El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

PASOS DE BERGOGLIO

ENTRE GAYS Y NUEVAS PALABRAS*

Por Gloria Cepeda Vargas

 

El controvertido Jorge Bergoglio, nueva cabeza de la iglesia católica, continúa levantando polvaredas a lado y lado: “No podemos seguir insistiendo  solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos –dice- Tenemos que encontrar un nuevo equilibrio porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre el peligro de caer como un castillo de naipes”.

Al margen de lo que semejantes aseveraciones significan en un mundo   machista, apertrechado y blindado con todas las de la ley, estas palabras, en boca de uno de sus  exclusivos dirigentes, llaman a la reflexión. Es verdad que se necesita valentía en el corazón y la palabra para que el Príncipe de un Estado que todavía no logra sacudirse los arreos expansionistas y los sofismas maniqueos, las pronuncie en voz alta. Pero serían más convincentes si en vez de enarbolar solo el peligro de que la Iglesia se derrumbe como un castillo de naipes,  citaran como  causa primordial, correlativa a su prédica evangelizadora, la necesidad de una actualización acorde con la sinceridad y ética de pensamiento y vida que la Iglesia debe a sus feligreses.

En entrevista publicada el jueves 19 de septiembre, el papa Francisco se dirige así a sus seguidores: “Debemos acompañar con misericordia a los homosexuales y a las mujeres que abortan y que se arrepienten de hacerlo”. Algo es algo. Ya es bastante que, rompiendo diques milenarios y abriendo puertas selladas, claveteadas y condenadas por las  peligrosas coerciones del mito y la conveniencia circunstancial, convoque al acompañamiento que por otra parte, debe todo pastor a su rebaño. Pero el sustantivo misericordia, puesto como  dádiva o  vendaje sobre lo que no es más que una llaga purulenta e infinitamente dolorosa, provocada por motivos que nada tienen que ver con las prédicas nazarenas,  reproduce el rugido que todavía coloniza grandes extensiones de nuestro deleznable corazón.

La actualización de la iglesia católica significa borrar de un plumazo la concepción jerárquica, orgullosa y casi legendaria de una de las instituciones más influyentes del planeta. Quizá hubo un tiempo en que su

danza en sombras, ese lenguaje críptico, adobado con la magia del milagro, sostenido con la amenaza del infierno y avalado por contraprestaciones de ultratumba, rindió beneficios y concitó alianzas. Hoy, en un mundo virtual y en proceso de transición, donde los torreones medievales fueron suplantados por rascacielos volatineros; un planeta que vacila entre la asepsia de las manos y la podredumbre de la voluntad, el papa lucha por conservar lo que queda. Pragmático y visionario como todo líder, Francisco intenta abrir las ventanas, lo demás queda en manos  del tiempo.

*Tal y como lo he hecho antes hoy cedo mi espacio de El hilo de Ariadna, a la poeta y ensayista Gloria Cepeda Vargas, quien me ha autorizado a publicar su reflexión sobre las últimas declaraciones de Jorge Bergoglio, más conocido como papa Francisco.

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