Por FRANCISCO RODRIGUEZ PRADA
¨Si el artista Joseph Beuys con su dulce y dorada cabeza rapada, le hubiese enseñado a la liebre muerta, no a interpretar pinturas, sino la diferencia entre –aquello que se pinta y el cómo se pinta aquello-, la liebre, hubiese captado de inmediato. Hubiese captado al observar su carcasa retratada suntuosamente en un hermoso bodegón flamenco. No señor, no se trata de un episodio dantesco de Alicia en el país de las Maravillas, se trata de un performanceartístico sucedido en una lujosa galería de Düsseldorf en 1965. Beuys ya había proclamado la máxima “Todo el mundo es unartista”, sentencia majadera que la liebre hubiese refutado con vehemencia. Que tal que un ingeniero dijera lo mismo en clave de “imperativo categórico Kantiano”. Lo que es bueno para mí, vale para todos; por lo tanto, “Todo el mundo es ingeniero” ¡Pues con razón que tantos puentes se caen en Colombia! No obstante, si el arte puede ser cualquier cosa, cualquiera puede ser artista. Si un artista flamenco como Jan de Heem, se salió con la suya pintando bellamente frutillas y animalejos muertos, no es de sorprenderse que Beuys, embadurnado en miel, arrullara a un cadáver recitandonanas posmodernas. Esto suscita la necesidad de analizar con más detalle la diferencia entre -aquello que se pinta y el cómo se pinta aquello-.“Género de Terror”, se llamaba un divertido ejercicio que le planteaba a mis alumnos javerianos para desinhibirlos del temor a fracasar dibujando. Se trataba de dibujar algo “feo” para que no se preocuparan por que el dibujo les quedara feo, ya que aquello que representaban era en si mismo feo y desproporcionado. Feo, feo,feo. Usaba fotogramas de monstruos vintage de películas de Hollywood, cuyos rostros estuvieran iluminados por contrastes y claroscuros barrocos, fundidos en la penumbra atmosférica. Temibles rostros iluminados, de tal manera, que el alumno se viese obligado a construir el volumen con bloques de manchas tonales y poca línea de contorno. Los estudiantes se concentraban solo en la técnica y en el lenguaje gráfico/pictórico, y no tanto, si Bela Lugosi era guapo o si Mr. Hyde sufría de estrabismo. Éxito total. Los dibujos siempre quedaban una maravilla, aunque el Licántropo se pareciera a una piña con ojos y la piña se pareciera a Tutankamón.
La correspondencia semiótica entre el significante(dibujo) y el referente (fotograma) era irrelevante, ya que el dibujo en si mismo y el lenguaje bidimensional de representación gráfica les quedaba excelente. Ahora bien, una cosa es dibujar con pincel y tinta china al simpático personaje Sloth de la peli de los Gooniesy otra cosa es dibujar a la guapa tía Fabiola. El hiperrealismo y laidea de “dibujo bello” cohíben al dibujante inexperto.
Ahora que está de moda el hiperrealismo en Bogotá con la grata visita del artista Yigal Ozeri, se puede analizar de primera mano, muy minuciosamente, la huella pictórica en aquellas impresionantes pinturas. Es decir, se puede analizar-el cómo se pinta aquello-, además de conmoverse con aquello que se pinta.Atrás quedaron los días en los cuales, para apreciar este género artístico, había que conformarse con la “pintura de buseta de Broadway” de Richard Estes y con un retratillo de Chuck Closedisponibles en la Colección de Arte del Banco de la República.Retratillo litográfico de mas de un pliego de amplio que no está exhibido sino oculto en una bodega con otros tesoros artísticos. Tesoros al parecer custodiados por los Oompa Loompas de RoaldDahl.
Tuve la oportunidad de charlar con Daniela la curadora de la exposición de Yigal Ozeri en la Galería la Cometa de Bogotá. Con elocuencia señala la “vigencia de la pintura y su poder amplificador de la realidad”, también su aura y su presencia en tanto objeto; esto en oposición a una gran fotografía impresa en glicée, o la digitalización del arte en la era covid, o un prosaico pero lucrativo NFT. Daniela argumentaba esto y más, con erudición, citando a Benjamin (refiriéndose a Walter por su puesto); mientras yo, distraído, pensaba en la cara regordeta y la alopecia de Benjamin Franklin en el billete de cien dólares que tanto me hace falta. ¡Increible! Estuvimos de acuerdo en todo lo que decíamos; parecíamos Ulay y Marina Abramovic debatiendoen el performance titulado “AAA – AAA” de 1978.
Analícelos, recapacite y si le parecemos INTERESANTES vea el FINAL de la NOTA …Haga CLICK Aqui..:http://cafeliterario.co/aquello-que-se-p…se-pinta-aquello/
CON JABÓN…! NO COMO PILATOS PORFI