El doctor Julio González-Liendo, docente e investigador colombo-venezolano, creó esta guía que busca crear conciencia sobre el papel de los museos como agentes y protagonistas de la transformación social hacia la sostenibilidad.

El doctor Julio González-Liendo, docente e investigador colombo-venezolano, creó esta guía que busca crear conciencia sobre el papel de los museos como agentes y protagonistas de la transformación social hacia la sostenibilidad.

¿Qué es ‘Huella M’?

Huella M es el modelo marco que he desarrollado para impulsar la sostenibilidad en los museos de arte en España. Nace de mi trabajo de investigación doctoral con el objetivo de ofrecer una herramienta práctica que permita a estas instituciones medir, monitorear, controlar y reportar de forma efectiva sus acciones sostenibles, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030.

En este modelo propongo cinco dimensiones clave: ambiental, comunicacional, cultural, económica y social. A diferencia de otros marcos de sostenibilidad como los criterios ESG o la Triple Cuenta de Resultados, Huella M está específicamente adaptado al entorno museístico, incorporando indicadores que reflejan tanto el impacto cultural como el educativo de los museos. Además, incluyo la dimensión comunicacional como un eje estratégico para fortalecer la transparencia institucional.

He aplicado Huella M en tres museos españoles de distinta escala (nacional, autonómica y local), lo que me ha permitido validar su utilidad como modelo replicable. Mi intención es que Huella M sirva como punto de partida para que los museos no solo diagnostiquen su situación en sostenibilidad, sino también para que avancen con pasos firmes hacia una gestión más consciente, inclusiva y comprometida con su entorno.

¿De dónde nació tu interés por crear conciencia en los museos que son agentes sostenibles?

Los museos, como instituciones que protegen y conservan el arte y patrimonio, deben ser ejemplos para que otras organizaciones y personas asuman los retos de la sostenibilidad.

La investigación arrojó inicialmente que no existía ningún modelo que permitiera hacerlo, por lo cual trabajé en el diseño de las dimensiones y sus indicadores a aplicar. Me apoyé en los Grobal Report Indicators (GRI), que son conocidos internacionalmente, pero hacía falta también medir acciones e iniciativas con impacto cultural y comunicacional, que son vitales en los museos. Así creé esas dos dimensiones y comencé a estructurar los indicadores necesarios. Nacieron así las cinco dimensiones del modelo.

Julio González-Liendo, docente e investigador colombo-venezolano.

¿Al principio de tu investigación, cómo encontraste la situación entre instituciones museales y sostenibilidad?

La sostenibilidad en los museos sigue estando en una situación crítica. Hoy en día, muchos equipos directivos aún no comprenden la relevancia que tiene que los museos asuman un rol protagónico en la transformación hacia un modelo de desarrollo sostenible. Existe una gran falta de liderazgo sensibilizado con este tema, sumada a una carencia preocupante de profesionalización en áreas clave como la comunicación y la sostenibilidad. A esto se suman las limitaciones presupuestarias que enfrentan gran parte de los museos, lo que dificulta aún más su capacidad para actuar frente a estos retos.

Durante mi trabajo con museos en España, México y Argentina —gracias a las estancias de investigación que realicé en estos países— me encontré con una realidad común: los museos desarrollan numerosas iniciativas valiosas vinculadas con la cultura, el rescate de tradiciones o el impulso del desarrollo local, pero rara vez las comunican. Estas acciones se quedan como buenas experiencias internas, sin documentación, sin medición ni visibilidad, lo que impide que puedan ser replicadas o valoradas por otras instituciones. Además, descubrí prácticas de gestión muy alineadas con la sostenibilidad que ni siquiera eran reconocidas como tales por los propios museos. Esto responde, en parte, a la ausencia de un sistema común de indicadores que oriente su acción.

Ahora estoy en el proceso de darlo a conocer para que más museos puedan aplicarlo, pero es un trabajo contracorriente: aún hay quienes siguen creyendo que sostenibilidad es solo reducir el uso de agua, energía o papel. Como mucho, se habla de sostenibilidad económica, pero siguen ignorándose dimensiones fundamentales como la social, la comunicacional y la cultural. Esa es precisamente mi tarea: ayudar a los museos a cambiar esa visión reduccionista y acompañarlos hacia un modelo de gestión sostenible, real y transversal.

