Por: Andrey Gutiérrez
Y aquí estoy.
Pidiendo que todo le salga bien. Tratando de pensarla sin poder sacarla, tratando de dormir, pero sin soñarla.
Aquí estoy nuevamente hablando conmigo mismo. Repitiéndome que ella tiene algo que asusta, que motiva.
Aquí estoy mirando una caja negra que es lo que me rodea, una oscura habitación que se ilumina al pensar en sus gestos, al recordar su sonrisa.
Aquí, sí!. Aquí y allá, donde quiera que vaya su presencia aún en ausencia.
Preguntándome cómo se hace para no sentirse así, perseguido por quien nada hace, pensativo en quien nada piensa, confundido por quien está tan claro.
Pero no importa, estamos conversando sin conversar, en silencio para poderla escuchar y con anhelos de ser parte, algún día, de sus diálogos internos.
No va a pasar, decía insistentemente y ahora estoy tratando de ganar la pelea del silencio que quiere gritar, a través de mis manos, que con voluntad propia escribe lo que mi interior clama mantener callado.
Siempre ahí, mujer ausente, tan retadora para invadir un universo que me anula.
De cuando acá te sientes con derecho de ingresar a mis sueños y pensamientos?
De cuando acá sé que despierto y no te veo?