Solteras DeBotas

Publicado el Solteras DeBotas

Las películas que nos armamos en la cabeza

Ally Mcbeal imaginacion

Caso No 1: Le envié un mensaje por whatsapp y me dejó en visto, ya pasaron dos horas y no ha me contestado…

 

La película trágica: Quizá no le gusto mucho, tal vez ya está saliendo con otra, ¿será que se lo di muy rápido? para que le envié el mensaje, ahora quedé como intensa, ¡carajos porque no escribe!. Quizá no le gusto mucho, tal vez ya está saliendo con otra, ¿será que se lo di muy rápido?…(Circulo vicioso de pensamientos, una y otra vez)

La película optimista: Debe estar muy ocupado por eso no me responde.

 

Caso No 2: Lo siento medio raro y distante, la verdad es que ya no es tan cariñoso como antes, creo que algo pasa…

 

La película trágica: Tiene otra, ¿Quién será la vieja?, quizás es mi culpa porque ya no me arreglo como antes, voy a revisarle el celular y a mirar su muro de Facebook por si tiene mensajes sospechosos.

La película optimista: Está cansado de su trabajo y ha tenido malos días últimamente.

 

Caso No 3: Llevamos poco tiempo saliendo y me gusta demasiado, presiento que podríamos funcionar como pareja y hacer tantas cosas juntos…

 

La película trágica: 0

La película optimista: Nubes, corazones rosados, unicornios, castillos en el aire, me va a llamar el viernes, luego saldremos con sus amigos, tarde de pelis y arrunchis y nos volveremos novios porque la química es evidente.

 

Caso No 4: Porqué se estará demorando tanto en esa reunión, se supone que tenía que llegar a las 8:00 pm…

 

La película trágica: Tiene otra, debe ser la vieja de la oficina de al lado, la que usa miniculiputifaldas. ¿Que estará haciendo? ¿O será la loca de su exnovia que lo llamó? ¡Por qué diablos no me contesta!

La película optimista: Se le pinchó una de las llantas del carro. Lo secuestraron los extraterrestres.

 

Caso No 5: Me terminó y no fue capaz de darme una razón de peso, ni siquiera quiso hablar conmigo.

 

La película trágica: Que hice mal, que dejé de hacer, la culpa es mía, ¿será que tiene otra? ¡Por qué es tan cobarde! exijo una explicación…

La película optimista: Cuando piense bien las cosas, me llamará y volveremos.

 

Caso No 6: Me escribió esto

emojis amores modernos

La película trágica: está como raro conmigo, esto de coquetear por chat es muy incierto, creo que hoy me va a dejar plantada.

La película optimista: Ni puta idea de lo que me quiso decir… le voy a consultar a mi prima de 19 años para que me traduzca de emoji a español…

 

¿¿¿¿???…ansiedad, deseos, celos, ilusiones, incertidumbre, efectos especiales, animación digital, subtítulos, extras, mozas, love 4 ever y mucha creatividad es lo que compone las películas que a veces nos armamos en nuestra cabeza.

Confieso que me encanta tener imaginación, porque es una facultad que en situaciones difíciles ayuda a buscar soluciones alternativas, hace que las cosas se aprecien diferente y por supuesto, la percepción se abre.

Bueno, hasta aquí todo iba bien…  pero que sucede cuando la imaginación se mezcla con paranoia o expectativas, ummmm el resultado es obvio, nuestra mente se convierte en un remolino de pensamientos que se repiten una y otra vez, así que tejemos novelas con escenarios aterradores o por el contrario aparecen los cuentos de hadas. No soportamos la espera, los silencios y todo aquello que nos aleje de la certeza, así que para mantenernos ocupadas mientras aparece una respuesta real, nos volvemos expertas en llenar de cucarachas la cabeza, con diversas teorías y conspiraciones, que solo nos generan más tormento.

Una amiga dice que las mujeres somos intuitivas y que muchas veces esas películas resultan ser ciertas, porque el sexto sentido femenino permite detectar cuando algo no está bien. Y en parte tiene razón ya que en determinados momentos, cuando el rio suena es porque piedras lleva, pero siendo sensata, lo más sano sería tener una relación con alguien en quien se confíe y en donde este tipo de videos no tengan cabida.

Sin negar que hay ciertos sujetos que no son nada claros al decir las cosas, o tienen comportamientos sospechosos, se hacen los locos o son unos embusteros; a veces preferimos imaginar y suponer que simplemente ir directo al grano y preguntar. Con esto saldríamos de la duda y usaríamos la imaginación para cosas menos agobiantes.

Peliculas en la cabeza

En ocasiones nuestros anhelos por tener algo bonito con alguien, nos llevan a esperar más de lo que deberíamos y no vemos los letreros con reflectores que tenemos enfrente (Expectativas 5 – Realidad 0). En vez de disfrutar el paso a paso, el poco a poco y el-yo-no-se-mañana, queremos que las situaciones se parezcan a lo que imaginamos y allí es cuando vienen los totazos. Obvio que soñar es lindo pero es más lindo hacerlo con la persona indicada, con aquella que ha dado muestras reales de sus sentimientos, en vez de perder la perspectiva de las cosas e ignorar las señales.

Me encantaría tener una solución para “empelicularse” menos y que el Steven Spielberg que vive en nosotras fuera menos hollywoodense. Y aunque los pensamientos no se pueden parar porque nuestra mente funciona a mil, lo que sí se puede hacer es intentar tomar distancia de los mismos y tratar de no engancharse, entendiendo que aquello que pensamos no tiene pies, cabeza, color, peso o forma, solo es una mezcla rara de suposiciones y que lo más probable es que no sean reales, así que no vale la pena darle fuerza y gastar energía en ello. También hay que entender que no podemos controlar a otras personas y a su manera de actuar, y lo que si podemos hacer es alejarnos de ellas cuando percibamos que no convienen o cuando sentimos  intranquilidad a su lado.  Mi mamá decía que uno atrae lo que piensa y si pensamos vainas jartas después no nos quejemos cuando se materialicen. ¡Ojo! También hay que ser sensatas y analizar, si quizás el problema sea nuestra inseguridad y que por esta razón estamos mortificándonos y mortificando a los demás con mil arrebatos sin sentido.

Pensar demasiado hace que las cosas se vean más grandes, o den más miedo, o sean más rosadas de lo que son. Hay que aprender a disfrutar de lo que se tiene en frente, hay que aprender a esperar, hay que aprender a ceder, hay que preguntarse si esos “videos” benefician en algo y si tendrán importancia en algunos meses o en algunos años, si esto nos está ayudando a nuestra felicidad.

Pensar demasiado solo me recuerda que debo ser práctica y que en vez de perder tiempo valioso conjeturando y temiendo, es mejor tomar decisiones y hacer cosas concretas en el mundo real.

 

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Imágenes: Ally Mcbeal, ilustración de Emm Roy

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