró o el que me traicionó?
¿Yo te alejé o te quitaste la máscara?
¿Cómo eres tú?
¿El que quiere un mundo junto a mí, o el que me aleja de ti?
¿Eres mi amigo o enemigo?
¿Fuimos o seremos?
Preguntas sin responder.
Decido darme un tiempo o tal vez, darte tiempo;
no te escribo, no te llamo; no te busco.
Aunque mi corazón te ama, te anhela y te espera.
Y en esta cruel espera descubro la realidad, prefieres mi ausencia, porque hay otra presencia.
Esto duele y es casi letal, eres malo y perverso,
Te amo y te detesto.
Más de Lloronas de Abril en
https://web.facebook.com/lloronasdeabril/
Concepto fotográfico de Xetobyte