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Publicado el Banco Interamericano de Desarrollo

Cómo una simple cocina puede salvar los bosques y mejorar la salud de mujeres y niños

Por Agustín Cáceres

Este blog fue pulbicado inicialmente en Hablemos de Cambio Climático del Banco Interamericano de Desarrollo http://blogs.iadb.org/cambioclimatico/2014/02/06/cocinaecologica/

 

cocina

En más de la mitad de los hogares hondureños se cocina con estufas rudimentarias de leña que son ineficientes, peligrosas y perjudiciales para la salud.

La combustión incompleta de la leña que se utiliza para cocinar libera gas metano, óxido nitroso y aerosoles como el carbono negro. Además, cuando se recoge leña del bosque de manera insostenible se evita la regeneración de los bosques, responsables de la captura de dióxido de carbono.

La leña en Honduras es un tema que importa: se trata de la mayor fuente energética del país y representa el 46% del consumo final de energía.

Por si esto fuera poco, los contaminantes que estas cocinas emiten dentro de la vivienda pueden tener efectos nocivos en la salud de los miembros de la familia que no trabajan fuera del hogar, principalmente mujeres y niños, produciendo enfermedades respiratorias agudas y crónicas. Se calcula que a nivel mundial, hasta cuatro millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, podrían morir prematuramente cada año por exposición a la contaminación producida por estas cocinas.

Por suerte, existen soluciones para atajar este problema: la instalación de cocinas ecológicas.

Estas cocinas pueden reducir las emisiones de CO2 entre 1,5 a 2,5 toneladas al año por estufa, mejorar la calidad del aire dentro de las viviendas y reducir más de la mitad los gastos en leña de la familia.

Sin embargo, a pesar de los grandes adelantos que se han logrado, la penetración actual de este tipo de cocina Honduras es baja y solo están presentes en el 10% de los hogares. Esto significa que todavía hay más de 1.100.000 de familias que cocinan con estufas tradicionales de leña o a fuego abierto. Un proyecto apoyadopor el BID y el FOMIN con financiamiento del programa SREP  tiene como objetivo que 75.000 hogares de bajos ingresos tengan acceso a estas cocinas, contribuyendo además a reducir de forma significativa la emisión de gases de efecto invernadero. El costo del programa por familia es sorprendentemente bajo: con unsubsidio de 42 dólares por cocina instalada que se entrega a los estuferos es posible cubrir el costo de los materiales que precisan ser importados para construir estas cocinas.

Uno de los retos que persisten está relacionado con el cambio de comportamientos: ¿Cómo se puede conseguir que las familias entiendan la importancia de pasarse a este tipo de cocinas? ¿Es suficiente con que nosotros sepamos que con 42 dólares es posible ayudar a las familias a ahorrar, mejorar la salud de mujeres y niños y evitar la deforestación y el cambio climático?

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