(Parte II)
Repiten y repiten que uno no puede hablar mal de la empresa de donde trabaja, eso no aplica en un medio de comunicación e información, porque los medios de información no están hablando de zapatos ni de vestidos, ni de productos de consumo, están hablando de un patrimonio de la humanidad y de un derecho que es la información veraz.
Para mí es evidente que si existe un conflicto de intereses en un medio de comunicación que le pertenece a un grupo económico y ese conflicto siempre debe ser visible, no creo que los grupos empresariales no deban tener un medio de comunicación, de lo que sí estoy convencida es que deben honestamente decirle a sus lectores ,que su línea editorial está comprometida y que lo que leen ahí es desde una perspectiva editorial clara que está amarrada a esos intereses y los lectores tendrán que decidir si toman o no toman esa información, tampoco creo que lainformaciòn de un medio que le pertenece a grupos de poder necesariamente tiene que
ser falsa, no obstante claramente es una información que no es libre, porque hay intereses. de promedio que no permiten que exista tal libertad
Daniel Coronell, no cuestionó a semana como empresa, siempre estuvo agradecido con los tiempos de estar ahí, lo que cuestiono y confrontó fue la administración de la verdad,la manera en que se estaba dando a conocer la verdad, evidentemente los dueños y administradores de esta revista no entendieron la diferencia entre cuestionar la manera en que se expone la verdad y cuestionar al todo el trabajo del medio de información no tengo idea de qué pasa allá dentro,pero es evidente que la línea editorial está comprometida con el Estado y los intereses del Estado.
Más allá de las discusiones que se abren si Daniel quería o no quería ser echado públicamente por segunda vez y si tiene intereses personales con esta situación, acá lo que yo veo es que la revista Semana no tuvo la grandeza de entender que estaba siendo cuestionada profesionalmente con argumentos sólidos. y la verdad que Semana expone evidentemente en varios temas es una verdad parcializada, ¿eso es bueno o es malo?,
no lo sé. Yo estoy convencida de que la objetividad no existe y que la comunicación va a ser verdaderamente libre cuando tengamos la grandeza de reconocer que todo lo que decimos es subjetivo porque lo hacemos desde nuestro punto de vista, porque somos personas y no máquinas: lo que señalo yo acá es que a Daniel Coronell le castigaron la grandeza de ser autocrítico y de criticar al medio en el que estaba, como a cualquier
empresa de zapatos que uno de sus empleados osara decir que la empresa no está teniendo zapatos de calidad, la diferencia es que aquí no hablamos de zapatos, los zapatos no son patrimonio de la humanidad, aquí hablamos de la verdad, y la revista no tuvo la grandeza de dar el debate. los zapatos no son patrimonio de la humanidad bien pueden echar de ese empresa a quien les critique si no quiere valorar la critica no hay afectación a la ciudadanía. Aunque onio que empresarios inteligente oyen la critica de sus empleados no los echan si no se engrandecen con sus observaciones igualmente no es tan grave que una empresa cualquiera eche a sus empleados por opinar sobre el producto como sí lo es cuando un medio de informaciòn lo hace .
.Agregado a esto, Daniel Samper se va porque decide
caminar con su compañero, y liberarse del compromiso de respaldar una verdad matizada , sabemos que una verdad matizada está muy cerca de convertirse en mentira.
Yo no sé si Semana se va a convertir en el portavoz de las mentiras, lo que sí tengo claro es que mientras sus periodistas tengan una sola línea editorial y una sola postura política y social, va a ser una revista mediocre al servicio del establecimiento y no de la ciudadanía y su verdad no va a ser productiva para la construcción de País. Quizá gane éxito en métricas de clips , pero ha perdido mucho en materia de confianza periodística.
En definitiva, Semana se ha dado un tiro al pie, sale Daniel Coronell y dos periodistas más se suman y renuncian. Daniel Samper y Julian De Zubiria un académico que he leído ocasionalmente y que se ha caracterizado por defender el derecho a pensar diferente. Absolutamente admirable la decisión de este profesor que yo no he tenido la oportunidad de conocerle màs allà de sus publicaciones .
A Daniel Samper le creo, recuerdo que hice el ejercicio pedagógico de escribir una columna donde lo denominé ‘bufón’ con toda la
intención de hablar del bufón como factor político, pero en una ciudadanía tan compleja como la nuestra, se quedaron con el bufón del diccionario, que se supone que es una persona desagradable y desde ahí muy pintoresca; recuerdo que Daniel Samper dijo: “me van a acribillar con ese titular, Mar”, y la difundió en sus redes sociales, también dijo: “las
personas tienen derecho a escribir lo que quieran.”
Creo en estos defensores de la verdad como patrimonio de la humanidad
independiente de lo que piensen de su estilo periodístico, nadie puede decir que es un estilo periodístico amañado al servicio de alguien más que no sea exponer la verdad. Los periodistas tenemos el deber ético de defender la verdad, infortunadamente el debate filosófico sobre qué es y no es verdad ha entrado en el periodismo sin tener en cuenta que en periodismos los hechos no pueden ser matizados con imaginarios cuando se trata de noticias y no de opiniones libres , han argumentando que la
verdad puede ser cualquier cosa, que tiene muchos matices y muchos colores. Si me preguntan a mí, puedo decir que eso aplica para el arte, aplican para la filosofía, aplica para muchas cosas, pero en el periodismo la verdad es una sola, ¿cuál es la verdad?, pues la
verdad que tú defiendes, que tú investigas, que tú cotejas, que tú confrontas como periodista, esa es la verdad. Como periodista yo tengo el deber ético de defender la verdad que he estudiado, he analizado, he cotejado, he confrontado y he cuestionado.
Ninguna otra verdad.
Hay muchas verdades eso es cierto, pero el periodista defiende su verdad, estudiada y reflexionada, y la ciudadanía tiene derecho a conocer esa verdad, si por alguna razón esa verdad lleva a otras dudas y alguien más decide estudiar, y confrontar a partir de ahí, no solamente es totalmente válido es justo y necesario y que se abra el debate sobre las verdades expuestas . Lo cierto es que ningún medio de comunicación tiene derecho a secuestrar alguna verdad y que cada periodista tiene el derecho
legítimo defender su verdad siempre y cuando en ella no habite la manipulación.
El deber ético es exponer la verdad desde nuestra perspectiva desde nuestro enfoque con nuestras herramientas, sin ocultamientos maliciosos y, a partir de ahí generar opinión, y reacción, la verdad no debe ser secuestrada por ningún medio de comunicación.
A mi criterio eso debería ser delito.
Me siento orgullosa de que en mi país todavía existan periodistas dispuestos a defender la verdad como patrimonio de la ciudadanía.