El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

EL PROCURADOR ORDOÑEZ, JUDEOCONVERSO

Hace unos cuatro años supe que uno de mis apellidos, Gómez, era de origen sefardita, y hace algunos meses leí que España preparaba una legislación para otorgar la nacionalidad de dicho país a los descendientes de los judíos conversos que habían sido expulsados por Isabel la Católica. Por supuesto que me pareció bastante justa la medida. Y anoche, al ver la extensa lista de apellidos de origen sefardita, 5220 en total, me puse en la tarea de buscar si mis otros apellidos hacían parte de la lista en cuestión. A saber:

Estrada Estrada Arango Botero Gómez Gómez Arango Jaramillo, son los 8 que conozco, y todos, léase bien, son de origen judío. Desde ese momento decidí, una vez la ley sea aprobada, que reclamaré la nacionalidad que nunca he debido de perder.

También es cierto que desde hace muchos años, más de treinta, sabía que Antioquia, y los departamentos que fueron parte de ella, había recibido una fuerte migración de origen sefardita; puesto que para poder “hacer las américas”, como se decía entonces, había que dejar claro que no se era judío, o que al menos se trataba de un converso.

Ahora bien, con la lista que publica www.elespectador.com en su edición de ayer, 22.03.14,

http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/si-su-apellido-esta-el-siguiente-listado-usted-podria-o-articulo-482401

constato que la gran mayoría de colombianos somos J-U-D-Í-O-S, gústenos o no. En otras palabras somos el pueblo elegido por Yahveh.

Es por ello que desde ayer en la noche he tomado varias decisiones:

  1. A partir de ahora celebraré el Sabath con todo lo que ello representa, así que las  comidas del sábado serán preparadas el viernes; y por supuesto, nada de conducir carro ese día, ni siquiera mi bicicleta estática.
  2.  Mañana mismo voy a  comprar la menorá, o candelabro de siete brazos, y la januquía de nueve.
  3.  Voy a ocultar mi cabellera con una peluca, tal y como lo hacen las judías ortodoxas; así podré ocultar mis canas.
  4. Les ordenaré a los hombres de mi tribu llevar la quipa, o kipá, y a que se dejen crecer el pelo para que puedan lucir sus hermosos bucles.
  5. Voy a utilizar únicamente tejidos aprobados por los rabinos ortodoxos, nada de elementos que no sean apropiados o impuros.
  6. Hace tiempo abandoné el cerdo, así que ese aspecto no me causará problemas.
  7. Sólo comeré comida kosher.

En otras palabras, me declaro judía ortodoxa en un cien por ciento, nada de medias tintas. Hasta ayer yo me consideraba 70% indígena y 30% negra; es decir, una auténtica mestiza, pero mis apellidos me han hecho ver que mi piel es de color judío sefardita. Con eso soy un poco más blanca.

Pero sobre todo:

8. Voy a militar a favor de la explosión demográfica,  y por supuesto que me declaro en contra del aborto.

9.  Y como los judíos ortodoxos me declaro homofóbica.

Así podré estar del lado del que hasta ayer consideraba “el temible Ordóñez”; el mismo que no ha querido condenar el holocausto y que se ufana de seguir la doctrina lefevriana. Y es que he descubierto que su nombre también forma parte de la lista de descendientes sefardíes. Si, miren el vínculo del artículo al que hago mención, y verán que tengo razón. Tanto Odóñez, como Ordóñes u Ordóñez, son apellidos judíos. Así que el respetable, ya no temido, Ordóñez, podrá pedir su ciudadanía española.

Pero yo le aconsejaría que no lo haga, desde ya le ofrezco ser el primer rabino de la primera sinagoga de Gramalote; en vez de llenarla de desplazados, haremos venir a los judíos que ahora se mueren de sed en  tierras desérticas. Además le anuncio que  ya le estoy bordando una kipá; incluso ya le he enviado una estrella de David para que la ponga en la puerta de su casa.

Por otra parte, le perdono que su tesis de grado la haya dedicado a María, simplemente me doy cuenta que es un pecado de juventud -a otros les da por drogarse-, puesto que ya tendrá tiempo de hacer penitencia.

Conocer los orígenes del ahora rabino Ordóñez, un cargo mucho más importante que el de procurador, me ha ayudado a entender porque defiende a Uribe; simplemente por razones de solidaridad étnica y religiosa. Uribe también es descendiente de judíos conversos. Y eso que yo creía que era un auténtico apellido vasco. Y para que Uribe no se sienta celoso, también voy a bordarle su quipa.

Así que de ahora en adelante, yo, que me he negado a participar en política, voy a crear un movimiento que declare a Colombia como el verdadero país israelita. Les voy a proponer a todos los ocupantes judíos de Palestina y Gaza que dejen esa tierra estéril a los árabes, y se vengan a estas montañas donde el agua corre por todas sus laderas, les pido que vengan a la verdadera Palestina; es decir, la de Caldas. Colombia,  la tierra prometida,  es a partir de hoy la capital de todos los judíos del mundo. Creo que en ningún otro país podrían encontrar tantos descendientes de los sefarditas que fueron expoliados en ese año aciago de 1492. Finalmente debo reconocer que Isabel nos hizo un gran favor, nos envió a vivir a la tierra santa.

Pido, solemnemente, que todas las iglesias católicas, incluyendo a la que asiste Ordóñez, y por supuesto las cristianas, sean a partir de mañana sinagogas y que los curas se transformen en rabinos; así los judíos colombianos podremos ejercer nuestro nuevo, en realidad milenario, culto. En cuanto a las monjas, les ordenaré que se casen con los rabinos, no en vano el mandato divino es: «creced y multiplicaos».

Y para terminar, como estoy segura que al rabino Ordóñez no le gustan los jesuitas, les voy a pedir que si no abjuran de su fe deberán dejar una vez más el continente latinoamericano. Ya Francisco lo hizo.

 
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Artículo relacionado: https://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/2013/12/10/una-gargola-llamada-ordonez/

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