He tenido el amigo tierno y caballeroso que sin esfuerzo le cae bien a mi mamá y además está dispuesto a darme el cielo con todas sus estrellas, pero tristemente no puedo aceptar lo que me ofrece; debido a que prefiero a alguien audaz que me robe un beso, para luego descaradamente pedirme perdón y no aquel tímido que solicita permiso como buscando mi aprobación.
En varias ocasiones, he salido huyendo del sujeto con pinta de buen samaritano y no necesariamente porque me vaya en dirección a los brazos de un guache, simplemente me aterran los individuos que en su cara se les ve el exceso de amor o más bien de cursilería.
Y es muy distinto el chico rebelde entre comillas “malo” al que de verdad es un HP, e indudablemente existen mujeres masoquistas viviendo en relaciones tormentosas con altos contenidos de drama y que obviamente les encantan esos tipos expertos en proporcionar dosis de garrote psicológico y hasta físico… Afortunadamente no es mi caso, por la sencilla razón que me quiero mucho.
Sin embargo es afrodisíaco ver un hombre de carácter fuerte cuya mirada sea misteriosa y tenga los pantalones bien puestos (aunque después se los vayas a quitar). Ese encanto arrollador que produce la seguridad en sí mismo, lo convierte en objeto de admiración y deseo. Gracias a toda esa carga de ímpetu y testosterona que despliega, podríamos suponer que el sujeto es impresionantemente bueno en la cama.
Y así la humanidad haya llegado a niveles extraordinarios de tecnología y se hable de Ciborgs, viajes turísticos al espacio y carros voladores al estilo “supersónicos”, hay cosas primarias que nunca cambiaran y una de ellas es el instinto. Como si pudiéramos olfatear aquellos rasgos que personifican poder y nuestro lado animal se estremeciera al percibir la presencia del tipo que consideramos un excelente ejemplar masculino… GRRRR !
Por eso aquel chico re-dulce que llama 6 veces al día, que me hace todos los favores y tiene vocación de paño de lágrimas, se convertirá en mi más grande confidente pero será difícil mirarlo de otra forma y mucho menos imaginarlo sin ropa. Cuando un sujeto se muestra taaan noble que parece un santo, me dan unas ganas sorprendentes… pero de rezar y esto es inversamente proporcional a cualquier mal pensamiento.
Alguna vez me aconsejaron que le diera una oportunidad a ese hombre buena gente de ojitos soñadores y mi respuesta fue concisa: “Sin química no hay nada que hacer”; además es incorrecto alimentar falsas esperanzas y utilizar a la gente, no obstante dependerá del susodicho, no dejarse manipular de aquella vieja que se aprovecha de su nobleza y que nunca le va a dar ni la hora.
Lo ideal sería encontrar un buen amigo que también nos despierte pasión y no solamente hago referencia al aspecto sexual, sino al hecho de sentir un macho de verdad (muy diferente a machista) que no se deja mangonear de nadie, ni siquiera de nosotras. Solo que a veces es difícil hallar ambas cualidades en un mismo hombre, pues la historia cliché del diario vivir, es la del tipo bondadoso que te quiere, pero que tú no quieres porque andas tragada del chico malo que es buen polvo.
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