Se llama Consuelo Córdoba. Maritornes no sabe si el nombre les resulte conocido, o la recuerden. Es la mujer que se acercó al Papa Francisco, cuando este estuvo en Colombia, para pedirle que bendijera su eutanasia, que estaba programada para ocurrir poco después con una inyección donada por un médico.... Ver post completo.
Desde el fogón
Archivo octubre 2019
La gente dispuesta
La reacción más habitual de Carolina es “tranquila, yo voy”, o “yo traigo”, o “yo busco” o “yo soluciono”. Ella va sin pereza, llama para verificar si está haciendo bien el mandado y ante el pedido nunca expresa duda ni vacilación. Por difícil que sea la solicitud uno siempre sabe... Ver post completo.
La violencia de la vehemencia
Maritornes piensa en la “violencia verbal”. Busca poder definir las coordenadas del punto donde hay claridad, oportunidad y pertinencia de la palabra —y franqueza—, pero donde el intercambio de opiniones está desprovisto de los ribetes de agresión que tanto abundan en el discurso y que de alguna... Ver post completo.
Llamado a los impacientes
Maritornes se siente a veces poseída por un angustioso afán. Observa que hay prisa por atender minucias intrascendentes —hacer, concluir, despachar, responder, inventar leyes enrevesadas e inútiles, complicar lo sencillo, para todo en general—, mientras que la molicie —precedida o acompañada... Ver post completo.
El noble escudero
Es el más noble escudero. Trata de adaptarse siempre a nuestras insensateces y excesos, y cuando por fin decide hablarnos, aún está luchando por recomponerse. Es la más fina de las máquinas, la más compleja, la más inteligente, la que nos lleva y nos trae y por medio de la cual somos y conocemos... Ver post completo.