Más allá de su importancia para conectar al mundo, los aeropuertos pueden impulsar el desarrollo de los países y las ciudades. ¿Está listo el Valle del Cauca para despegar su propia aerotrópolis?
Los aeropuertos juegan un papel fundamental para el desarrollo de las economías que va más allá de su obvia labor como puerta de entrada y salida de personas y bienes. En sí, los aeropuertos deben ser entendidos como polos de inversión y desarrollo para los países y las ciudades, que lejos de ser una simple infraestructura de tránsito tienen un altísimo impacto en el crecimiento y bienestar de las regiones y sus habitantes.
Pero ‘despeguemos’ esta historia desde lo evidente: un buen aeropuerto, es decir, moderno, eficiente, sostenible, altamente conectado…por mencionar algunas características, es definitivo para conectar a una región con el mundo. Estas infraestructuras no solo son determinantes para potenciar el turismo y los negocios (definitivas para la conectividad de visitantes e inversionistas), sino que, además, como lo veremos, son capaces de generar una significativa derrama económica y de transformar entornos.
Los aeropuertos, sin duda, son un gran generador de empleos, no solo por los trabajos que ofrece a la industria aeronáutica, sino también por aquellos puestos que se derivan por operaciones conexas. Investigaciones recogidas por el portal Airport Gurus señalan que “por cada millón de pasajeros, los aeropuertos pueden generar entre 2.000 y 4.000 empleos en varios roles, desde pilotos y controladores aéreos hasta personal de seguridad y oficinas, equipos en tierra y de mantenimiento y trabajadores en comercios minoristas”.
El Aeropuerto Internacional Hartsfield–Jackson de Atlanta —por el que transitan cerca de 910 vuelos por día—, es el aeropuerto más rentable del mundo y genera un impacto económico anual de 34.800 millones de dólares en el área metropolitana de Atlanta, según estimaciones de la industria. A su vez, terminales de menor tamaño como el aeropuerto londinense de Gatwick genera un impacto anual cercano a los 5.500 millones de libras y 76.000 empleos, mientras que el Aeropuerto de Cork deja a la economía irlandesa una cifra cercana a los 1.000 millones de libras. ¡Un impacto brutal!
Por supuesto, para alcanzar esas poderosas cifras las terminales amplían sus acciones más allá de la ‘simple’ operación aérea. Cada vez son más comunes los grandes desarrollos inmobiliarios (comercios, hoteles y viviendas) cerca de los aeropuertos. Algunos ejemplos de ello se encuentran en los alrededores del Aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, cada vez más y mejor rodeado por parques, comercios, hoteles y viviendas; y del Aeropuerto Internacional presidente Juscelino Kubitschek en Brasilia, que se encuentra en un enclave comercial, rodeado por parques logísticos, centros comerciales e innovadores complejos temáticos y de entretenimiento. No es gratuito que el concepto de ‘aerotrópolis’, que combina los aeropuertos con el desarrollo urbano cercano, gane cada vez más pista.
Es clave mencionar que los aeropuertos, cada vez más, se consolidan como centros culturales, con exposiciones itinerantes al aire libre o en sus instalaciones. Destacable aquí la labor que en ese sentido ha puesto a volar El Dorado en Bogotá, que tiene acostumbrados a sus visitantes con muestras artísticas que van desde la fotografía hasta la pintura.
Eso sí, hay que anotar que todos estos desarrollos deben estar enmarcados en políticas de sostenibilidad, que permitan a los aeropuertos operar con el menor impacto ambiental posible y sin afectar de manera negativa a las comunidades aledañas.
AEROTRÓPOLIS EN EL VALLE
Ahora bien, iniciamos el ‘descenso’ para aterrizar estas posibilidades en Colombia, específicamente en el Valle del Cauca, teniendo en cuenta la imperiosa necesidad de abrir la licitación para la concesión del Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón, que atiende a la ciudad de Cali y sus municipios aledaños.
Esta es la oportunidad ideal para pensar en grande y soñar (con toda la intención de hacerlo realidad) con un aeropuerto de talla mundial para el Valle del Cauca, que sea uno de los vértices de un triángulo logístico virtuoso con el Puerto de Buenaventura y los parques industriales y zonas francas ubicados cerca del aeropuerto.
Más allá de la puesta en marcha de una segunda pista —vital si se quiere proyectar una terminal de talla mundial— podemos pensar en una ‘aerotrópolis’ alrededor del Bonilla Aragón, ya que cuenta con toda la capacidad territorial para expandirse a sus alrededores. ¿Por qué no pensar, por ejemplo, en un centro de eventos que reciba a artistas de talla mundial y potencie a Cali como destino para conciertos?
Incluso, yendo un poco más allá, el Valle del Cauca tiene las condiciones y el potencial para desarrollar un centro de mantenimiento, reparación y revisión para aeronaves (MRO: Maintenance, Repair and Overhaul). Un desarrollo ambicioso, sin duda, pero bastante atractivo si se tiene en cuenta que según la agencia de inteligencia de mercados Mordor Intelligence este mercado crecerá hasta los 7.670 millones de dólares para el año 2030, debido a la alta demanda de servicios por parte de las aerolíneas y aviones no comerciales.
Un dato relevante es que, para proveer los servicios de mantenimiento y reparación de aeronaves, el Valle del Cauca cuenta con el capital humano necesario: en los últimos 20 años se han graduado más de 39 mil profesionales y más de 41 mil técnicos en áreas relacionadas. Además, en Cali se encuentra la escuela militar de aviación para oficiales de la Fuerza Aérea Colombiana, donde se gradúan profesionales con competencias mucho más específicas en esta área.
Otro proyecto diferencial para una aerotrópolis en el Valle del Cauca es el desarrollo de una planta de SAF (Sustainable Aviation Fuel). Gracias a la disponibilidad de recursos relacionados a la agroindustria local es posible producir este combustible, cuya demanda aumentará significativamente en las próximas décadas debido al plan de compensación y reducción de carbono para la aviación comercial en el mundo, al cual se acogen gran parte de las aerolíneas. En suma —y para finalizar este primer viaje en nuestro blog—, es el momento ideal para que en el Valle del Cauca nos la juguemos por un aeropuerto de talla mundial, capaz de potenciar la conectividad con el mundo, así como potenciar el desarrollo y bienestar regional. ¡Nos lo merecemos!
*Por Mauricio Concha Rivera, director de inversiones en Invest Pacific.
Crédito foto: Aerocivil.
Invest Pacific
Invest Pacific es la agencia de promoción de inversión extranjera de Cali y el Valle del Cauca. Es una entidad sin ánimo de lucro, con más de catorce años de experiencia al servicio de la región y de la comunidad empresarial, brindando conocimiento, relacionamiento y gestión a la medida, en un trabajo articulado con las autoridades locales, cámaras de comercio, zonas francas, compañías, medios de comunicación, universidades y demás entidades del ecosistema empresarial.