Eva Rey y Emilio Tapia: La Gallardía de Preguntar Frente a la Dictadura del Click
Recientemente, una conversación con un colega y amigo sobre la entrevista de Eva Rey a Emilio Tapia Aldana me llevó a una profunda reflexión. Este diálogo, vía WhatsApp, fue clave para matizar mis ideas. El colega sospecha que a Eva no le habrían dado la entrevista si fuera para confrontar a Emilio Tapia. O para…
La misión del periodismo profesional no es complacer. A diferencia de medios que “ofrecen muy poca información de fondo, hechos y diversidad de opiniones” (Konrad-Adenauer-Stiftung).
La Autocensura y la Libertad de Prensa
Recientemente, una conversación con un colega y amigo sobre la entrevista de Eva Rey a Emilio Tapia Aldana me llevó a una profunda reflexión. Este diálogo, vía WhatsApp, fue clave para matizar mis ideas.
Este intercambio sobre la entrevista a un personaje así evidenció las presiones en la comunicación digital. La reacción instantánea de la audiencia puede convertirse en una poderosa censura.
Emilio Tapia, conocido como un “zar de la contratación”, ha sido condenado por el “Carrusel de la Contratación” en Bogotá. Más recientemente, fue sentenciado por el caso “Centros Poblados”, donde desvió millones de pesos (El Espectador, 2023; El Tiempo, 2024).
Actualmente, Tapia está en libertad condicional, tras cumplir más del 60% de su condena. Ha expresado arrepentimiento y el compromiso de devolver el dinero (Semana, 2025).
En mi opinión
Como Educomunicadora, es inaceptable que las audiencias dicten qué deberíamos o no deberíamos publicar. Esto es tan reprochable como cualquier otra censura, incluso la de los dueños de los medios.
En una democracia, la libertad de prensa es un derecho fundamental. Nos permite entrevistar a quien sea necesario. La prensa podría generar controversia, gustar o disgustar. Lo que jamás debería existir es la censura, ni la coacción a la autocensura.
El colega planteaba que entrevistar a quien sea no implica un aplauso a una “mala” entrevista. Esto es cierto. Una cosa es la crítica para evaluar, pesar y medir un trabajo. Otra, muy distinta, es el acoso que lleva a la autocensura.
Para él, no hubo coacción a autocensurarse.
Para mí sí la hubo.
La coacción a autocensurarse es tan detestable como la censura misma. No importa su origen o motivo.
Para un juicio válido sobre un contenido, es indispensable conocer el material completo. No solo fragmentos o promocionales.
La semiótica, clave en el periodismo, nos enseña a interpretar signos (UPN Blogs, 2020).
Pienso que evaluar una entrevista solo por fragmentos ignora la complejidad de su significado . Criticar sin revisar la labor íntegra es injusto.
La Percepción Pública y el Periodismo de Entretenimiento
Surgió un punto álgido: la dinámica de las reacciones públicas frente al periodismo.
El colega señalaba que Eva Rey, con su estilo picante y tendiente al entretenimiento, se habría equivocado. Habría entrevistado a un “bandido sin cuestionar su bandalismo”. Lo habría “banalizado”. Esto, al “vender” la entrevista con videos cortos que generaron un efecto boomerang.
Su argumentación era que una entrevista así, con el entrevistado “muerta de risa, hablando de sexo, en una casa llena de lujos, vestidos con trajes de diseñador”, no era digna de aplauso.
Desde mi punto de vista, no podemos juzgar una labor completa por unos segundos de promoción. Las entrevistas son complejas. Un pedazo fuera de contexto podría volverse ruido. Cuestionar el contenido es válido. Incluso enfadarse o hacer una campaña crítica de fondo. Eso es parte del ejercicio comunicativo.
Lo inaceptable es que esto derive en acoso. Que lleve a una periodista a eliminar su trabajo y a disculparse. Que prometa “contenidos a la medida”.
Esto, a mi parecer, raya en la dictadura del clic. Una condescendencia con audiencias que buscan “pan y circo”. La audiencia debería ser crítica. Debería medir lo que consume. Lo que no está bien es matonear sin conocer el trabajo.
Si soy periodista, de entretenimiento o no, tengo libertad para asumir mi labor. Las audiencias pueden cuestionar y evaluar. Mas no pueden imponer agendas ni llevar a la autocensura. Cada periodista tiene derecho a mover su publicidad desde su estilo. Yo observo mucha doble moral en este país.
Todo el tiempo deberíamos entrevistar a criminales. A presuntos criminales. A gente condenada. Sé que Emilio Tapia es cuestionable.
El Estilo Propio y la Ética Periodística
Como educomunicadora y periodista para el desarrollo humano, jamás me habría echado atrás como lo hizo Eva. Sostengo que la censura no debería venir ni de la audiencia.
¿Cómo pueden evaluar sin escuchar el material completo? Los y las periodistas evidenciamos realidades. No estamos para dar gusto. Eva podría ser criticada por su estilo. Lo que no puede pasar es que ofrezca disculpas por un ejercicio periodístico.
