Cuántas mujeres no habrán dejado una huella significativa para la humanidad y aún así no nos dimos por enterado. Cuántas leyendas que influyeron en el contexto social e histórico de su época, actuando como protagonistas de su tiempo y ejerciendo cambios y progresos a todo nivel. Pero nadie dejó un registro de sus nombres y de sus hazañas y el tiempo acabó por sumergirlas en el olvido. No dejaron su retrato o su historia, tampoco su firma, y se sabe que muchas habrán sido borradas del registro histórico cuando cayó sobre ellas la sentencia de damnatio memoriae (condena de la memoria). Nunca más se mencionarán sus nombres so pena de castigo. Poco sabemos de algunas, y cualquier pista de su existencia es ya una gran proeza en la reconstrucción de nuestra historia, y la oportunidad para que a través de hallazgos arqueológicos se nos revele la presencia de una mujer que hasta ahora permanecía desconocida. Es así como un pedazo de una estatua encontrada en la tumba del visir Ptahshepses y su esposa, la hija del rey Khamerernebty, nos cuenta un trozo de historia, la de una reina conocida como Reptynub, de la cual apenas tenemos suposiciones. Pudo haber sido la esposa de Nyuserra-Iny, quien tiene su propia pirámide, y a su lado otra más pequeña, posiblemente la que pertenecería a su esposa. Siendo así, Reptynub sería entonces la madre de Menkauhor Kaiu, y así mismo pudo haber sido su hijo el príncipe Khentykauhor y la princesa Reputnebty, nombrada en una piedra caliza al interior de la pirámide de la reina Khentkaus II. Y si esto es así, sumamos a la familia su suegro, el rey Neferirkare Kakai y a su cuñado el rey Neferefre. Se cree entonces que Reptynub habría sido reina en los tiempos en los que imperaba la Quinta Dinastía de Egipto, antes de Nitocris, Sobekneferu, Hatshepsut y Nefertiti, por allá en los tiempos de Neithotep y Merneith. El fragmento de una estatua. Eso bastó para enterarnos de que hace más de veintisiete siglos esta mujer estuvo andando por este mundo, que Reptynub existió, que existe.