‘Huella M’ es un manual detallado, integral y sistemático para gestionar la sostenibilidad. ¿Me puedes dar un ejemplo?

Sí, Huella M funciona como un manual detallado porque propone un sistema de indicadores dividido en cinco dimensiones: ambiental, comunicacional, cultural, económica y social. Por ejemplo, si un museo quiere saber si está siendo sostenible en lo ambiental, Huella M no se queda solo en decir “ahorra energía” o “usa menos papel”, sino que le da al museo indicadores específicos como cuánta energía consumen sus instalaciones, si esa energía es renovable, si el agua que usan puede reutilizarse, cómo miden sus emisiones de CO₂, e incluso si sus proveedores cumplen criterios ambientales.

Pongo un caso concreto: en uno de los museos donde apliqué el modelo, identificamos que ya hacían actividades educativas sobre reciclaje y medio ambiente, pero no las medían ni las vinculaban con su estrategia general. Con Huella M pudieron clasificarlas dentro de la dimensión ambiental y social, medir el impacto, y además comunicarlo adecuadamente, lo cual también fortaleció su transparencia. Esto transformó una simple actividad aislada en una acción sostenible documentada, replicable y reconocida por la institución.

Ese es el valor de Huella M: convierte lo que antes eran buenas intenciones dispersas en estrategias concretas con indicadores claros, medibles y comunicables.

¿Por qué enfocarse en las cinco dimensiones clave: ambiental, comunicacional, cultural, económica y social?

Decidí enfocar Huella M en cinco dimensiones —ambiental, comunicacional, cultural, económica y social— porque los modelos de sostenibilidad tradicionales no se ajustan del todo a la realidad de los museos. Muchos se centran en lo ambiental o lo financiero, pero dejan fuera elementos esenciales del funcionamiento museístico, como su impacto cultural o su rol como agentes educativos y comunicadores.

La dimensión ambiental, por supuesto, es clave: mide consumos de energía, agua, residuos, emisiones, etc. Pero entendí que, si no se comunica lo que se hace, se pierde gran parte del valor. Por eso incorporé una dimensión comunicacional, que permite visibilizar las acciones, fomentar la transparencia y conectar con los públicos. Lo cultural es el corazón del museo: conservar, proteger y transmitir el patrimonio, las tradiciones y las identidades. Eso debía medirse también. La dimensión económica asegura la viabilidad del museo, y la social evalúa su impacto en la comunidad, la inclusión, la participación ciudadana y el trabajo con grupos vulnerables.

Estas cinco dimensiones me permiten ofrecer una mirada integral, adaptada a la naturaleza de los museos, para que puedan avanzar en sostenibilidad sin dejar fuera ninguna de las responsabilidades que asumen como instituciones culturales.

¿Por qué enfocarse en las cinco dimensiones clave: ambiental, comunicacional, cultural, económica y social?

Decidí enfocar Huella M en cinco dimensiones —ambiental, comunicacional, cultural, económica y social— porque los modelos de sostenibilidad tradicionales no se ajustan del todo a la realidad de los museos. Muchos se centran en lo ambiental o lo financiero, pero dejan fuera elementos esenciales del funcionamiento museístico, como su impacto cultural o su rol como agentes educativos y comunicadores.

La dimensión ambiental, por supuesto, es clave: mide consumos de energía, agua, residuos, emisiones, etc. Pero entendí que, si no se comunica lo que se hace, se pierde gran parte del valor. Por eso incorporé una dimensión comunicacional, que permite visibilizar las acciones, fomentar la transparencia y conectar con los públicos. Lo cultural es el corazón del museo: conservar, proteger y transmitir el patrimonio, las tradiciones y las identidades. Eso debía medirse también. La dimensión económica asegura la viabilidad del museo, y la social evalúa su impacto en la comunidad, la inclusión, la participación ciudadana y el trabajo con grupos vulnerables.

Estas cinco dimensiones me permiten ofrecer una mirada integral, adaptada a la naturaleza de los museos, para que puedan avanzar en sostenibilidad sin dejar fuera ninguna de las responsabilidades que asumen como instituciones culturales.

‘Huella M’ es sólo para museos o ¿también puede aplicarse a otras entidades o espacios culturales?

Es un modelo que, aunque se ha testeado en museos, es aplicable a cualquier institución o empresa de la industria cultural, porque todas tienen impacto en las cinco dimensiones que se miden con la herramienta.

[email protected] – @LiarteconArte

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