Llega el día lleno de recuerdos, luego de esas horas es la que, lastimosamente, apareces solo en sueños.
Te extraño, tal vez no de la forma en que los dos quisiéramos.
Te pienso en medio de tu indeterminada ausencia.
Te escribo, sin intenciones de que me leas. Lo hago simplemente para no ahogarme con este interminable nudo en la garganta.
Sin duda, de una u otra forma la vida nos dice nos dice algo, por ahora inexplicable. Quizá mañana, en uno o dos meses, tal vez años.
No sé cuanto más dure este proceso. He tratado de ser fuerte, de mirar únicamente hacia adelante y dejar el pasado atrás, pero siento que no lo logro.
Recuerdos van y vienen. Pensamientos que se desbordan en las dudas. Emociones atadas a lo que ya fue.
Aterrizo en un desierto vacío como yo. No puedo abandonarme a mi misma. No veo esperanzas ni salidas a lo que llegará. Las ganas de hacerlo nunca faltan pero centrarme en el hoy es lo más difícil.
Tal vez no era el momento para una gran decisión como esas; lo sé, fue mi gran error.
Nadie sabe lo de los otros. Pueden hablar de amores y odios, pero la valentía de ponerle la cara a los verdaderos sentimientos es el acto más grande de fe.
Pensando en mi, sin dejar de pensar en otros. Pensando en ti, como siempre.
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