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¿Cómo construir un amor bonito?

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“La expectativa de que una persona va a satisfacer todas nuestras necesidades emocionales, físicas y espirituales es irrazonable. En lugar de buscar a una persona que pueda marcar todas las casillas, enfócate en una persona con quien te puedas imaginar escribiendo una historia”.      Esther Perel – Psicóloga

A lo largo del tiempo las relaciones de pareja se han enaltecido y se han satanizado, hay personas que las persiguen con ansias creyendo que serán la solución a todos sus problemas, y otras que por el contrario huyen cual prófugo que le teme a los grilletes. Lo cierto es que la mayoría de las veces no se tiene claridad acerca de cómo debería funcionar el amor entre dos seres sensatos, pues desafortunadamente y me incluyo, crecimos con malos referentes y con supuestos de lo que debería ser una relación romántica. Tanto así que la regla suele ser el drama y la relación sana se convirtió en la excepción. Entonces para aprender lo que es un amor bonito, es necesario desaprender muchas vainas.

Hay que tener en cuenta que al salir con alguien, estamos saliendo con su pasado, que no solo son sus exparejas, son sus heridas, sus frustraciones, sus deseos y hasta la manera en cómo fueron criados. Esto incluye también su nivel de autoestima y su manera de reaccionar antes las diferentes situaciones de la vida. De igual forma dicha persona también se encuentra de frente con nuestro paquete completo, con lo bueno y lo malo que nos compone. Pues en definitiva nadie es perfecto y cada uno desde lo que tiene, ya sea con mucho o poquito para dar, intentará construir una relación con aquello que considera normal, pero que a veces es tóxico, por ejemplo, el manifestar su amor a través de los celos, el apego o con todas esas ideas erróneas que llevan a considerar como algo natural ese círculo vicioso de pelea-pasión-reconciliación-pelea-pasión-reconciliación…

Lo primero que hay que entender sobre el tema, es que así dos personas digan quererse con todo el corazón, no es garantía suficiente para lograr una relación madura, pues lo importante no es que se amen hasta el infinito y más allá, sino que se amen bien. Y además de los típicos sentimientos de cariño, fascinación y pasión hacia el otro, también deben existir esos pilares que son importantes para la estabilidad, como el amor propio, la confianza, la paciencia, una buena comunicación e inteligencia emocional.

Una verdadera relación se construye entre personas libres que no se necesitan, sin embargo, eligen compartir cierta parte del camino. Ninguno renuncia a las cosas que le gusta porque hacen negociaciones para llegar a acuerdos justos, no hay víctimas ni abusadores, se dicen las verdades de frente sin perder el respeto, se perdonan y la meta común es darse felicidad.  Hay gente que aprende esto por las buenas, a otras como en mi caso, nos tocó aprender a las malas, a mí nadie me explicó cómo tener una relación de pareja madura. Por lo general los amores bonitos no se dan por arte de magia, o porque el destino te tiene preparado algo fabuloso como premio, los amores bonitos se construyen.

Lo positivo es que nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo y aunque no se pueden borrar las embarradas del pasado, si se pueden hacer mejor las cosas en la siguiente ocasión.

¿Y qué debe tener un amor bonito?

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Personas maduras emocionalmente: Con un alto grado de amor propio, cada uno con su vida hecha, con un concepto claro de sí mismas, coherentes con lo que piensan, dicen y hacen, pero sobre todo felices e independientes, que no ven la relación como un salvavidas y que no parecen zombis cuando están en pareja.

Conexión muy fuerte: Tiene que existir un sentimiento profundo, una atracción no solo física, también mental y espiritual que nos hace ver al otro como alguien diferente del resto del planeta, con ese no-se-que-en-yo-si-se-donde que genera ciertas reacciones de alegría y bienestar al sentirlo cerca.

Confianza mutua y sinceridad: Es sentarse a hablar y contarse las cosas, aprender a escuchar con los oídos y el corazón, recordar que además de un amante se tiene un amigo.  Es tener la plena seguridad de que el otro estará allí para echarnos una mano cuando sea necesario. Es comportarse de manera transparente y directa para evitar confusiones o malentendidos.

Demostrarse afecto más allá de las palabras: Decir “te amo” no basta y se queda corto, porque es a través de las acciones cotidianas que se refleja este gran sentimiento, que también se expresa con el resto del cuerpo. Es dar lo mejor de sí a esa persona, es preocuparse por su bienestar, recordarle que representa algo especial, tener detalles y pequeñas acciones que le den alegría.

Admiración reciproca sin idealizar: No se puede estar con alguien por el que no sintamos ni un poco de orgullo del bueno, tiene que gustarnos por su inteligencia, por su carisma, o porque tiene un talento especial para algo. No obstante, también hay que tener las botas sobre la tierra y reconocer que tiene defectos, por el simple hecho de que es un ser humano.