Los ejercicios periodísticos son libres. No está bien que la labor de Eva se evalúe solo por videos micro o publicaciones de expectativa. Para evaluar la labor periodística de cualquier persona, debería ser un consumidor responsable. Debería conocer todo el material para un juicio.
He visto entrevistas a todo tipo de personalidades. En este país, incluso se entrevistó a Pablo Escobar. A personajes problemáticos y actores políticos de la violencia. Diariamente deberíamos entrevistar a personas cuestionadas. Alguna vez se entrevistó a Garavito.
Puede gustar o disgustar el material. El material debería transitar libremente.
Las críticas al estilo periodístico son válidas. El periodismo promiscuo, que abarca muchos temas, exige una técnica semiótica y un estilo complejo. No es sencillo complacer a todos con nuestra labor. Un periodista no es un artista buscando aplausos. Es alguien que narra realidades. Desde la pregunta, respuesta y contrapregunta.
Este ejercicio puede hacerse de diferentes maneras. No solo periodismo crítico o político. A veces es mixto. Las técnicas periodísticas, con el estilo propio, son un desafío diario. Siempre busqué un periodismo para el desarrollo humano. Que uniera biografías, historias de vida, personalidades, textos, contextos, realidades. Todo para generar diálogos de saberes y educomunicación. El “compromiso profesional es buscar y difundir la verdad de los hechos, nunca mentir” (Restrepo, 2004, citado en Redalyc).
La Defensa de la Profesión
En mi ejercicio como periodista he cometido diferentes errores técnicos. Sin embargo, no me arrepiento de ninguna entrevista.
Mi interés genuino de preguntar, contra preguntar y narrar la historia siempre estuvo.
No siempre me gusta el resultado de los ejercicios de Eva. Aun así, comprendo que como audiencia decido qué consumir.
Puedo encontrar aprendizajes en la disimilitud profesional.
No fue grato ver a una periodista disculparse con la audiencia. Por atreverse a traer un contenido que le nacía hacer. Fue juzgada y lapidada sin conocer el material. Algunos colegas la felicitaron por disculparse.
Mi interlocutor reflexivo vehementemente me dijo queyo no respetaba a la señora audiencia.
Mi postura es que sí reconozco a la señora audiencia.
Solo le exijo rigor: si van a juzgar mi trabajo, deberían conocerlo a plenitud.
No quiero un mundo sin libre tránsito para nuestras labores periodísticas.
Ni periodistas de primera y segunda categoría.
No quiero un mundo donde el periodismo se mida diferente por intersubjetividades no documentadas.
A mí sí me hubiera gustado saber qué hablaron con ese señor. Conocer el diálogo. Para causar mis propias impresiones. Para cuestionarme a fondo.
No puedo decir nada de un material que no he visto.
En esta era de interconectividad y burbujas virtuales. Donde la gente no quiere ver nada que no sea de su agrado. Donde forman nichos de pensamiento similar. Donde muchos se cuelgan del escándalo para fortalecer sus marcas. Incluso por indignación colectiva. Deberíamos pensarnos ejercicios semióticos conscientes. Y revisar las líneas del periodismo que consumimos.
La discusión con el colega reafirmó algo fundamental. Como profesionales de la comunicación, no estamos para complacer audiencias o ser "impólutos". Estamos para informar y generar diálogo. La crítica es bienvenida para evaluar, pesar y medir. El matoneo y la coacción a la autocensura son deplorables. Deberíamos trabajar por audiencias más conscientes. Capaces de un consumo crítico y con argumentos. Que sepan diferenciar el desagrado personal de la censura.
Conseguir entrevistas con personajes públicos o complejos es un trabajo arduo. Requiere tejer relaciones.
El colega sospecha que a Eva no le habrían dado la entrevista si fuera para confrontar a Emilio Tapia. O para aclarar dudas sobre su situación judicial. Él especula que la entrevista fue condescendiente. Que no fue periodismo serio para cuestionar al personaje.
Yo le he planteado que a veces es bueno hacer preguntas triviales. O hablar de temas “tontos” en entrevistas densas. Pensando que quizás se habló de sexo y temas picantes para luego abordar preguntas complejas.
Ni el colega ni yo sabemos lo que realmente sucedió. Lo que sí sabemos es que la entrevista no se publicó.
Fue tanto el matoneo y la condena a la periodista. Que se vio presionada a disculparse con la audiencia. Por haber hecho un trabajo que, para ella, tenía valor.
A mi juicio, eso no debería pasar. Las audiencias hoy deberían ser críticas y rigurosas. No “criticones de oficio”. Para confrontar un contenido, deberíamos hacerlo con argumentos.
Vi muchos influencers haciendo contenido contra Eva. Sin conocer el material de fondo. Son especulaciones.
Nadie sabe cómo llegó a esa entrevista.
En mi opinión, especular que no le habrían dado la entrevista si fuera alguien que iba a confrontarlo, me parece una falta de criterio.
