No se trata de perfección o de jamás equivocarse y mucho menos se le puede equiparar con el egoísmo, pues una persona egoísta mira todo desde la escasez, en cambio una persona con mucho amor en su interior lo ve todo desde la perspectiva más alta, o sea desde la abundancia. Quererse no va en contravía de querer a los demás, no se trata de narcisismo, se trata de crecimiento personal.
La verdad es que todas las personas llevamos nuestras cargas pesadas, estamos un poco rotas y hemos pasado por días malos, así que ese amor propio del que tanto se habla pero que en ocasiones falta profundizar, es el que más necesitamos en los períodos espinosos.
El amor propio es un superpoder. Quizás no podrás volar o mover objetos con la mente, pero te ayudará a vivir mejor, porque dejarás de buscar la felicidad afuera y te volcarás a ti, a mirar en tu interior, empezarás a construir bases sólidas para tu bienestar y el paso lógico es que cuando se tiene algo hermoso dentro del corazón, lo inevitable es que uno atraiga aquello en lo que vibra.
Ese mismo sentimiento y pasión que le pones a un proyecto, a tu trabajo, a tu pareja o a tus hijos, ponlo también en ti, es maravilloso dar a los demás y querer hacer las cosas bien, sin embargo, esto no significa que debas abandonarte o descuidarte, así que dedícate tiempo de calidad, conócete, enfrenta eso miedos que te quitan la paz y que no te han dejado crecer en alguno de los aspectos de tu vida. Cuida tu salud mental y física, busca espacios para meditar, para la introspección. En vez de darte palo, empieza a tratarte mejor como si fueras tu mejor amiga. No te compares con otras personas, valora lo que hasta el momento has alcanzado.
Que tu amor propio no dependa del éxito basado en las expectativas sociales o la apariencia física, al final todo esto es pasajero, pues los bienes materiales pueden ir y venir, el cuarto de hora se acaba, el cuerpo puede cambiar y al final todas las personas perderemos la batalla frente al paso de los años. El amor propio está por encima de esas cosas, hace parte de lo obvio que a veces no lo es tanto. Quererse es algo que debería estar allí, tan natural como respirar, comer o hacer el amor, no obstante, en variadas ocasiones nos sentimos lejanas de nuestra esencia o mucho peor ni siquiera tenemos claro quiénes somos, ni lo que queremos.
No solo bastan las palabras bonitas frente al espejo, también necesitamos de acciones, acciones concretas que validen eso que sentimos por nosotras mismas.
Desde dejar a quien no nos conviene, aprender a decir no, o expresar sin miedo aquello que pensamos. Desde confiar en nuestras capacidades para el logro de objetivos. Desde saber aceptar la felicidad que nos llega y no autosabotearnos. Desde cuidar la calidad de nuestros pensamientos, ya que estos influyen en nuestros sentimientos y posteriormente en nuestras acciones.
El amor propio no es algo estático, un día puede estar en la cima y al otro día podría caer a un abismo, por eso hay que ejercitarlo como si fuera un músculo. Mantenerlo fuerte es clave, pues está conectado con las decisiones que tomamos, con nuestra inteligencia emocional y nivel de resiliencia.
Y no es que sea fácil trabajarlo, ya que para lograr un verdadero crecimiento hay que remover los obstáculos del camino, romper con ciertas creencias, soltar recuerdos o ideas rígidas que nos limitan. En el proceso veremos facetas de nosotras que no nos gustan, sin embargo hacen parte de todo nuestro paquete y esto hay entenderlo, reconocer nuestro brillo y admitir nuestras sombras.
Si bien es importante estar rodeado de gente positiva y que nos quiera, cultivar relaciones bonitas con familia, amistades o parejas, hay un punto hasta donde llegan los demás, ese amor y apoyo que éstas personas nos dan, no basta ni será suficiente, porque requerimos hacernos cargo de nosotras mismas, de trabajar aquellos asuntos sin resolver, pues al final somos las responsables de nuestra vida, por ende tenemos el control para mejorar o empeorar nuestras condiciones, así que debemos amarnos, no solo por un motivo poético o romántico, debemos amarnos porque es parte de nuestra supervivencia en un mundo cada día más cambiante.
A mí el amor propio me salvó y me curó, por eso cuando fui consciente de muchas situaciones de mi vida que necesitaban ser atendidas, fui capaz de pedir ayuda y luego puse de mi parte para sanar. Todavía sigo en ello.
El amor propio no te hace invencible, pero si podrás recuperarte más rápido de las situaciones duras, tendrás mayor apertura para aprender de ellas y contarás con herramientas para salir adelante. Te ayudará a diferenciar la culpa de la autorresponsabilidad, te tratarás con cariño a pesar de las fallas cometidas. Dejarás de tomar las acciones de los demás de forma personal y entenderás que esto te afecta en la medida que les des tu atención.
El amor propio no te hará la más hermosa pero si la más segura, no intentarás parecerte a fulana o zutana, buscarás ser una mejor versión de ti misma. La belleza no viene de la perfección sino de la aceptación y la originalidad.
El amor propio es tu derecho como ser humano, pero también es tu deber cultivarlo.
Valeria De La Espriella
Autora del libro: Manual para Solteras DeBotas. Disponible en librerías de Colombia y en la tienda online.
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