Les comparto algo que escribió mi vulnerable “yo” del pasado, en una época donde no tenía mis botas mágicas y tampoco existían las canciones de Adele para sobrellevar el despecho.
“Tus recuerdos se volvieron tan insoportablemente fuertes, que al pasar las semanas se fermentaron convirtiéndose en el néctar venenoso que algunos llaman nostalgia. Y así cada día de manera masoquista y cumplida, me encargué de beber mi dosis personal de sufrimiento, pues era indispensable pensar en ti al levantarme y continuar el día con una mueca triste. Pasadas las horas y alrededor de la 1:00 pm lo degustaba con un postre relleno de quejas y resentimiento, pero la cucharada más fuerte me la bebía por las noches hasta el punto de no poder dormir y si lograba hacerlo era inevitable soñarte.
Me dije muchas veces que podría vivir sin ti y para la muestra sigo respirando con la energía suficiente para escribir, sin embargo cada vez que inhalo y exhalo contradictoriamente sigo sin sentirme viva, como si la mitad de mi se negara a continuar porque prefiere quedarse anclada en un pasado contigo.
Luego del terremoto emocional que partió mi corazón, fue complicado volver a empezar, no he podido ni he querido salir de los escombros. Me siento tan dolida que quisiera suspender las obras para reconstruir mi corazón y hasta sería más práctico levantar una muralla china alrededor de él, por lo menos mientras los cimientos sigan inestables.
En la universidad siempre creí que tener buena memoria era bastante útil no obstante en temas de amor se convirtió en un arma de doble filo y hasta llegué a imaginar que accidentalmente caía un pequeño meteorito que golpeaba mi cabeza y entonces me daba amnesia selectiva o encontraba una máquina como la de “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” que borraba todo lo vivido contigo.
Quise sentirme bonita y escuchar nuevamente palabras melosas con intenciones pícaras, porque tu partida me hizo dudar de mi sex-appeal, así que me puse ese labial rojo-puta que tanto te gustaba y salí con mi sonrisa de sábado a conquistar el mundo. Buscando sentirme deseada me dejé llevar y disfruté de otros cuerpos que me dieron placer y un poco de autoestima momentánea, pero al despertar por la mañana sin maquillaje y sin el disfraz de fémina liberada, me daba cuenta que el dolor seguía allí.
Mi error más grande no fue quererte sino haberte nombrado amo y señor de mi felicidad escriturándote mis emociones, siendo yo misma la cómplice de una gran auto-estafa pues no entendí en ese momento que mis alegrías son mías y no dependían de ti o de nadie.
No te daré el gusto de verme sufriendo, ni sabrás el número de lágrimas silenciosas que derramé en tu nombre, por eso esta carta resultado de mi desahogo hará parte de la reserva del sumario y una vez que expulse estos demonios, lo más sano es no dejarlos entrar. Tengo la esperanza de olvidarte pronto, si es necesario gastaré todas mis reservas de voluntad y seré consciente que debo poner de mi parte, nadie más hará el trabajo que me corresponde a mí. Mientras tanto seguiré mostrando una máscara de aparente serenidad hasta que un día me crea el cuento de ser una mujer valiente.”
Atte: La Soltera sin Botas del pasado
NOTA: Escribí esto hace mucho tiempo, cuando pensaba que mi mundo se había vuelto mierda y por fortuna me equivoqué, hoy mi situación es diferente y ahora me rio de janeiro. Encontrar esta vieja carta fue una señal y si algún día vuelvo a sentir que mi presente sentimental se derrumba, imaginaré que mi YO del futuro me da la buena noticia que no morí de amor y que al final salí del hoyo.
Agradezco haber vivido lo suficiente para cometer unos cuantos errores pero también para aprender de ellos, los malos momentos se transformaron en experiencia y el dolor pasó a ser historia patria. Lo que no me mató me hizo más loca…pero también más fuerte.
…Y no faltará el exnovio que está preguntándose si el poema desesperado se lo escribí a él.
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Imágenes de la película: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos