En septiembre de 2020, MinHacienda logró recaudar $4,8 billones en TES con vencimiento en 2050. Tras la rebaja de calificación de la deuda soberana del país, se ve muy difícil repetir la proeza del año pasado, argumenta estudiante de economía de la Universidad Javeriana (de Bogotá).
Por Karol Santacruz Ortega, Ser Pilo Paga 3, monitora de macroeconomía avanzada. #PlumasInvitadas
El ministerio de Hacienda logró en septiembre del año pasado la colocación del Título de Tesorería Clase B en pesos por $4,8 billones con vencimiento al 2050. Fue un exitazo. El minHacienda resaltó que “este es el bono más largo en la historia del país para su curva en pesos, a una tasa cupón de 7,25%, y una demanda cercana a dos veces el monto emitido”.
El hecho de que este instrumento de financiación sea a 30 años, le dará tiempo al país de recomponerse ante los efectos económicos del COVID-19 y estabilizarse para cumplir con la obligación de pago a largo plazo. También, que haya sido emitido en pesos disminuye el riesgo cambiario.
Sin embargo, la caída de la reforma tributaria, las protestas sociales y las pocas posibilidades de hacer ajustes estructurales llevaron a que la firma Standard & Poor’s Global Ratings, una de las tres principales calificadoras de riesgo en el mundo, decidiera el pasado miércoles 19 de mayo bajar la calificación de Colombia para deuda soberana a largo plazo en moneda extranjera de BBB- a BB+.
Analistas de JPMorgan, Morgan Stanley, Corficolombiana y Bancolombia afirman que las probabilidades de que en los próximos meses Fitch y Moody’s también bajen la calificación va en aumento.
La última vez que Colombia perdió su grado de inversión fue en agosto de 1999, y no lo recuperó sino hasta el 2011. Los motivos que tuvo Moody’s en el 1999 son similares a los de S&P en 2021: el debilitamiento de los fundamentos económicos de la nación tanto desde el punto de vista fiscal como de deuda externa, grandes desequilibrios macroeconómicos y la profunda recesión que vivía el país.
Cabe preguntarse, tras la pérdida del grado de inversión, ¿se podría repetir la exitosa historia del bono TES a 30 años?
Dada la pérdida del grado de inversión, principalmente en el corto plazo se espera un aumento en la prima de riesgo del país y en la tasa de cambio, devaluando la moneda local frente al dólar, y tasas de interés más altas. También tendrá consecuencias de mediano y largo plazo para la deuda pública y privada, y para la inversión extranjera.
Esta pérdida implica que los prestamistas extranjeros cobren mayores tasas de interés para darle crédito a Colombia, pues hay mayor percepción de riesgo de impago, causando una posible disminución en la inversión extranjera directa que llega al país. Por su parte, las tasas de interés de los TES aumentarán por la percepción de mayor riesgo de impago.
Corficolombiana estima que las tasas de los bonos de largo plazo aumenten entre 25 y 56 puntos básicos en los próximos días. Así mismo, Bancolombia prevé un incremento temporal de 35 puntos básicos en la prima de riesgo soberana.
En tal sentido, no hay incentivos para emitir un bono TES de la misma magnitud. El país necesita elevar lo más pronto posible su calificación. Para ello debe tener un crecimiento económico más rápido de lo esperado junto con medidas fiscales estructurales, es decir, una reforma tributaria, para así permitir cierta estabilidad en el mediano plazo para las cuentas fiscales y, potencialmente, la situación social.
Colombia se debe percibir como un país estable y menos riesgoso. Solo así se podría contemplar otra emisión de TES a muy largo plazo como la del 2020.