El mayor movilizador del ser humano es el miedo, la persuasión a través del terror es una de las tácticas más abyectas para controlar la mente humana. Así trabaja el marketing, por ejemplo, a los hombres y mujeres mayores, primero les inoculan el miedo de sentirse viejos para luego venderles pantalones con rotos y botox; así funciona en la política, te transmiten el miedo para después ofrecerte certidumbre. ¡Es una técnica milenaria!.
Los expertos en marketing saben que el miedo implica supervivencia y estado de alerta, y somete a la mente humana a grandes dosis de incertidumbre sobre lo que ocurrirá en el futuro, todos se valen del miedo: las marcas, la religión, la política, la economía, la salud e industria farmacéutica y la astrología entre otros. No solemos admitir que el miedo influye en nuestras vidas para no parecer débiles, pero el miedo es inherente al ser humano e infundido desde niños, desde nuestros padres: “no hagas eso o te lleva el coco”.
El miedo es una de las estrategias más efectivas para conseguir resultados satisfactorios y a menores costos, es la mejor publicidad, aunado al desarrollo exponencial de las comunicaciones a través de las redes sociales y la mensajería instantánea, que masifican de forma infinita el mensaje.
En Colombia se emplea el miedo como la principal propuesta electoral. El temor a una amenaza es un movilizador del miedo que se convierte en motivación para inspirar a las masas a votar. La estrategia del miedo empleada en Colombia conjuga tres variables: la sensación de escasez, y la de perder bienes y libertades, infundidas bajo el fantasma del comunismo, una tesis que no encaja en un país neoliberal en su forma de gobierno y ultraconservador de costumbres , expansionista en inversión privada y de mercados internacionales, de robusta institucionalidad, de separación de poderes y con unas fuerzas militares ajenas a las veleidades políticas; sin embargo, es un miedo que logra permear una sociedad caracterizada por su escasa lectura crítica y bajísima calidad de educación.
Durante los últimos dieciséis años la retórica ha sido la misma, que seremos un país comunista y que las Farc se tomará el poder. En 2002 y 2006 nos dijeron que Horacio Serpa y Carlos Gaviria eran comunistas disfrazados. En el 2010, que elegir a Antanas Mockus significaba la expansión del chavismo en Colombia y que Juan Manuel Santos era la cura. En el 2014, que Juan Manuel Santos representaba el chavismo en Colombia y que Oscar Iván Zuluaga era la cura. En el 2016, que Timochenko sería Presidente de Colombia, y que el Congreso de la República sería cooptado por las Farc. Hoy nos dicen que Sergio Fajardo, Humberto de la Calle y Gustavo Petro, son los nuevos representantes del “castrochavismo”. Evidentemente, nos han estado mintiendo y sembrando miedo.
Estos mitos son más fáciles de arraigarse en una sociedad como la nuestra, de reducida opinión crítica y reflexiva; juzgamos por lo que vemos en la televisión, leemos en la prensa y en las redes sociales, olvidando que el poder económico y político domina los medios de comunicación, y que la prensa en Colombia es totalmente comercial y obedece a intereses particulares, permitiendo que la opinión de las demás condicionen nuestra opinión.
El ser humano es más emotivo que racional, nuestras decisiones pasan mayoritariamente por la emoción y no por la razón, y el medio es una emoción. Es inevitable que sintamos miedo, lo que sí podemos evitar es que nos engañen. Debemos prevenirnos frente a los argumentos de la opinión que nos transmiten como información; no está mal leer y/o compartir un meme o información gráfica siempre que esta haya sido sometida a un filtro de veracidad, el error está en la ausencia de deliberación y cuestionamiento, en la falta de sometimiento al análisis o confrontación del argumento. No podemos dar por cierta toda información sin un mínimo de desconfianza frente a los argumentos y/o a la fuente que los genera.
Una sociedad que no lee y no argumenta, es extremamente susceptible de manipulación, no importa cuántos títulos académicos tengas, no ser objetivo ni crítico frente a la información te hace frágil; y repetir la información que sabes que no es veraz es éticamente incorrecto. Parafraseando a Walter Riso, la manipulación sólo prospera en los que dicen sí compulsivamente a todo y en los que son débiles a la hora de defender sus derechos.
Para la reflexión: es tal el nivel de penetración del miedo en la sociedad, que llevamos años votando por lo que no queremos ser, que, por lo que queremos ser. Nuestras elecciones han sido mayoritariamente en contra de fantasmas y no sobre las propuestas de los candidatos. Que nos resulte más practico leer memes que leer propuestas es lo que nos hace vulnerables a tomar las decisiones que desean quienes nos siembran el miedo.
Twitter: @soyjuanctorres