De la maldad y otras veleidades
Perfilar un personaje no solo significa historiarlo, desde todos los costados posibles, concretos y absurdos, sino que también es un acto de intromisión y equilibrio: hay que habitarlo, dejarlo ser, impedírselo, cuestionarlo, dormirle la palabra, despertársela, tajarlo y volverlo a juntar con precisión... Ver post completo.