A mí me ha costado conseguir entrevistas. Los procesos para el diálogo con los personajes no son fáciles. No me gustaría que al lograr una entrevista se especule que me la dieron por pactar condescendencia.
Además, es cierto que los periodistas hacemos diálogos previos. Podemos acordar no hablar de ciertos temas. Eso no atenta contra la ética.
Estoy cansada de un mundo donde somos ligeros para condenar sin rigor. Condenar lo condenable debería hacerse con rigor.
Desde mi perspectiva, no veo rigor en la condena a Eva. Me pareció muy fuerte y problemático verla disculparse con la audiencia. Y prometer traer “contenido de su agrado”.
Algo así como “me voy a portar bien de ahora en adelante”.
Esto me dolió. Es algo que yo no haría.
Aunque muchos colegas y personas la felicitaron.
A mí no me parece. Consideré importante sentar mi opinión.
Hoy es Eva. Mañana podría ser cualquier periodista. Presionado por la sociedad del espectáculo. Teniendo que disculparse por su trabajo. Rodeada de matoneo y especulación.
Un periodista es responsable en lo que hace. Su tarea es delicada. Exige decisiones éticas y reflexivas.
Aspectos que Eva demostró con gallardía. Al atreverse a entrevistar a una persona tan controversial. Defendiendo su libertad de investigar y preguntar.
Deberíamos ser conscientes que el mundo como lo conocemos se acabó. El desafío actual es la intermediación y la interconectividad. Y sus afectaciones en nuestra vida real. Para mí es menester empezar a comprender que todo pensamiento debería ser pesado, medido y evaluado.
La libertad de expresión es un derecho. Para ejercerla, deberíamos tener libertad de pensamiento y desarrollar un pensamiento crítico.
Necesitamos urgentemente ser conscientes de nuestros pensamientos propios. Evaluar nuestras propias críticas antes de exponerlas, medirlas.
Eso es una forma de construir paz.
No estoy de acuerdo con que creamos que las audiencias deberían mandar sobre el contenido que deberíamos producir.
Jamás estaré de acuerdo con eso. Tener en cuenta la voz de las audiencias implica también tener en cuenta los argumentos de las audiencias.
No estoy de acuerdo en recibir críticas de gente que no conoce nuestro contenido.
En desacuerdo con escuchar a quienes imponen su agenda en nuestros contenidos.
Alguna vez, en dos ocasiones, viví censura. No podía hacer nada. Estaba iniciando y necesitaba fortalecer mi marca. Nunca les contaré quiénes me censuraron.
Tuve que hacer maromas para que el producto saliera.
Tuve humildad, táctica y estrategia. Para que mi producto saliera sin perder los espacios ganados. Esa es la realidad que enfrentamos algunas veces de muchos de nosotros cómo periodistas.
Yo no puedo estar en contra de la censura. Y aplaudir la coacción a censura que hace la audiencia.
No me odien por criticar a la sagrada audiencia.
Sé que la audiencia nos “pone la papa en el plato”.
Sin embargo, nací para ser una mujer putamente libre. Y me he pasado la vida entera peleando con quien “pone la papa en mi plato” cuando ha sido necesario.
Las dos veces que viví censura, dialogué amablemente con mis censuradores. Llegamos a un acuerdo para publicar.
Quedamos amigos sociales.
Ya han pasado muchos años.
Rechazo la censura previa. Tanto cómo a la coacción a la autocensura.
Así como a la censura directa de dueños y directores de contenido.
Sé que es difícil defender nuestro derecho a transitar libremente con nuestros contenidos. Y que puede tener consecuencias en nuestro desarrollo profesional y económico. Aun así, yo nunca dejaré de ser una periodista putamente libre.
En el desarrollo de mi carrera también he sido criticada por mi estilo. Sin ser de investigación documental. Sino entrevistadora. Siempre basándome en un proceso riguroso de contraste de información. Esta bien eso es parte del ejercicio.
Agradezco a todas las personas que han invertido su valioso tiempo en estas reflexiones desordenadas. Su interés es el motor que me impulsa a seguir pensando y compartiendo mis puntos de vista también como escribidora.
Les invito a leer este contenido de respaldo a las reflexiones del día de hoy
Redalyc. (2004). La verdad en el periodismo: entre la objetividad y la subjetividad. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/295/29511108.pdf (Hace referencia a Restrepo, J. (2004). Ética para periodistas: principios y casos. Norma.)
Periodista Para el desarrollo humano – Comunicadora para la vida y las resistencias. Edu comunicadora , Escribidora, disléxica , neuro divergente, Autista. madre. esposa ,Ama de casa . Ácrata
Quién propuso la iniciativa de Feminismo Artesanal – Expositora de opinión y este es un espacio de reflexiones desordenada con textos largos.
Los editores de los blogs son los únicos responsables por las opiniones,
contenidos, y en general por todas las entradas de información que deposite en el mismo. Elespectador.com no
se hará responsable de ninguna acción legal producto de un mal uso de los espacios ofrecidos. Si considera
que el editor de un blog está poniendo un contenido que represente un abuso, contáctenos.