¿De qué Hablamos Cuando No Stalkeamos? La ética de la escucha en el diálogo con Santiago Rivas
untos las relaciones humanas, la escucha, la necesidad de desarmar el ego. Algo que me impactó fue que no le molestó que le dijera la verdad: que no siempre entiendo de qué habla, que no siempre estoy de acuerdo. Aun así, conectamos. De corazón a corazón. Esta búsqueda de la conexión profunda tiene un eco…
En esta modernidad tardía, la interconectividad nos da la ilusión de cercanía. Creemos que conocer a alguien es seguirlo, rastrear sus posts, consumir fragmentos de su vida digital.
Mas stalkear no es conocer.
Las herramientas digitales nos permiten acceder, sí, no obstante no necesariamente comprender. Conocer implica otra cosa: mirarse a los ojos, sin intermediaciones, en un momento de quietud.
Conocer es un espacio donde se activa el discernimiento y, sobre todo, donde se suspende el prejuicio. Conectar el alma —lo que sea que eso signifique— es un acto de presencia, no de consumo.
La comunicación auténtica no ocurre en la velocidad del scroll. Sucede en el espacio de la interpersonalidad reflexiva. Como plantea la investigadora Klondy Ordoñez Núñez en sus estudios sobre la brecha digital en educación: “La construcción del vínculo requiere más que interacción técnica; exige procesos de escucha, reconocimiento y reciprocidad” (La construcción educomunicativa virtual en tiempos de pandemia, 2020).
No basta con estar conectados, hay que estar disponibles. La interconectividad no garantiza ni intimidad ni comprensión. Nos volvemos expertos en personas que nunca hemos mirado de frente, y eso nos aleja de la posibilidad de descubrirlas realmente.
Romper la Burbuja, la Paternidad Consciente y la Ética de la Ternura
Hace años sigo a Santiago Rivas. Lo sigo sin haberlo escuchado completo nunca. La vida me come viva, y sus contenidos me llegan por partes. Soy una lectora fragmentada de un profesional que va más allá de esa fragmentación.
Aun así, aprendo. Es un hombre que se declara abiertamente de izquierda y que tiene un alto tono activista en sus temas. Sin embargo, su valor radica en otra parte:mantiene un admirable equilibrio entre su voz propia y la ética profesional que exige el periodismo serio. No es un fanático. Es un hombre de izquierda que no le teme a la autocrítica.
Su visión de la masculinidad, del país y, sobre todo, su mirada sobre la paternidad son transformadoras y disruptivas. En nuestro encuentro, por ejemplo, quedó claro que su unión afectiva es una decisión ética que rompe los esquemas de las normalidades impuestas.
Su elección de vivir en concubinato sin la necesidad del “papelito” o la bendición judicial es, en sí misma, una declaración política. Su paternidad, asumida con un profundo sentido de privilegio y responsabilidad, refleja esa misma honestidad radical que yo admiro.
La búsqueda no es ser un “superpapá”, sino un padre presente que concilia su vida profesional con su vida personal, entendiendo el amor familiar como un lujo. Es un ejercicio constante de coherencia.
Hace mucho tiempo quería hablar con él. Quería hacer el experimento de verlo cara a cara. Fue hermoso, créeme. Llegó en bicicleta. Nos reímos. Hablamos como si estuviéramos en una sala sin audiencia.
Pensamos juntos las relaciones humanas, la escucha, la necesidad de desarmar el ego. Algo que me impactó fue que no le molestó que le dijera la verdad: que no siempre entiendo de qué habla, que no siempre estoy de acuerdo. Aun así, conectamos. De corazón a corazón.
Esta búsqueda de la conexión profunda tiene un eco en el feminismo académico. El conocimiento, nos recuerda la filósofa Audre Lorde, no puede depender solo de la racionalidad; tiene que estar al servicio del sentimiento. La ética de la escucha —el proyecto Ante el dolor de los demás de la Universidad de los Andes lo subraya— se concentra en cómo se recibe al otro, más allá del cuerpo sufriente, comprendiendo su contexto relacional.
En estos días, una tuitera se ensañó con una opinión suya. No entendía por qué, aunque luego supe que había rencillas previas. Eso es lo que suele pasarme: me acerco a las ideas, no a las rencillas.
Lo único que pienso es que este país necesita menos fanatismo y más escucha. Necesitamos una educomunicación con procesos de metacognición sólidos. Escuchar. Entender. Comprender. Discernir.
Necesitamos aprender de la otredad mental y social.
Para mí, la ética educativa trata y tratará siempre de la honestidad. No solamente con mis fuentes, con mis invitados, sino con la audiencia y conmigo misma. Este encuentro con Santiago Rivas fue eso: un ejercicio genuino.
Una conversación sin máscaras. Un diálogo que dice: aquí estamos, intentando entendernos. Un pequeño acto de resistencia contra la polarización.
Dato curioso: este encuentro fue programado hace varias semanas. Alcancé a subirlo hace unos días. Entre el trabajo, la vida diaria y las coyunturas, apenas pude sentarme a escribir. Qué bueno poder hacerlo ahora, cuando la reflexión ya se ha macerado.
Gracias, Santiago, por haberte sentado a hablar con esta desconocida.
Y gracias a quienes leen estas líneas. Sé que soy escribidora, no escritora. Escribo para abrir conversación, no para cerrarla. Invito a la acción ética, no a la cátedra. Sigo creyendo que, a pesar de todo, aún es posible hablar de corazón a corazón.
🎉 Agradecimientos: La conversación que también fue paisaje
Agradecimientos especiales al grupo de producción que hizo posible este encuentro: al artista visual, videógrafo y fotógrafo Andrés Reina, cuya mirada sensible acompañó cada instante; a la maquilladora y asesora de imagen Vanessa Balveri, por su cuidado y calidez. Un reconocimiento muy especial a la Fundación Bio Entorno, por permitirnos grabar en su espacio, una organización que trabaja por transversalizar los derechos de la tierra con los derechos humanos. Gracias a su presidenta, Silvana Mujica, por abrirnos las puertas con generosidad y convicción ética. La conversación también fue paisaje, y ese gesto lo hizo posible.
🎥 Te invito a ver el diálogo completo. No es una entrevista, es un encuentro. Un espacio donde las ideas se cruzan con la ternura política, donde la escucha se vuelve acto ético. Aquí está:
Deseo que este ejercicio comunicativo te toque el alma como me tocó a mí.
Mar Candela
Periodista Para el desarrollo humano – Comunicadora para la vida y las resistencias. Edu comunicadora , Escribidora, disléxica , neuro divergente, Autista. madre. esposa ,Ama de casa . Ácrata
Quién propuso la iniciativa de Feminismo Artesanal – Expositora de opinión y este es un espacio de reflexiones desordenada con textos largos.
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