Atracción sexual: No hay una frecuencia de polvos estándar, pues cada pareja define su ritmo e intensidad, lo importante es que haya intercambio de placer, juegos eróticos y romance. Aunque la pasión baje un poco con el pasar del tiempo, se debe trabajar la comunicación erótica para mantenerla sino se vuelven hermanitos, entendiendo que nunca será igual de candente que al inicio cuando estaban en la etapa de enamoramiento.

El deseo de construir un futuro afín: No se trata solo de practicar un mismo deporte o que ambos amen los waffles de chocolate, es más reconocer las metas que tienen en común y que esto les permita desarrollar proyectos conjuntos, que los hagan crecer. Como que ambos desean tener hijos y una casa a las afueras de la ciudad, o si más bien prefieren adoptar dos gatos y viajar por el mundo con una mochila al hombro.

Mantener sus espacios individuales: Es importante que construyan un “nosotros” sin que esto signifique renunciar a las cosas que a cada uno le gustan, a sus amigos, a sus actividades personales, a sus hobbies. Ni prohibirle al otro que haga o deje de hacer, ni tampoco perder la privacidad. La pareja se convierte en parte importante de la vida, pero no es la vida completa.

Entender las diferencias: Es lógico que tengan cosas similares y que por eso existe una conexión. Sin embargo, hay que comprender que nuestra pareja es un ser independiente con varios matices, que también tendrá otros gustos, opiniones y tendencias propias que pueden ser opuestas, más si se genera una apertura de nuestro lado, es posible aprender mucho de estos contrastes.

Cumplir los acuerdos pactados: Por ejemplo, si existen compromisos de fidelidad, de tratarse con delicadeza, o si se cometió un error y se hizo la promesa de no volverlo a repetir, entonces se debe cumplir la palabra. Si se rompen los acuerdos, se pierde la confianza y la relación se debilita al quedarse sin bases que la sostengan.

Resolución de conflictos sin drama: No todo es color de rosa y cuando hay algo que molesta, es mejor exteriorizarlo, pero con asertividad. Cuando surjan problemas, se debe buscar un buen momento para hablar de los temas álgidos, esto no quiere decir que se deba hacer un show por ello, o por el contrario, fingir que no ha pasado nada, la clave es no esperar hasta que un día esa mina explote y haga estragos.

Respeto mucho respeto: Es comprender al otro y reconocer su valor como persona, es verlo como un ser con igualdad de derechos. Esto empieza por las palabras y termina con el trato físico, siendo amorosos para decirse las cosas, sin ofensas, sin violencia y sin humillaciones. Así muchas veces no estén de acuerdo en ciertos puntos, debe existir tolerancia.

Admitir los errores: Si alguno la embarró, le toca dejar a un lado su orgullo por el bien de la relación y como quien dice, llegar con el rabo entre las patas, reconociendo sus fallas. Así mismo el otro debe aprender a perdonar. Lo ideal es que juntos superen dicha etapa y vean el pasado como una lección, no como instrumento de tortura.

Apoyo en los momentos duros: No solo es divertirse, viajar y salir los fines de semana, construir una relación implica acompañar a esa persona y darle fuerzas, cuando su estado de ánimo no es el mejor, cuando pierde su empleo, cuando se enferma o si atraviesa cualquier dificultad. Una sonrisa o ciertas palabras de aliento pueden ser un gran bálsamo y los abrazos tienen poderes mágicos.

Saber cuándo es tiempo de tomar caminos separados: El amor no es eterno y así dos personas sean maduras y hayan compartido momentos maravillosos juntos, puede que lleguen a situaciones difíciles en las que ya no es práctico ni sano continuar con la relación, en este caso decidirán de común acuerdo finalizar esta etapa juntos, en vez de seguir lastimándose.

Aceptar al otro y no intentar cambiarlo: Esa persona que amas es un ser hecho y derecho, no insistas en que se convierta en lo que tú quieres que sea, pues siendo sensata es más lógico buscarse a alguien que se ajuste a los ideales que tienes, que intentar convertirlo en un ser a la imagen y semejanza de tus expectativas. Amar a alguien también implica verlo con los ojos de la realidad.

¡El amor bonito si existe, mas no es perfecto! El amor bonito se construye y nadie dijo que fuera fácil pues requiere de bastante paciencia y sabiduría, y el problema es que no todas las personas están dispuestas a trabajar por ello, o no están preparadas para experimentarlo, pues se acostumbraron tanto a lo ligero o al drama, que cuando la felicidad en pareja llega, no saben qué hacer.

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