Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

El espejo de Alicia

Por: Adriana Patricia Giraldo Duarte

Me he tenido que hacer una imagen de ti, Alicia.

Me atacan unas fotografías recurrentes, que vinieron por algún motivo a hacer parte de este trozo de vida en el que me siento diferente, como saliendo de un túnel y viajando con mis propias lágrimas al lugar maravilloso que nos propones.

Pero quiero que sepas que soy solidaria, porque para mi, todas las mujeres tenemos el mundo imaginario y fantástico que defiendes, cuando superamos la angustia y la soledad que deja el olvido.

Somos iguales. Tenemos carácter y personalidad para enfrentarnos a esta realidad de poses divertidas y fotos comprometedoras, de pactos ocultos que no dicen nada de la esencia humana.

Imagino que ahora estás un poco perdida. Que quieres atravesar el espejo y recomponer tu estructura luego de la tormenta que te dejó sin piso para el amor.

Debes pensar que crecimos para verificar la inmundicia de la corrupción.

Pero quedamos de vernos de este lado del espejo, Alicia, donde realmente nos regocijamos en la mirada de mujeres reales, vivas, de fuego ardiente, que son las que sostienen los días.

Todas somos iguales. Un enigma por resolver. Una mirada que se pospone. Un laberinto por transitar. Un código por definir y marcar en un bosque de fantasía.

Quería encontrarme contigo, Alicia. Recordarte que el amor salva y libera, porque se aleja de las mentiras y las destrucciones, porque no sabe de destrozos y ruinas, sino de entregas, de retos para valientes, de libertades que apetecen y buscan una sola mirada, un solo cuerpo, un solo corazón.

El amor es un fénix que no se reduce a cenizas, que no deja que se evaporen los sueños. Es lo que sucede a partir de que te miras dos veces al espejo y percibes cuál es la única cura para todos los males.

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