Liarte: diálogo sobre arte

Publicado el Lilian Contreras Fajardo

“Sindemia”: una obra sobre la opresión en la protesta social

“La obra se llama ‘Sindemia’ porque esa palabra representa el efecto social, político, económico y cultural que ocurre durante o después de una epidemia -o pandemia-, pues se sabe que todas las instancias sociales van a cambiar porque se pone en evidencia la fragilidad de la sociedad”, dice Voluspa Jarpa, quien la semana pasada inauguró en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MamBo) su exposición “Sindemia”.

En la muestra, la artista chilena recolecta y presenta experiencias sobre el fenómeno de la protesta, la resistencia y la rebelión contra múltiples violaciones sistemáticas de Derechos Humanos como mutilaciones, tortura o violencia sexual.

Sindemia” tiene como contexto la protesta social de Chile que comenzó en 2019 cuando el gobierno anunció que subiría el precio del pasaje del metro y que, con el paso de los meses, se transformó en una revolución social y política que logró que el gobierno comenzara en julio pasado la redacción de una nueva Constitución que remplazará la de 1980, promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet.

“Soy docente y dicto clase porque amo a la juventud. Creo que es mi deber como mujer adulta ayudar a los más jóvenes, es una vocación que tengo. Y sucedió el estallido social y vi cómo la policía maltrataba a nuestros jóvenes estudiantes y niños, me sentí muy culpable y muy impotente”, recuerda la artista, ardua investigadora de la historia latinoamericana del XX y XXI, y quien tiene como fuente de inspiración a Violeta Parra y la fotógrafa Paz Erráruriz.

Con “Sindemia”, Voluspa Jarpa ganó la primera versión del Premio Julius Baer que tiene como objetivo reconocer el trabajo e investigación de las artistas latinoamericanas. Esta nueva distinción bienal cuenta con la colaboración del MamBo, por lo que Jarpa extendió su investigación al contexto colombiano y “así comparar la forma en la que los gobiernos manejan la agitación social y las violaciones a los Derechos Humanos, las cuales frecuentemente quedan impunes”.

Situada en el tercer piso del museo bogotano, “Sindemia” le permite al visitante hacer un recuento de lo sucedido en Chile gracias a un gran muro que tiene en gran escala la bitácora de los hechos que comenzaron el 18 de octubre de 2019.

Para Voluspa Jarpa, la obra “Relato del estallido” recoge el estudio del fenómeno, pues también tiene dos televisores en los que se exhiben dos obras multimediales que sirven para generar memoria de lo que sucedió en la Plaza Dignidad (Plaza Baquedano). Un video exhibe la parte alegre y colectiva de la protesta, mientras que el otro le permite al espectador ver el lado más dramático, ese que quedó registrado en redes sociales y que se convirtió en la gran prueba de la violencia por parte del Estado.

Con colaboración de un astrofísico y un matemático, la chilena realizó 13 dibujos titulados “Estudios de la sindemia” que registran los cálculos matemáticos con las probabilidades que necesitaba la fuerza pública a la hora de disparar para impactar los ojos de los manifestantes. Hay que recordar que tanto en Chile como en Colombia la protesta dejó múltiples víctimas con ceguera parcial o total, según la Fundación Los Ojos de Chile y el Movimiento de Víctimas de Trauma Ocular de Colombia.

500 víctimas de trauma ocular en Chile, ¿es azaroso? ¿Fue algo premeditado para producir terror y por lo tanto intentar que declinara la manifestación?”, se pregunta Jarpa, quien en “Inmediaciones Plaza Dignidad” representa los lugares importantes en la ciudad donde se fue configurando la manifestación.

Las 500 víctimas que perdieron parcial o totalmente la visión inspiran la instalación más poética de la muestra, “Láseres X perdigones” en la que 500 esferas cuelgan del techo, como si fueran lágrimas, y se fusionan con un láser de color verde en alusión al que usaban los manifestantes para dispersar la atención de los policías. Cada perdigón tiene un número correspondiente al número de ojos que se perdieron en Chile.

