Aunque el espíritu alegre y decembrino nos invade a muchos durante el fin de año, debo confesar algunos pequeños detalles que no me gustan de la Navidad y con esto no quiere decir que yo sea una especie de Grinch, simplemente soy realista y no dejo que la prima navideña y las altas dosis azucaradas de natilla me nublen los sentidos.
Sucede que me aterra no poder conseguir un taxi, que los almacenes estén repletos y que por eso no atiendan bien a la gente, que se retrasen los vuelos, que todo suba astronómicamente de precio, que aparezcan los familiares lejanos a pedir el aguinaldo y para rematar, tu escritorio se llena de cosas tan deliciosas enviadas por amigos o (enemigos) que no puedes resistir la tentación de comerlas.
Pero a pesar de todo los compliques que se generan durante la época, quiero decir que me encanta la Navidad, así en mi casa no tenga colgada ni una sola guirnalda y en el san alejo esté guardado un muñeco de papá Noel con traje rosado y barba gris-percudida, también veo las cosas buenas y bonitas, por ejemplo: Hacer el ejercicio de proyectarme un futuro exitoso el año que viene… Eso sí, teniendo en cuenta que el mundo no se acabe.
Y si se llegaran a cumplir las predicciones mayas, o los rumores relacionados con choques de meteoritos, o las locuras de un amigo Geek que se imagina un ataque de zombies hambrientos o las de una amiga optimista afirmando que hombres lloverán del cielo ( It´s raining men aleluya !) no importa lo que suceda, yo me iría tranquila pues no esperé hasta el final de los tiempos para hacer algo valioso: Vivir mi vida.
Lo que no realizamos en los 11 meses anteriores, será difícil cumplirlo a estas alturas del paseo, lo único que nos queda es aplicar la frase de relájese y disfrútelo, obviamente refiriéndose a las festividades, porque realmente no creo que el planeta tierra se acabe por ahora.
Tengo claro que para el 2013, iniciaré con una serie de metas pequeñas pero significativas que representan grandes cambios y más que visualizar conquistas materiales, como novio, viajes y el anhelado aumento ( pero de $alario) mi prioridad es aprender a ser feliz sin motivo alguno, basado en el arte de sonreírle a la existencia independiente de lo difícil que pueda ser la situación; innegable que para lograrlo me queda un camino laaargo de cosas por mejorar .
Diciembre es un período loco, pero más allá de las vacaciones, el jolgorio y alegría momentánea mientras llegan las facturas en Enero, se convierte en algo muy positivo cuando nos damos la oportunidad de empezar de nuevo y con pie derecho. Lo importante es no mirar atrás a menos que estemos dispuestos a aprender de los errores pasados con el propósito de no repetirlos más adelante, en lo personal dejaré mis miedos y tristezas en un lugar estratégicamente ubicado al lado del muñeco de año viejo.
Y Feliz Navidad !
@SolteraDeBotas
PD: Si el mundo no se acaba el 21, nos vemos en el asado
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