Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

Los pliegues del amor

Por: Pep Sanchis Costa

Estamos aquí por uno de esos desconcertantes misterios maravillosos del alma humana contra los que se estrellan la razón y la intuición.

Estamos hablando del amor, de esa llama repentina que se coloca ardiendo e invadiendo el corazón.

El amor es la poesía de la vida, el sentimiento más vital que existe.  No hay modelos, ni procesos, ni enseñanzas; se presenta de golpe, te invade y aprendes a deleitarte de la belleza de este mundo con infinitas sensibilidades.

El buen amor se vive porque se quiere, sin presiones ni contraprestaciones, se vive libre, lleno de confianza y de respeto entre las personas amadas. El amor es así, infinito, mágico, inesperado…para siempre. Si nos amamos sentimos la necesidad de mimar nuestra fragilidad hasta transformarla en una fortaleza; porque es ahí donde se ve la belleza, en las imperfecciones que nos hacen especiales; para luego adivinar y saber que el lugar más hermoso donde estamos, somos nosotros mismos.

Estamos aquí para tomar conciencia.  Vamos a crear un hogar, a dar un paso importante en nuestras vidas. Es la hora del combate. Ya no vale echarse hacia atrás. Vamos a practicar la vida íntima todos los días, con mucha generosidad y pocas recriminaciones. A terminar todos los pensamientos, todas las frases y todas las acciones; la vaguedad no puede existir en nuestras vidas.

Hagamos juntos el viaje, con nuestros recuerdos, deseos y abrazos. Busquemos en nuestro interior el espíritu bueno del amor y hagamos que todos los días sean especiales; con la cara de felicidad con que la vida nos premia, porque somos capaces de demostrarle a nuestro destino el apego que nos tenemos.

Es la esfera del tiempo que marca vuestras vidas. Nuestro destino somos nosotros.  Fracción de un segundo cuando nos buscamos en un beso y nos encontramos. Mientras tanto, planetas y estrellas se cruzan y de reojo se miran y marcan la buena luz de un maravilloso destino.

Hay que ser perspicaces en el combate hacia la vida deseada. Tener la inteligencia iluminada para luchar con fervor, humildad y perseverancia. Amor, deseo, pasión, alma, corazón, locura… todo es perfecto si se comparte. Necesitamos movernos con facilidad por los pliegues que crea el amor. Nos hemos encontrado en el camino cierto de lo incierto y con el gozo de llamarnos Mónica o Miguel, al lado de un amor que camina por el sendero de la luz y de los colores.

Nuestra vida necesita de música y caricias y abrazos, para que cada vez que pensemos en nosotros, aparezca una sonrisa y esa mirada que nos hace felices al ver al lado y sentirnos acompañados.

Seguir la voz de nuestro corazón es la mejor manera de vivir. El sitio adecuado para cada uno de nosotros, es aquel en el que nuestro corazón se siente como en casa: ligero y libre.

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