En Filbo 2023: Colección Biblioteca del Universitario, Editorial Universidad Veracruzana

Colección Biblioteca del universitario, Editorial UniversidadaVeracruzanada

El lugar del clásico en la cultura es el de la obra que se ha convertido en un modelo estético, un modelo efectivo en la búsqueda de belleza, que se vuelve norma, es decir propone una ética, un modelo de conducta, y esa conducta modela en otro una moral y una política, el conjunto de acciones de un individuo en una sociedad civilizada.

Borges observó que un clásico aparece al final de una tradición. El Quijote está al final de la novela de caballería y de la Edad de código de los caballeros medievales. La tradición está compuesta por los elementos que conformaron una cultura. Carlos Monsiváis en un ensayo de Aproximaciones y reintegros cuestionaba, con una dosis de sarcasmo, los modelos que se ofrecían en la tradición decimonónica de la novela mexicana: “en el siglo XIX cuando escriben Dickens,[] Poe, ][Balzac, Zola, en México la reverberación mayor de entre los lectores se da a través del melodrama en su variedad de novelas. A un país nuevo le urgen las credenciales que garanticen la fluidez del melodrama”. La literatura mexicana del siglo siguiente (mediados del siglo XX), con todo y melodrama del que proviene, se integró a la literatura latinoamericana y aportó a una serie de clásicos de nuestra lengua, entre los que están Pedro Páramo y Noticias del imperio, junto a Cien años de soledad y Rayuela. De modo que en un clásico están contenidas diversas corrientes de una tradición, incluso las más populistas, y la mejor manera de ponerse en contacto con el resultado de la tradición es paradójicamente leer el clásico.

La colección Biblioteca del Universitario de la editorial UV es actualmente una colección de 81 libros clásicos de diferentes tradiciones. Tender puentes entre los estudiantes en formación universitaria con el pensamiento clásico y moderno es una gran apuesta por completar mediante la lectura una educación en las ideas y establecer así un diálogo de la actualidad con el pasado, una mirada sobre la propia tradición, al confrontarse con la tradición lejana, una desfiguración del sí mismo frente al otro con la lectura de lo diferente.

Cuando el escritor veracruzano Sergio Pitol, quien dirigió la colección en sus primeros 34volúmenes, empezó a escribir los prólogos y proponer los títulos de la colección Biblioteca del Universitario estaba tendiendo puentes entre la tradición del estudiante actual con otras tradiciones. Es así como los cuentos de Chejov dialogan con los ensayos de Montaigne, o la poesía geográfica de Carlos Pellicer dialoga con los viajes de Humboldt por la nueva España, o los haikus de José Juan Tablada dialogan con los heterónimos de Pessoa, y las mujeres duras del llano en Doña Bárbara dialogan con las burguesitas inglesas de Orgullo y prejuicio.  Y a la vez los nuevos lectores dialogan con los fundamentos de la cultura y el pensamiento: Platón, Rousseau, Dostoievski, Alfonso Reyes, Octavio Paz.

Cada clásico va acompañado por un prólogo. Es justo en los textos clásicos donde los prólogos toman su más claro sentido: ofrecer un camino, o derrotero, que es una palabra de navegantes, que indica la línea señalada en la carta de marear, o bien un camino que se toma para llegar a un fin propuesto. Los prólogos acompañan cada volumen e introducen al lector a la vez al espíritu de la colección y proponen una reflexión más informal y divulgativa que académica del título.

La colección BU continúa la misión educadora de los pensadores liberales y de los ilustrados mexicanos como José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Carlos Monsiváis quienes alfabetizaron, editaron, catalogaron y reinventaron a la nación mexicana a la vez que crearon métodos para reconocer y comprender las dinámicas de la cultura y de las tradiciones. La Universidad Veracruzana, una de las cuatro universidades públicas más prestigiosas de México, con esta colección ha implementado una exitosa tarea de promoción del libro y la lectura. La misión, visión y estrategia de promoción ha planteado no sólo la selección de obras clásicas en cuatro áreas del saber: filosofía, literatura, ciencia, arte también contempló en su magisterio la gratuidad, la distribución amplia, a bajo costo, además de programas de divulgación, acompañamiento y didácticas de lecturas concertados con otras casas de estudio en América y Europa. El catálogo conseguido resulta ser no sólo una colección de clásicos dirigida a todos los estudiantes de las distintas facultades, también ha propuesto una estrategia de difusión compuesta por festivales, talleres, cursos, y una especialización en promoción de la lectura que difunde y proporciona herramientas para leer más y mejor.

