Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

Que el corazón se sienta como en casa

Por: Pep Sanchis C.

Para los recién casados, Carlos y María del Carmen

La vida necesita de caricias y abrazos, de música y de amor.

Ante un momento tan decisivo es necesario librarse de prejuicios que conducen a errores e imprecisiones que durante siglos han dormido en el ser humano. Finalmente, van a encontrar la verdad suprema, que no es otra que la del vivir enamorado junto a la persona que se quiere compartir, respetar, confiar y sentirse libre, para hacer y deshacer con delicadeza y dulzura.

El amor fomenta la perspicacia y la bondad. Destierra la codicia, los hechos deshonestos, el mal y las más pérfidas traiciones. El hogar, la familia, el matrimonio lleno de amor, producen un cambio fundamental en las personas, fortalecen el sentido de la colectividad, fomentan la felicidad y la tranquilidad, sin que se mueva ni un solo instante del corazón de la persona amada.

La vida es dar y recibir, con sensibilidad y honestidad, sin olvidarse de la tolerancia.

Existe un verbo en nuestra cultura, fundamental para la felicidad: comprender. Porque quien comprende hace dichosa a su pareja y dichoso a sí mismo por entenderla.

Carlos, has encontrado esa mirada de quien sabe mucho pero no alardea sabiduría; de quien ha visto mucho, pero todavía tiene ganas de aprender de aquello que le hace feliz, que le hace pensar de otra manera más amorosa, que le hace sentir más vehementemente; de aquél que sabe querer y apreciar.

María de Carmen: el sitio adecuado para ustedes es aquel en el que el corazón se sienta como en casa, ya sea en Oliva o Galicia. Ustedes se han regalado cortesía y respeto, se han enamorado, y el amor es así: infinito, inesperado, mágico y excitante.

En el Mediterráneo, donde el uno besa y el otro pone la cara, en el paraíso sin complicaciones, donde la gente respeta y valora, el matrimonio es saber encontrar la geometría perfecta de la sonrisa, echarse de menos, tomarse con la mirada, tocarse con el corazón y saberse amado y querido, y si puede ser hasta el final de las vidas, mejor que mejor.

Sigan su corazón, aquél que se va a convertir con el tiempo en la más bella y gloriosa de las vivencias.

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