SARA CURRUCHICH es una cantautora maya Kachiquel. Una mujer indígena originaria de una familia y un pueblo que vive y respira arte, Comalapa, en Guatemala, que susurra al oído sus palabras y pregona al viento sus mensajes. Conocer a Sarita es sinónimo de aprender del encuentro de culturas que nos arropa en una danza, sorprendiéndonos como copartícipes del escenario que ella nos va compartiendo. Le canta a la naturaleza, a sus raíces y ancestros indígenas, a la luna y a las aves que imitan su canto. Habla con ternura del amor, de la identidad, de las mujeres y las abuelas indígenas, de la tierra y del maíz. Pero también presta su voz firme contra el racismo, la exclusión, el egoísmo y el machismo. Nos invita a sumarnos a su tejido de historias, memorias, melodías y sueños de libertad.
Para quienes se sientan tentados a encasillarla en un género tipo “folclore indigena”, les sorprenderá descubrirla, así como la diversidad que abraza no solo en el contenido de sus canciones si no también en la mixtura de géneros y estilos. El rock, el folk, la música tradicional, o aún coqueteos con el rap, son parte de sus armonias.
Tuve la suerte de conocerla y compartir momentos de intimidad, con su familia, en su pueblo, en mi casa en mis tiempos en Guatemala, y en una visita a Francia, durante una de sus giras. Una mujer bajita, indigena, en medio de otros músicos europeos y franceses en una ciudad desconocida. Dirige dando instrucciones e ilumina el escenario. Los músicos se acoplan y el público francés se suma al compás de sus indicaciones, canta y baila con ella. Sarita nos muestra que los distintos idiomas no nos limitan si no que nos complementan y nos amplían la creatividad de la comunicación. Todos se unieron al concierto.
Tengo presente su concierto para mi despedida de Guatemala, cerrando una etapa que dio inicio a un recorrido cargado de maletas con tejidos coloridos, expresión de los pueblos, y las enseñanzas de lo relativo de nuestras miradas si no somos capaces de mirar con el corazón y vibrar con el alma que nos conecta con nuestros vuelos más profundos de habitantes de la tierra, mujeres del maíz…¨
Por LILIANA VALIÑA
Analícelo, recapacite y si le parecemos INTERESANTES siga leyéndonos vea el FINAL de la NOTA …
CONTINUARÁ…
CON JABÓN…! NO COMO PILATOS PORFIS