Hace unos días vi una serie en Netflix bastante profunda: Un hombre perdió a su esposa por cáncer. Ella le deja un video con varios mensajes para que él tenga en cuenta cuando no esté. Nunca tuvieron hijos y siempre eran los dos para todo, junto a su perrita. Habían tenido una muy buena relación y una vida juntos muy feliz, así que la partida de ella iba a ser un duro golpe para él.
Él piensa en suicidarse porque no le interesa la vida sin ella. En el video ella le dice la importancia de seguir viviendo por más dolor que sienta por su ausencia. Le dice que lave la loza, que limpie la hermosa casa que tienen, que le de paseos a la perrita. Que disfrute el sol todos los días, el aire. Los pequeños instantes de la vida. Que no pierda la alegría, eso que siempre lo caracterizó, la bondad, la ternura con otros, esa manera de hacerlos reír. Incluso le dice que más adelante, cuando se sienta listo, salga con alguien. Le agradece lo feliz que fueron.
En una de las visitas de todos los días al cementerio, tiene conversaciones sobre la vida con una señora que visita la tumba de su marido sin falta.
En una de esas conversaciones, él le cuenta que ha desistido, por ahora, de suicidarse, porque se da cuenta que no todo gira en torno a él, que hay personas que le importan, como su cuñado, sus compañeros de trabajo, su perrita, su sobrinito y no puede ignorarlo, que él desea que por lo menos su vida, su rincón de vida, sea algo bueno para otros.
La señora le dice algo que me encantó: La felicidad es maravillosa, tan maravillosa que no importa si es tuya o no.
Una sociedad crece bien cuando las personas plantan árboles, cuya sombra saben que jamás disfrutarán. La gente buena hace cosas buenas por otras personas . Es tratar que nuestra existencia deje algo bueno en los demás, les ayude, les aporte.
Esta serie: Afer Life, me conmovió mucho. De eso tal vez se trata la vida.
Alguna vez alguien me preguntó si yo era feliz y hoy puedo responder esta pregunta y decir, sí, soy feliz. He tenido dolores en la vida, cosas que no salieron como esperaba, me ha tocado recalcular la vida muchas veces, he tenido pérdidas que me han dolido el alma, y no se trata de superarlas y hacer como si ya fueran pasado, no… sino de aprender a vivir con eso. Viendo el sol cada mañana, disfrutando algo de comer, hablar con mis hermanas, salir a pasear con mi perrito. Arreglar mi casa, que todo se vea lindo. Ser gentil y amable con la gente que me encuentro, ayudar a alguien cuando se presente la oportunidad, con una conversación, con una sonrisa y un saludo amable. Hacer algo por alguien.
A veces uno está triste o aburrido con la vida, es normal, hay días de días, pero ver un amanecer bonito, el gol del equipo favorito, una buena noticia, hablar con los sobrinitos y mis hermanas (en mi caso) me pone feliz… no todo es sobre uno mismo. A veces uno es el espectador perfecto de cosas maravillosas y es tan bonito que uno siente esa felicidad como propia.
Tal vez solo se trate de vivir e intentar hacer de su pequeño mundo un buen lugar.
Andrea Villate [email protected]
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ANDREA VILLATE
Escribe acerca de la vida, la muerte y la salud tanto física como emocional. Todos los domingos. –
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