Corazón de Pantaleón

Publicado el ricardobada

El beso: saber definir

En el Día Internacional del Beso Robado es bueno mirar en EL Diccionario y ver cómo es que LA Academia define al beso. Y en verdad no lo define, sino que remite al verbo “besar”, que es, según EL Diccionario: «tocar u oprimir con un movimiento de labios a alguien o algo como expresión de amor, deseo o reverencia, o como saludo».  Es una definición tan correcta que se le quitan a uno las ganas de besar.

Sepamos definir: el beso es un hecho físico que se articula fundamentalmente de cuatro maneras: por escrito, en voz alta, labialmente en el aire y labialmente sobre un soporte físico.

El escrito consiste en la palabra beso y sus variantes –en singular y plural– besazo, besote, besototote (a veces con muchísimas más veces la sílaba “to”, según el grado del afecto que se quiera expresar) y besito, que suele ser la más empleada, al menos en América Latina y por lo general por personas del sexo femenino. También se usan en ocasiones variantes personales como puede ser en mi caso, con la expresión besardo (=beso de Ricardo). Una variante no desdeñable del beso escrito es la que se articula por medio de un emoticón simple o incorporado a un rostro.

El oral hablado consiste en la emisión en voz alta de cualquiera de las numerosas variantes del género anterior.

El modo labial en el aire, según descripción de la Dra. Ana María Mesa, «funciona frunciendo sólo un poco los labios y estirándolos al mismo tiempo hacia afuera, y relajando dicha posición en un instante muy corto, lo que puede producir casi siempre un sonido como de resortazo». Admite la variante conocida por los expertos con el nombre de beso volado, cuando el beso así emitido se deposita simbólicamente en el hueco de la mano y desde allá se sopla en dirección a la persona destinataria del beso.

El modo labial sobre un soporte físico existe en dos versiones distintas: una, si el soporte físico es mineral, vegetal o animal no humano, y otra si ese soporte es humano. De la primera el ejemplo más conspicuo, desde el punto de vista histórico, es el del jefe de una secta religiosa cristiana a su llegada a un país, y por lo general nunca fue su destino el suelo de ese país sino el cemento de las pistas de aterrizaje del respectivo aeropuerto.

La segunda variante consiste en el depósito del contacto de los labios con cualquier lugar de la piel de la persona recipiendaria, y sus grados de intensidad se encuentran en razón directa del motivo del beso y el lugar donde se deposita. Hay una tendencia al beso oral mudo en el aire en el (o los) que se dan dos personas que se encuentran en la calle o bajo techado. Hay la tendencia a hacerlo de manera muy apretada y casi con efecto ventosa cuando se le da a un niño pequeño, y más aún si se trata de un bebé, por muy feo que sea, como lo son todos los bebés. Y en cuanto a los que se dan dos personas afectadas por el virus amoroso, la gama es infinita, desde el puro contacto labial, pasando por el beso con lengua, hasta el cunilingüe (que entra más bien en la categoría de beso en si sostenido mayor) y el llamado beso negro.

Y bien, son 560 palabras, pero creo que bastante elocuentes y que cumplen con las normas de taxatividad que exige una descripción comm’il faut.

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