Diego Fonnegra, el guardián de la memoria de Francisco de Paula Santander

Por Mar Candela

Diego Fonnegra, el guardián de la memoria de Francisco de Paula Santander
Hoy, en una ciudad donde los museos suelen tener amplia visibilidad, este espacio parece contar con menos aliados y divulgadores. Me pregunto por qué. ¿Será que la historia contada desde lo íntimo, desde lo familiar, necesita nuevos caminos para ser escuchada? Lo cierto es que este museo ofrece una experiencia distinta: la de la memoria tejida con afecto, paciencia y compromiso. Por eso, esta columna es una invitación a quienes aman la historia, la educación y la justicia, a acercarse a este lugar. A escuchar a Diego. A dejarse tocar por su relato. Porque cuidar la memoria también es cuidar el país.

En medio de la fiebre histórica y la constante tensión política que vive Colombia, hemos vuelto a caer en la trampa del maniqueísmo: o estás con Bolívar o estás contra él. Esta cruzada épica nos hace olvidar al arquitecto de la República, al “Hombre de las Leyes” que nos puso a funcionar: Francisco de Paula Santander. Necesitamos urgentemente equilibrar la balanza en la Nación.

Tuve la oportunidad de dialogar con Diego Fonnegra en dos ocasiones, y a través de esas conversaciones entendí que el verdadero campo de batalla no es el militar, sino el de la memoria. La Casa Museo Francisco de Paula Santander no está en el centro histórico, sino en la antigua Hacienda El Cedro, al nororiente de Bogotá (Carrera 7 No. 150-21). Es una casona campesina del siglo XVII, con estilo colonial andaluz, paredes de tapia pisada, que respira más de 400 años de historia de la Sabana. No es un museo estatal, sino un lugar íntimo, tejido a pulso por Diego y su familia, un claro ejemplo de resistencia patrimonial.

El Corazón Abierto de la Historia Viva

El museo es el hogar de un legado que Diego Fonnegra, su custodio, y yo interpretamos como una necesidad histórica. Él, con más de 70 años, es el principal guardián. Su perfil como historiador, visionario y exfuncionario público que trabajó en la transformación de la Dirección de Turismo en el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, da un peso especial a su labor de defensor del territorio y de la memoria. Su pasión es lo que desarma mi propio cinismo sobre la gestión de la memoria nacional. Es un lugar que está vivo, y gran parte de su magia reside en las maquetas vivientes que Diego, con su voz especial y profundamente conmovedora, hace viajar a todas las personas en el tiempo a la época.

Parafraseando a Diego, él afirma con firmeza que todas las personas en Colombia necesitamos conocer esta otra memoria. Comprender que Simón Bolívar es una parte de la historia. Entender que Santander fue fundamental en la construcción de lo que hoy somos como Nación. Su preocupación es palpable: abre el corazón del museo a niños y jóvenes, profundamente preocupado por la falta de divulgadores serios de la historia y la memoria. Mantiene las puertas abiertas para encontrarse con quienes quieran realmente la historia completa del país.

La Batalla Grande: Instituciones vs. Caudillismo

A raíz de mis dos conversaciones con Diego Fonnegra sobre el propósito del museo y su lucha por la memoria, yo interpreto y parafraseo su visión central: Colombia necesita a Santander ahora más que nunca. La narrativa histórica dominante, como me recalcó Diego, tiende a glorificar la gesta militar de Bolívar, el carisma, el sueño continental. Esta visión omite la obra civilista que le dio forma a la Gran Colombia.

Santander fue el constructor de nuestra institucionalidad. Mientras el Libertador soñaba con proyectos vitalicios y gobiernos centralizados, el Hombre de las Leyes se concentró en la tarea menos glamurosa, aunque más esencial: la fundación de la República sobre la base de la Constitución y la separación de poderes. Su legado nos recuerda que una Nación fuerte no depende de un líder mesiánico.

Feminismo Artesanal y la Memoria de las Mujeres

Como ciudadana y como feminista, me intriga profundamente la historia detrás de los héroes, especialmente la de las mujeres que los rodearon. Me llena de ilusión que la Casa Museo sea una esquinita de historia que se ha mantenido con esfuerzo personal, familiar y social, a pesar de que ha tenido que difuminarse entre los intereses partidistas y los comerciales. Yo creo que nuestro deber es recobrar ese hábito de buscar la memoria.

Queremos conocer a esas otras mujeres que fueron claves, cuyos nombres están verificados en fuentes históricas. Es un ejercicio de Feminismo Artesanal, buscando los hilos de la historia que cosieron Manuela Antonia de Omaña y Rodríguez (su madre, nacida en 1768); su esposa, Sixta Pontón Piedrahita; y sus hijas, Clementina Santander Pontón y Sixta Tulia Santander Pontón. Ellas, aunque no se autodenominaban feministas, sí que lo fueron en sus roles, defendiendo y sosteniendo un legado que hoy podemos visitar.

La historia de Bolívar ya la conozco. Me intriga que tanto sea cierto y que tanto sea fantasía en la historia de las mujeres de la época, como pasó con las Ibáñez, vendidas por una novela con la fantasía del erotismo, sacando de contexto su gran valor en la historia de la Nación. Basta con escuchar a Diego Fonnegra para querer conocer más sobre esta parte esencial de la historia.

El Llamamiento: La Resiliencia de la Memoria

Quiero como educomunicadora tener la oportunidad de conocer la otra historia y a esas mujeres que no se mencionan tanto. Esta columna es una invitación a la Resiliencia de la Memoria. Hago un llamado a todas las personas, especialmente a los estudiantes de historia, a proponer actividades educativas en este museo. Me encantaría ver a estudiantes de historia proponer actividades educativas que reactiven este espacio. Es un acto de justicia histórica y de justicia cognitiva darle a Santander el espacio que merece.

Acérquense a la Casa Museo Santander. Escuchen a Diego Fonnegra. Dejen que su relato detone nuevas preguntas. Cuidar la memoria del Organizador de la Victoria y el Padre de las Leyes es un acto de resistencia civil que nos enseña a valorar la República que construimos.

Para conocer de cerca el trabajo de Diego Fonnegra y la historia de la casona, puedes una Entrevista con Diego Fonnegra: “El inquilino de la casona”.

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