La primera versión que se conoce se trata de un poemario francés de mitad del siglo XII, cuyo autor sería Thomas Béroul, escritor medieval de origen celta, y quien recobrará para la historia aquella leyenda de Tristán e Isolda que hasta ese momento sería un cuento narrado de boca en boca y que ahora se concretaría en la memoria del papel. El relato está enmarcado en el mismo mundo mítico del rey Arturo, ya que Tristán, uno de los caballeros de la mesa redonda, será quien protagonice una de las historias de amor más memorables de todos los tiempos, apenas comparables con Romeo y Julieta o Los amantes de Teruel. La primera versión se desarrolla en Irlanda. Isolda es la hija del rey Anguish, y será también llamada como “La Bella”, “La Justa” o “La Rubia”. Su nombre, sin embargo, no es irlandés, ya que deriva del anglosajón Adsiltia, cuyo significado traduce “la que es contemplada”. Isolda conocerá a Sir Tristán, un galante caballero de Camelot que casi habría muerto luego de batallar contra Morholt, el tío de aquella damisela que ahora lo asistía con sus dolencias y curaba sus heridas. Tristán consigue escapar antes de que se revele su verdadera identidad, pero luego tendrá que retornar a Irlanda en representación de su tío, el rey Marco de Cornualles, para que éste despose a Isolda y la convierta en su reina consorte. Sin embargo ya Isolda andaba comprometida con un mayordomo que se vanagloriaba de haber derrotado a un temible dragón, pero que luego Tristán demostraría haber sido él mismo quien le diera muerte a la terrible bestia, y de esta manera Isolda romperá su compromiso nupcial, y con la anuencia de sus padres se embarcará hacia su destino de convertirse en reina de Cornualles. Para garantizar que su hija quedara para siempre prendada de su marido, la madre de Isolda prepara un menjurje mágico con el poder de enamorar a quien lo bebiera, y que le encomendó a una de sus criadas para que se los diera a beber a los futuros novios. Pero ocurrió que en un descuido Tristán e Isolda beberían la pócima del amor, y ya nunca más querrán volver a separarse. Al enterarse de la felonía de su sobrino con su futura esposa, el rey Marco decreta el destierro para Tristán, y la primera versión termina cuando los amantes vuelven a reunirse en Bretaña al momento de la muerte del caballero. Esta versión compuesta de poemas es complementada por un autor de la época, Thomas of Britain, y quien le dará otro desenlace y le sumará otras aventuras a los enamorados. En esta versión Tristán retorna a Irlanda para comenzar de nuevo sus amoríos con la princesa, y ante el hostigamiento de Marco, la pareja decide huir con destino hacia el amor, y será el fiel caballero del rey Arturo, Sir Lancelot, quien ofrecerá a la pareja un albergo seguro para que estos puedan consumar su relación e incluso conformar una familia. En otras versiones posteriores escritas en prosa, los amantes son sorprendidos por el rey Marcos que no había cesado de perseguirlos hasta el último rincón de este mundo, para finalmente encontrar a la pareja celebrando el idilio de su amor mientras Tristán tocaba su arpa bajo la sombra de un árbol. Allí Marco sorprende a Tristán por la espalda con una puñalada que le ocasionará la muerte. Son varias las versiones que le sucedieron a estas primeras fuentes, algunas incluso cambiarán la ortografía de los nombres, pero todas coincidirán al narrar uno de aquellos amores inevitables pero imposibles, un devaneo subrepticio entre un hombre y una mujer que han enloquecido de amor y cuyo único propósito de vida será estar juntos. Más adelante se recogerán otros escritos en prosa en los que aparecerá una tercera Isolda, ya que la madre de nuestra protagonista también llevaba ese nombre. Se trata de Isolda “Manos blancas”, hija del rey Hoel de Bretaña, y en cuyos territorios irá a parar el desterrado Tristán. El distinguido caballero apoyará las causas del rey Hoel y éste, en recompensa, le ofrecerá la mano de su hija. Tristán se decide a aceptar únicamente porque la princesa le recordará a su más cierto amor a través del poder de la palabra de su nombre. Sin embargo Tristán no conseguiría nunca consumar su relación y serle infiel a su más ferviente amada. En un desenlace final, Tristán es envenenado, y él más que nadie sabe que una sola musa podrá curarlo: Isolda de Irlanda. Es así como envía a un navío por ella, dándole la orden al capitán de que levara a la distancia las velas de color blanco si la había hallado y la traía consigo a bordo, o en cambio empleara las velas negras si la misión había sido infructuosa. Días más tarde se avistará el navío que viene de regreso, pero los ánimos del convalido caballero no le permiten siquiera pararse de su cama, por lo que le pide a su esposa Isolda “Manos Blancas” que le indique el color de las velas del barco. Su esposa, conociendo el propósito de su marido, le mintió diciéndole que las velas de la embarcación no eran del color de sus manos, y que en cambio portaban el color de la muerte. Tristán no puede soportar la angustia y unos minutos antes de que arribe su amada, morirá sin enterarse de que ya muy pronto venía por él ese hálito que lo devolvería a la vida: la fuerza del verdadero amor. Al llegar, Isolda encontrará muerto a su amado, y como sucede en las historias que inmortalizan a los amantes, ella también morirá de amor para unirse a él a través del espíritu. Eros y Tanatos comulgan en esta historia legendaria donde el amor tampoco podrá escapar de la muerte, y tal vez de allí la necesidad, el anhelo y el deseo de gozar de estos vínculos pasionales. Hay rumores que ubican a Isolda en el barrio de Chapelizod, en Dublín, y que incluso allí se encuentran enterrados sus restos. Lo cierto es que Isolda es un personaje ficticio, un símbolo de la mujer poseída por el embrujo de Cupido, y que por la desventura de sus circunstancias difícilmente podrá disfrutar de su romance. Isolda es la parte femenina de un cuento de amor imposible, y que ha sido el referente para que todas las demás historias trágicas se le parezcan. Richard Wagner dedicó una ópera de cuatro horas en donde al son de la orquesta recrea la historia inolvidable de los dos amantes icónicos, Tristán e Isolda.
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