Tolima-Tolimán

Publicado el FabiolaH

De octubre, la revolución y el suicidio.

Fotografías revisa Life 1965
Fotografías revista Life 1965

La noche del 5 de octubre de 1965 mi padre y su primo Lalo iban caminando por la Calle Séptima con Jiménez de Quesada en Bogotá. Se iban riendo por alguna bobada de esas que ellos acostumbraban decir cuando estaban juntos. Escucharon un balazo y varias personas empezaron a gritar asustadas en una taberna española. Mi padre y Lalo en lugar de huír se acercaron y lograron entrar. Al llegar encontraron a una mujer joven en el suelo, aunque todavía respiraba moriría minutos después. Arabella Árbenz Villanova era su nombre, una mujer bella que había sido modelo en París y empezaba a ser una actriz reconocida. La revista Life le había dedicado la portada de la edición del 16 de agosto de ese mismo año. Tenía 25 años, era guatemalteca e hija el expresidente guatemalteco Jacobo Árbenz Guzmán.

El 20 de octubre de 1944 Guatemala tuvo un cambio social y político de mucha trascendencia: La Revolución, que inició luego de casi 37 años de dictaduras. Durante los años que duró la revolución se implementaron medidas económicas, políticas y sociales que transformaron (o intentaron transformar) a una Guatemala bastante rezagada, sobre todo por la inclusión de las clases campesinas y obreras en las políticas de Estado.

Durante los 10 años que duró la revolución, hubo al inicio una Junta Revolucionaria de Gobierno apoyada por la población que empezó el proceso de democratización del país. Llamaron pronto a elecciones en las cuales por primera vez se les permitió a las mujeres votar y el 15 de marzo de 1945 asumió como presidente electo Juan José Arévalo. Arévalo implementó reformas tan necesarias como un código de trabajo, el seguro social, las guarderías infantiles, un ministerio de economía, cambios importantes en el sistema educativo, la regulación del sistema bancario privado, entre otros . Si a esta etapa la nombráramos en este tiempo, recuriríamos a la gastada frase de “La primavera guatemalteca”.

Teminado el período de Arévalo en 1951, resultó también democráticamente electo Jacobo Árbenz Guzmán, uno de los líderes de la revolución, quien daría continuidad a las políticas incluyentes del Estado.

Jacobo Árbenz y su familia eran muy respetados y admirados, una familia de personas bonitas de esas que a la gente les encanta ver. Eran en ese momento algo así como la realeza de Guatemala y Arabella, su hija de 12 años resultaba siendo como la princesa.

Para Jacobo Árbenz dar continuidad a la revolución significaba dar el siguiente paso que requería de acciones necesarias para disminuír la pobreza, como ponerle  fin a los monopolios dirigidos por empresas norteamericanas y la implementación de la política tan temida por el poder económico: La reforma agraria.

La reforma agraria en un país netamente agrícola, buscaba proveer de tierras a campesinos pobres redistribuyendo fincas grandes del estado y también echando mano de latifundios ociosos de personas privadas, eso sí, con un pago por parte del estado por estas tierras.

El desenlace de esta historia es conocido por muchos: Una república bananera con intereses de empresarios norteamericanos, temor por parte de los ricos más ricos de que su riqueza fuera mermada, terminó  en un arreglo entre el gobierno de los Estados Unidos, la iglesia y los terratenientes locales. Derrocaron a Árbenz el 27 de junio de 1954.

Árbenz y su familia se refugiaron durante varias semanas en la Embajada de México en Guatemala, luego el nuevo gobierno militar le permitió salir a México no sin antes humillarlo cuando lo obligaron a desvestirse delante de todo el país para mostrar que no se estaba robando nada.

La familia vivió un tiempo en México, luego en Suiza, en la antigua Checoslovaquia, en la Unión Soviética, en Uruguay, en Venezuela, en Cuba, de nuevo en México, en fin, una vida inestable para una familia herida. Después de esta salida obligada del país, Jacobo Árbenz no se logró recuperar y Guatemala tampoco.

Arabella Árbenz sufrió las consecuencias del destierro, el abandono, la humillación  y la inestabilidad a la que su familia fue sometida. Cuentan que se distanció de ellos en la primera oportunidad que tuvo, sin embargo cargaba inevitablemente un rótulo que decía “Hija de Jacobo Arbenz quien a su vez fue hijo de la fallida revolución de un país donde los mismos son y seguirán siendo los dueños de la tierra”.

Aquella noche en la Calle Séptima con Jiménez de Quesada en Bogotá, Arabella discutía con su novio el torero Jaime Bravo. Imagino que el resto de los comensales se percataron de la discusión y fingieron no darse cuenta. Ella se levantó de la mesa llevándose su bolso y se acercó al apartado que tenía la taberna para hacer llamadas telefónicas, en lugar de tomar el teléfono, metió la mano en su bolso y sacó un arma, la colocó en su boca y disparó.

La revolución de Guatemala se detuvo en 1954 y terminó de morir esa noche de octubre en Bogotá.

 

Twitter @Tolima_Toliman

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