Liarte: diálogo sobre arte

Publicado el Lilian Contreras Fajardo

Carmenza Banguera: arte para dialogar sobre las diferencias

Las situaciones a las que Carmenza Banguera se enfrentó en Cali por su tono de piel o por sus raíces han influenciado su obra artística.

Esta mujer de 30 años que nació y creció en esta ciudad, que tiene habitantes clasistas y racistas, como si no formaran parte de la región Pacífico, encontró en las artes plásticas la posibilidad de generar reflexiones, más que quejas, sobre el futuro de la comunidad afrodescendiente.

Hace dos años, en el 45 Salón Nacional de Artistas, expuso en Bogotá dos obras aparentemente inocentes que invitan a pensar sobre el tono del color piel y cómo se vive y se explica la diferencia: “Mi negrito” e “Historias de padres cretinos para explicar el mundo:  hombres de chocolate”.

La primera la trabaja desde 2014 y está inspirada en la caja de colores que muchos usamos en el colegio, aquellas en donde el color piel estaba representado con una tonalidad rosada suave. Banguera no se identificaba con ese color y ya en la universidad, tras investigar, supo que comunidades indígenas también pensaban el “color piel”, así que ella produjo “Mi negrito”, una línea escolar de témperas, crayones y acrílicos que sólo maneja colores de pieles afro.

La otra obra es tierna, en primera instancia, pues uno ve una bola de helado de chocolate en un cono al revés, y otra bola derritiéndose. Esta pieza está inspirada en un hecho real y personal, y es que de camino al trabajo (en Cali) constantemente se encontraba con una niña que, al principio se aterraba, pero que un día gritó con cierta euforia “mira mamá, ahí viene la niña de chocolate”, y es por eso que Carmenza Banguera aporta a la discusión sobre las diferencias desde su obra plástica.

Historias de padres cretinos para explicar el mundo:  hombres de chocolate” fue adquirida recientemente por el Banco de la República. Que su obra sea parte de la colección de arte indica, según la artista, “una desvinculación a modelos caducos de legitimación de arte” que logran dejar a un lado “el monopolio de artistas consagrados” y abren la puerta “a artistas emergentes y que reflexionan sobre cuestiones actuales como la política”.

Esta visión amplia sobre el arte también está presente en “Imagen Regional 9”, una exposición en la que se presenta el trabajo de artistas de las diversas regiones de Colombia, artistas que ven en su trabajo la posibilidad de hablar sobre problemáticas que los afecta directamente.

Allí participa Carmenza Banguera en la sección “Cuerpo y territorio” con “Morfología de la inclusión”, un trabajo que data de 2015 que “básicamente juega con los conceptos de morfología desde lo biológico y lo hermenéutico, desde la comunión de la palabra que justifica las cuestiones raciales desde el mismo color. Habla de los eufemismos, esos que se usan para referirse a la gente negra y está también la cuestión del colorismo”, dice la artista.

La técnica es la fotografía de bicromato de potasio sobre lienzo, fique y madera. “Es básicamente, un revelado al sol, algo muy parecido o que alude al proceso que pasa en las pieles afrodescendientes cuando adquieren el color”, explica.

En esta obra el público ve las cabezas de tres mujeres que tienen en sus afros desteñidos tejidos los eufemismos para referenciar a las personas afrodescendientes. “Morfología de la inclusión” hace parte de un proyecto más grande que se llama “Lo políticamente correcto en torno al racismo en Colombia”, tema que Carmenza Banguera investiga desde su trabajo de grado en 2015.

Este trabajo investigativo sobre la diferencia no sólo llama la atención en Colombia, pues la artista fue invitada por la Universidad de Chicago para exponer “Lo visible, lo risible y lo invisible”, en la que presenta el resultado de la inmersión que realizó en esta ciudad estadounidense, y en la que encontró “coincidencias bastante contundentes” entre Cali y Chicago respecto a la migración y la situación de grupos afrodescendientes.

En esta exhibición, abierta hasta el 1º de octubre de 2021, y el público puede ver una muestra dividida en tres espacios: en el patio está expuesto lo invisible, el interior de la galería lo risible y en la terraza lo visible.

Lo visible” es una instalación llamada “The land of oppottunity?”, una muñeca de papel de dos metros que se puede vestir con diferentes atuendos que se refieren a oficios relegados por condiciones políticas y sociales a personas afrodescendientes. Sin embargo, “la niña de esta pieza tiene una posición con las manos cruzadas, en la que se rehúsa a estar disponible a realizar aquellos oficios que están ejecutados por mis pares, personas afrodescendientes”, explica la artista.

Lo risible”, por su parte, se trata de la “Enciclopedia del BLA BLA BLA”, de cinco tomos sobre el cuerpo negro, son unas cartillas pop-up en la que presento los mitos y exageraciones y pensamientos que rayan sobre lo ridículo sobre lo que es o cómo se comporta o funciona el cuerpo de afrodescendientes.

“Esto, pensando siempre en la mitología de que el cuerpo negro es mucho más resistente. Tras la muerte de George Floyd pensé sobre lo que había motivado a la policía a ejercer tantísima fuerza sobre el cuello de este hombre”, relata.

Finalmente, en “Lo invisible” se exhibe “Monumento caído a los super cuerpos”, cabezas que salen pronunciadas de las figuras de los cadáveres que están forradas en césped que recuerda lo que perece de ese sentir de los super cuerpos y que la tierra, tanto de Colombia como de Estados Unidos, está cementada en historias de racismo y asesinatos raciales.

Lo visible, lo risible y lo invisible” hace parte del proyecto “Contours of Black Citizenship in a Global Context” (Cuestiones de la ciudadanía negra en un contexto transnacional y global) que lidera Neubauer Collegium tras el asesinato de George Floyd.

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