Con «Sindemia» Voluspa Jarpa propone el ejercicio del arte como una acción anti-tachadura, en el sentido de generar conocimiento mancomunado y civil, que se tome el derecho al análisis, la denuncia y el relato. / MamBo

Otro muro del tercer piso del MamBo exhibe fotografías en gran formato de los árboles cerca de Plaza Dignidad que tienen huellas balas, mientras que en un extremo está la instalación “Troncos como cuerpos”, gigantescos tubos de cartón baleados.

El visitante que quiera conocer en detalle el abuso policial tanto chileno como colombiano puede detenerse a leer los “Informes DDHH” o escuchar los testimonios de víctimas de trauma ocular chilenos y colombianos quienes, además de narrar cómo les cambió la vida, hablan del futuro.

También puede ver el díptico (dos pantallas de video) “Los estamos grabando” en donde se presentan videos de redes sociales que sirven como “una especie de alfabeto audiovisual donde analizamos la violencia en Chile y en Colombia. Vemos que es muy similar la actuación, casi que parece que fuera el mismo lugar… uno ve algo sorprendentemente parecido”, explica la artista.

Voluspa Jarpa, quien representó a Chile en la versión número 58 de la Bienal de Venecia en el 2019, también trabajó en “Sindemia” con un poeta Mapuche, una testigo y mujer perteneciente a la primera línea. Así mismo, le pidió a Violeta Molyneux la realización del performance “Será feminista o no será”, un video de 15 minutos que vincula la revuelta social y el levante feminista chileno.

“Trabajé con estas artistas más jóvenes porque pienso que las mujeres tenemos que estar siempre elaborando el registro de la violencia que generan los hombres. Nosotras no tenemos la lógica de la guerra, como estructura, y debemos dar el paso siguiente que es escribir la historia desde la perspectiva nuestra y cómo concebimos a la sociedad, que es muy distinta a la masculina”, expresa Jarpa.

Es así como con “Sindemia” también quiere rendir homenaje, por así decirlo, a todas las mujeres que con temor deben vivir en una sociedad dispuesta a matar a sus jóvenes.

“Yo tengo un hijo de 17 y no lo tuve para que el estado me lo ciegue o le pegue un tiro en la calle. No tuve un hijo para eso, me cuesta mucho aceptar que eso puede suceder cotidianamente”, comenta con tristeza.

Esta exposición también es una exaltación a la juventud que no tiene futuro en términos de cambio climático, de salud o educación, y que por eso mismo hoy por hoy interpela a la sociedad.

Aunque la obra de Voluspa Jarpa es una estocada directa al corazón, ella invita a ver su obra con esperanza, pues cree que las crisis le permiten crecer a un pueblo. En ese sentido, es optimista de que tanto Colombia como Chile reconozcan la diversidad del territorio que se manifiesta en distintas culturas y personas.

Voluspa Jarpa ha explorado extensas investigaciones y obras que indagan en la naturaleza del archivo, la memoria y la noción cultural y simbólica del trauma social. / MamBo

Con “Sindemia”, el MamBo y el banco Julius Baer fijan una posición sobre la actualidad latina y nacional. Esto, desde mi punto de vista, es importante porque en abril y mayo, cuando en las redes sociales circulaban las imágenes más fuertes y perturbadoras capturadas en el marco del paro nacional, pocos museos como La Tertulia de Cali o los Museos de Bogotá y Antioquia generaron conversaciones sobre la realidad colombiana.

Sin embargo, en los últimos meses muchos museos ubicados en Bogotá han abierto exposiciones muy políticas: la Casa Republicana del Banco de la República exhibe “Ires y venires”, el Museo Miguel Urrutia (MAMU) tiene “Imagen Regional 9 – Territorios guardianes”  y el Museo Nacional presenta al público “Juntos aparte” (sobre el modelo fronterizo colombo-venezolano) y “Dos velocidades: historias del movimiento LGBTI en Colombia”.

De esta forma, las instituciones culturales se manifiestan y recuerdan que el arte no es apolítico.

[email protected] / @LiarteconArte

Comentarios