De pequeña sufrió ambliopía, lo que le dificultaría su visión por el ojo izquierdo. Pero esto no sería motivo para enceguecer la prolífica carrera de quien a todas luces llegaría a consagrarse como una gran estrella del Séptimo Arte. Brigitte fue una niña acomodada, criada en un ambiente aburguesado y riguroso, y desde los siete años comenzaría su formación musical en la escuela de ballet y danza de Madame Bougart. Años más tarde consigue ganarse un lugar para estudiar en el prestigioso Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza, y durante los siguientes tres años estaría empeñada en convertirse en una bailarina destacada por sus movimientos sensuales, por su gracia natural y por su figura elástica y atrayente. Bardot hará parte de la compañía de ballet profesional, pero a los 18 años se le cruzará su primera oportunidad para probarse en el mundo de la actuación. Se trata de la película Le trou normand de 1952. Dos años después consigue un papel en la primera película que filmará en Estados Unidos, y nada menos que junto al galante Kirk Douglas, titulada Un acte d’amour. Sin embargo sería para 1956 con la película Et Dieu… créa la femme cuando Brigitte se daría a conocer, y en adelante no hubo quién pudiera olvidarse de ella. La historia tiene por coprotagonista a Jean-Louis Trintignant y como director a Roger Vadim, y quien aparte de dirigir a la actriz acabaría por convertirse en su primer esposo. El filme logra explotar la sensualidad de la coqueta francesa, quien dejará para la memoria del cine la escena en la que aparece bailando descalza sobre una mesa. Otras escenas resultaron controvertidas y la película fue censurada en algunos países, sobre todo por exponer una relación lésbica y mostrar explícitamente el encuentro íntimo entre dos mujeres. Pero esto no sería un impedimento para que el filme se presentara en la mayoría de países europeos, y así como en Estados Unidos, en donde sería un éxito rotundo de taquilla. La actriz francesa se convertía de la noche a la mañana en un ícono internacional y en un símbolo sexual por antonomasia, e incluso los estadounidenses fanáticos de Bardot acuñaron el término bardolâtrie. Ese mismo año Brigitte Bardot brillaba con luz propia en el Festival de Cine de Cannes, opacando a actrices de renombre como fuera el caso de Sophia Loren. A inicios de 1958 Bardot se divorcia de su marido, y muchos especulan de un intento fallido de suicidio, pero lo cierto es que unos meses después la actriz daría inicio a una nueva relación, esta vez con Jacques Charrier, con quien un año después tendría a su único hijo al que llamaría Nicolas. Dos años después la pareja decide divorciarse, permaneciendo el niño en custodia de su padre, y por lo que durante toda su infancia y adolescencia Nicolas se mantuvo distanciado de su mamá. A mediados de la década de los cincuenta Brigitte apareció cantando en la película Estrellas del futuro, e interesada en componer música adquirió en España una guitarra en la que aprendería a tocar tres acordes. Con esto sería suficiente. El talento artístico de la francesa la llevaría así a lanzar un primer álbum musical para inicios de la década de los sesenta, Behind Brigitte Bardot, y en lo corrido de los próximos años compondrá y publicará otros más: Brigitte Bardot sings de 1963, B.B. de 1964 y Special Bardot de 1968. En 1967 presentó un espectáculo musical de 17 videoclips de canciones titulado Unique Bardot. La prolífica artista cantó en francés, inglés, portugués y español, destacándose canciones que lograron cierto reconocimiento como Maria Nimguem, Roma Boulevard, Doctor en el mar, o la famosa Harley Davison que hubiera sido escrita por su amigo y colega Serge Gainsbourg. En 1963 se da el lujo de ser dirigida por Jean-Luc Godard en la película Le Mépris, y en 1965 en la película de Louis Malle, y por la que sería nominada a los Premios BAFTA en la categoría de Mejor Actriz Extranjera, Viva Maria! Ese mismo año la actriz se interpretó a sí misma en la película Dear Brigitte, coprotagonizada por James Stewart. Y pese a que muchas veces su voz tuviera que ser doblada dado las limitaciones de su inglés, Brigitte Bardot era la cara que el público quería ver, y de allí que siguiera cosechando triunfos. Cada vez que visitaba Estados Unidos la actriz francesa era asediada por seguidores y periodistas