Por: Milena Agudelo Trejos
Cuando tus ojos vean oscuridad, tu corazón está tomando la fuerza para iluminar. Déjalo que venza.
Tocar fondo no tiene que ser visto como una derrota. Ahí es donde puede un giro y renacer, o simplemente brotar del fango como lo hace una flor de loto.
El dolor, las lágrimas y la soledad son la demostración de nuestra debilidad humana. Pero al mismo tiempo, son el límite para decir basta; parar el llanto, reencontrarse consigo mismo, perdonarse y perdonar.
Cuando limpiamos nuestro interior, recobramos la capacidad de creer y confiar. Entendemos que los obstáculos son sólo piedras en el camino que debemos aprovechar para ser más valientes, levantarnos y continuar.
Porque la vida siempre tendrá luz y oscuridad. Así como necesitamos de la sal también del azúcar, porque un lado siempre complementará al otro.
¿Qué puedes perder, cuando llegas a un punto donde todo se detuvo y sientes que tu vida quedó en ceros, como una hoja en blanco?.
¿Qué puedes perder si decides tener el coraje para empuñar un lápiz y escribir nuevamente tu historia?
¿Qué puedes perder si tú decisión se basa en la calma, y simplemente, dejas que las cosas fluyan sin forzarlas ni analizarlas?
¿Qué puedes perder si decides empezar nuevamente hoy?
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