Lloronas de abril

Publicado el Adriana Patricia Giraldo Duarte

Color de media noche

 

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Adriana Patricia Giraldo Duarte

Me ayudaste a darme cuenta de que eran vínculos fugaces que pasaban desapercibidos por nuestras necesidades.

Siempre había una segunda intención, por lo que entendí que las urgencias podían esperar, porque mi urgencia era y sigues siendo tu, la fuerza que evita que me desborde la desilusión.

Tu mismo supiste que nos fueron acostumbrando a que teníamos que reaccionar.  Porque si, porque no, por si acaso venía una voz del enemigo, por si el contrario estaba dudando sobre su siguiente paso y nosotros debíamos conformarnos con perder.

Querían instalarse en nuestro estilo de vida para punzar cada que intentábamos apartarnos, porque funcionaba como una religión, como un veneno que se entrega en dosis mínimas, como una doctrina inyectada para adormilar el pensamiento.

Como hacía parte del discurso diario, el mensaje iba calando en la indecisión de muchos, porque era más fácil adaptarse a la comodidad diaria, resignando los sueños que una vez tuvimos de libertad.

Pero no lo lograron.  Finalmente, estábamos destinados a estar juntos.

Un día cualquiera dejaron de decirnos que debíamos funcionar como un ejército que escucha las señales, porque las alineaciones ya venían por generación espontánea.

Porque un día cualquiera, el mejor de los últimos tiempos, apareciste para ser el bálsamo de mi alma, la compensación de mis peticiones, mi voz de aliento cuando el mundo se nubla.

Apareciste para calcular sonrisas en un escenario real que crece con afectos cubiertos por medias de colores antes de las doce, cuando es el final de la jornada y solo tu me llenas de amor.

 

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Concepto fotográfico de Cristina Schloe

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