que la aclamaban, y sin embargo su papel en la industria no se prolongaría por mucho más tiempo. En 1966 se casa por tercera vez, en esta ocasión con el magnate alemán Gunter Sachs, con quien permaneció durante tres años antes de que éste descubriera su romance con el actor Patrick Gilles, con quien protagonizó en ese año de 1970 la película El oso y la muñeca y con quien también terminaría su amorío al año siguiente. Uno de sus escándalos más sonados sería en 1974, cuando la actriz francesa aprovecharía su cumpleaños número cuarenta para aparecer desnuda en una sesión de fotos de la revista Playboy, anunciando además que se retiraba de la gran pantalla después de haber figurado en medio centenar de películas. Así mismo, y con un número semejante de canciones, también decidía retirarse de la música y del mundo del entretenimiento en general. En adelante Brigitte Bardot se dedicaría de lleno al activismo y a la promoción de los derechos de los animales. Presentó iniciativas para el cuidado de los perros callejeros y ofició como portavoz de la SPA (Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales). En 1976 se une a una campaña en denuncia de los métodos tradicionales empleados por los inuits del Ártico para la caza de focas. Los animales son usados para obtener grasa o aceite, piel, huesos y la carne con la que pueden alimentarse durante meses varias familias de pescadores. Lo que Brigitte atacaba era la manera cómo despellejaban las crías de las focas cuando éstas aún estaban con vida, además de otras prácticas atroces, y por lo cual ella misma estaría dispuesta a dar su propio pellejo. Fue así como se manifestó frente a la embajada de Noruega, y para 1977 logró que el presidente francés, Valéry Giscard d’Estaing, prohibiera la importación de piel de foca a territorio francés. Ese mismo año viajó hasta Canadá para dar frente a una corta batalla de cinco días, acompañada por una corte de periodistas que pretendían documentar la travesía de la francesa en su lucha por salvar a las focas. Apenas tocar suelo canadiense, Bardot comenzó a proferir comentarios que poco agradaron a la comunidad, tildándolos de “tontos” y “asesinos”, y por lo cual su estancia en los territorios del norte sería tan breve. En 1983, ad portas de los cincuenta, Brigitte fue hospitalizada luego de haber ingerido una sobredosis de barbitúricos, y fue sometida a un lavado gastrointestinal; años antes ya había escapado de la muerte combatiendo con éxito el cáncer de mama. Su salud permanece íntegra hasta el día de hoy. Para 1985 es condecorada con la Legión de Honor de Francia, y un año más tarde crea la Fundación Brigitte Bardot, encargada de velar por los intereses que más motivan a la activista francesa: los derechos de los animales. En 1992 contraerá nupcias por cuarta vez con el político de extrema derecha, Bernard d’Ormale, y hasta el momento la pareja permanece junta. En el 2010 el partido Alianza Ecologista Independiente le propuso apoyarla como candidata presidencial, petición que Brigitte rechazaría, y así lo haría también con su nacionalidad cuando en 2013 pidiera renunciar a su nacionalidad francesa en protesta por la matanza de dos elefantes que también serían lamentados por la princesa Estefanía de Mónaco. Recientemente Brigitte tendría un nuevo escándalo, cuando la controvertida y deslenguada Bardot fuera señalada de “incitar el odio racial”, luego de declarar su rechazo a la creciente inmigración de musulmanes en territorio francés. Durante la pandemia también ha sido criticada por la acidez de sus comentarios, donde insiste en que el Covid-19 ha logrado diezmar en parte el problemático asunto de la sobrepoblación: “Somos demasiados en la Tierra. Este virus restaurará dolorosamente un nuevo orden… y la Naturaleza recuperará sus derechos.” Mientras siga con vida, Brigitte Bardot no se quedará callada, y dirá lo que se le venga en gana. Cantará, actuará, escribirá. Ella, Kim Novak y Sophia Loren son las últimas sobrevivientes de la glamurosa edad dorada del Hollywood. Sus gestos gatunos no desaparecieron con los años, y su poder seductor se fue acrecentando hasta convertirla hoy día en una vieja poderosa, dominante, altiva, desafiante, segura, convencida, muy sexy, dientona como lo fue siempre, con una sonrisa maliciosa como su miradita pícara… seductora hasta morir.