Aunque el tema sigue siendo tabú y existen muchos prejuicios, pues algunas personas creen que son artefactos malévolos utilizados por la gente degenerada y promiscua o que por el contrario son el consuelo de las viejas solteronas (de allí viene la palabra consolador) lo cierto es que son una gran herramienta para la salud sexual. Cada vez que una fémina ejerce la autosatisfacción, produce hormonas del bienestar, calma la ansiedad, cura el insomnio, fortalece su sistema inmunológico y hasta disminuye los dolores menstruales. Y además son una excelente alternativa para darle un toque picante a la vida en pareja. Como alguna vez le respondí a una tía bastante conservadora: A las mujeres “normales” también les gusta tener orgasmos.
En fin, a lo que vinimos.
Si es la primera vez que vas a comprar un juguete sexual, deberás hacerte algunas preguntas con el propósito de realizar una elección acertada para que sea una buena inversión que te genere muchos momentos de felicidad, pues la idea es que lo uses con cierta frecuencia, y no que el aparato se quede guardado en la mesa de noche o le salgan telarañas como a la elíptica que compraste el año pasado.
¿Qué tipo de estimulación quieres?
Esta es una pregunta que debes hacerte, y que no es tan obvia como parece, pues hay personas que utilizan juguetes sexuales para las orejas, ombligos o pies, ya que las zonas erógenas no se limitan solo a los genitales, así que donde haya piel, ganas y terminaciones nerviosas, habrá placer. Por eso hay todo un universo de juguetes, obvio que los más comunes para las féminas son los que estimulan el clítoris o la vagina, siendo los más populares los llamados mixtos, también conocidos como vibradores dobles o “conejitos” que pueden generar goce en las dos áreas al tiempo, con masaje y penetración. También hay juguetes anales, lubricantes, bolas chinas, entre otros, más la sugerencia para empezar, es que consigas una bala vibradora o un masajeador de clítoris.
¿Es para ti sola o para jugar con tu pareja?
Ya sea que estés soltera o tengas pareja, es importante que te regales tiempo para un spa vaginal. Mi invitación es que tengas un inventario erótico con lo mejor de ambos mundos, que compres un dildo o vibrador el cual te permite jugar en solitario o incluir a tu pareja de vez en cuando. Y en el caso que tengas una relación estable o amantes ocasionales, hay muchos kits bastante divertidos que se consiguen en los sex shops, que incluyen aceites para calentar motores y propiciar la sensualidad, disfraces, lencería, esposas con peluche, cremas retardantes, anillos, masajeadores, dildos para parejas, entre otros.
¿De qué tamaño lo prefieres?
En el caso de un dildo o vibrador el tamaño sí importa, y este dependerá de los gustos o la situación de cada fémina. Por ejemplo una de mis lectoras es una chica universitaria que todavía vive con sus padres, así que ella tiene una bala vibradora, la cual es muy discreta porque parece un labial. Tengo otra amiga que por su trabajo viaja mucho y su huevo vibrador pasa desapercibido cuando revisan su equipaje en los aeropuertos, (Bueno, al menos eso cree ella) y hay otra amiga que se siente dichosa con su vibrador XXL, que brilla en la oscuridad y hace sonidos de nave espacial. En mi caso yo tengo de varios tamaños y los utilizo dependiendo de lo que busque en ese momento.
¿Sabías que vienen en distintos materiales?
En el caso que sufras de alguna alergia, es importante que antes de comprar cualquier juguete chequees el tipo de material y también por el tema de higiene, pues hay algunos aparatos que por su composición son propensos a la acumulación de bacterias. Los materiales más comunes son los de silicona, látex, jelly y elastómeros, incluso hay algunos hechos en vidrio o cerámica. Una forma de salir de dudas es preguntar si son hipo alergénicos, o si son resistentes al calor y al agua para que puedas lavarlos con un poco de agua caliente y un jabón neutro luego de usarlos.
¿Cuál es tu presupuesto?
Hay para todos los bolsillos, en el mercado puedes encontrar desde el típico dildo en su versión más básica, hasta la tecnología de punta (¡Literal!) como el vibrador que te arruncha después de haberte dado un orgasmo mixto (Sarcasmo). Mi recomendación tanto para expertas como para amateurs, es adquirir un producto de buena calidad, no necesariamente tiene que ser el más costoso pero que al menos te dure un buen tiempo. Y no hagas como una amiga mía que por andar de chichipata casi se electrocuta en su bañera porque su “mini vibe” no era a prueba de agua. Claro está que todo depende del dinero con que cuentes, si tu presupuesto no es muy alto, recuerda que tienes la solución en tus manos. (¡Literal!)
¿Dónde comprarlo?
Hay que quitarse esa idea de que los sex shop son antros de mala muerte, o lugares espeluznantes, en lo personal conozco sitios que tienen una decoración muy “cute” y hasta de buen gusto. Algunos venden gran variedad de objetos como un supermercado del deleite, otros en cambio se pueden especializar en alguna práctica determinada como el BDSM*. Si no eres prejuiciosa lo ideal sería que fueras en vivo y en directo a escoger el juguete, pero si te da pena o no tienes tiempo de salir a comprarlo, puedes buscarlo por internet en un tienda online que te garantice discreción y en cuyo catálogo aparezcan todas las características del producto para que tú evalúes.
En definitiva, hay que ver la estimulación sexual como algo natural que hace parte de las muchas aristas que componen la vida de una mujer y de todos los seres humanos. El disfrutar y explorar la sexualidad contribuye al bienestar físico, emocional y mental. Así que menos prejuicios y más vibrrración.
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Imágenes de Gregoire Guillemin, Wonder Woman Secret life of superhéroes