Una educación clásica pasaría por poner al estudiante a dialogar desde las ideas del presente con los modelos estéticos que delinearon las ideas del pasado para ordenar la actualidad. Hoy esa educación clásica es casi una utopía cuando no un campo de batalla en que las ideas están desvalorizadas frente a las ideologías, más cuando desde las categorías del presente se han empezado a refutar y cancelar también las ideas que surgieron en el pasado.

Combatir el pasado con las categorías del presente es caer en un ejercicio de anacronismo. Útil es en cambio el diálogo con las ideas. El diálogo con un clásico permite la discusión, la consideración más amplia del pasado y una mirada crítica sobre las costumbres de una época brutal, distraída, compleja y mediatizada por los avances de la humanidad, como el presente. Leemos a Homero, a Platón, a Conrad, a Stevenson, a Machado de Assis, a Sor Juana Inés de la cruz, con la extrañeza de nuestra época.

Me encontré como lector con la BU en el primer viaje que hice a México. El primer libro que abrí fue el de Chejov. En el prólogo a esa edición dice Sergio Pitol, director de la colección hasta su muerte en 2017, que uno de sus relatos favoritos es El estudiante, que cuenta lo acaecido a un estudiante de teología una noche de viernes santo, cuando regresa de una jornada de cacería y se encuentra con unas vecinas que acaban de comer al calor de una hoguera. El estudiante conversa con una mujer sobre el pasaje bíblico de la negación de Pedro. La hija de la mujer parece afectada por la descripción del llanto de Pedro después de haber negado a Jesús tres veces, tal como este profetizara. El estudiante se marcha y cree que el llanto inesperado de la muchacha está relacionado con el de Pedro en el huerto de los olivos después de negar a Jesús, pero no sabe qué es lo que ha negado la chica, poco después se siente feliz de estar en el mundo, de estar vivo. El cuento es un enigma, en ese enigma está contenida la literatura moderna, desde Hemingway a García Márquez. La respuesta a ese enigma la aporta cada lector.

Los estudiantes están descubriendo el mundo. El mundo reducido a la escala humana. El cómo está hecho, el qué ha hecho el ser humano y el de qué manera hacer algo mejor. En el camino se encuentran con las ideas, las ideologías, los sistemas de creencias y la ciencia. En ese camino, si tienen suerte, encuentran un propósito, una meta, que da sentido a su vida. El resultado de una educación por competencias o hiper especializaciones es que se sabe mucho de una sola cosa y las demás se escapan, se reducen las competencias de cada ser humano a un mero saber hacer utilitario. La universidad tiene en su etimología el universo. El universo de cosas creadas, según la cuarta acepción de la RAE. Paradójicamente, ese universo se reduce en la universidad. Y con esa reducción de competencias se reduce también la curiosidad de los estudiantes. El desinterés por saber algo más empobrece las capacidades humanas que son innumerables. Es así, en parte por ignorancia, en parte por comodidad, en parte por distracción, como la gente vende su conocimiento por un salario, y sin cuestionarse, a empresas o personas que no usan la aplicación del saber para mejorar la vida sino para lucrar a unos pocos. Otros se vuelven militantes de ideologías de derecha o izquierda y reproducen en su esfera esquemas de poder. Y otros usan el saber cómo una mitología cuando no como un instrumento del lucro, un mecanismo solo para enriquecerse, tener más, sin cuestionamiento alguno.

A la universidad se va para desenmarañar el universo. El universo infinito de posibilidades. Se necesitan mapas para aprender a navegarlo. Una colección de libros es también un universo. Una colección de libros es de hecho la universidad misma, como decía Gabriel Zaid citando a Carlyle.

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En Filbo:

Los volúmenes más recientes de la colección Biblioteca del universitario de la Editorial Universidad Veracruzana pueden adquirirse en Filbo, en el Stand 431 de la red Altexto, pabellón 3 de Corferias. 

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