PauLab Laboratorio Digital / Un clic hace la diferencia

Publicado el Paula Castillo Lenis

Un cumpleaños en cuarentena

Cumplir años en cuarentena.
Cumplir años en cuarentena.

 

Cumplir años para muchos es un día cualquiera, pero lo cierto es que el día del cumpleaños se siente como si se tuviera una inmunidad, un comodín que uno puede utilizar a su antojo. Y la verdad es que cumplir años en estos tiempos es un verdadero privilegio, y lo único que se puede hacer es agradecer infinitamente a Dios por la vida.

A muchas mujeres no les gusta decir la edad, pero a mí se me llena la boca contándoles que cumplí 36 años. Zoom hizo que mi celebración fuera todo un acontecimiento familiar. Explicarle a mi mamá a manejar la herramienta no fue tarea sencilla, pero se logró. Y nos tomamos unos vinos virtuales maravillosos.

Mi cumpleaños cuarentenudo me ha hecho reflexionar sobre la importancia de lo realmente relevante. Y no les puedo negar que hay momentos duros en esta cuarentena, no por el encierro, sino por la incertidumbre que genera toda esta situación. Pero la verdad es que han sido días enriquecedores. Quién lo pensara, pero hasta me he desprendido de los dispositivos móviles y el computador para compartir con mi esposo y mi hija. Muchos dicen que la convivencia es compleja por estar todo el tiempo en el mismo espacio, pero para nosotros ha sido un bálsamo. Nos comprendemos tanto que hasta nos parece extraño que todo sea tan perfecto.

Amo ser la ama de casa que nunca en mi vida había sido. Amo cuidar a mi hija con tanta dedicación. Amo lavarle los calzoncillos a mi esposo y amo cocinar todos los días. Hasta he descubierto un talento oculto, todo lo que preparo me queda para chuparse los dedos, y no lo digo yo, lo dicen ellos que me alaban cada vez que terminan de almorzar. Ese para mí es el mejor pago que puedo recibir.

Mi hija de dos años y medio me recuerda todos los días que no puedo salir ni a la terraza porque el Coronavirus está afuera. Y por supuesto que le hago caso. No me dan ganas ni de salir al balcón. Solo salgo a aplaudir a la policía cuando pasa a hacer sonar las sirenas y a recordarnos que ellos están afuera jugándose la vida con tal de que nosotros estemos bien, algo que valoro profundamente.

Me río a carcajadas porque cuando estoy haciendo tareas con mi hija identificando objetos para que aprenda las vocales, cada vez que ve una olla y una escoba ya la relaciona conmigo. ¡Ni modo! Así es la vida, a lo que más le he tenido pereza es lo que me esta enseñando hoy a ser mejor persona porque se siente bien servir con amor y dedicación para que tu familia esté bien y cómoda.

Hoy comienzo un nuevo año de vida. Mis días transcurren caminando con poca ropa por la casa, la chancla y la babucha se convirtieron en mis verdaderas cómplices y el mecato en mi salvación porque así me siento todos los días como si estuviera de paseo, pasando vacaciones en una casa de verano.

Todo sirve para lograr que la vida sea más fácil y llevadera. Todo. Valoro inmensamente cada día porque jamás me imaginé estar en una situación así. Pero agradezco a la pandemia por tantos aprendizajes en tan poco tiempo.

Estar en mi casa es lo mejor que me puede pasar. Disfruto arreglarla, hacer de comer, escribir, leer, ver documentales, jugar con mi hija, atender a mi esposo, hacer ejercicio y comer en cantidades alarmantes. No sé por qué da tanta hambre, cada diez minutos abro la nevera, pico, me invento recetas. Mejor dicho, el Coronavirus me hizo dar cuenta que tengo cerebro de gordito. No he terminado de desayunar cuando ya estoy pensando en las medias nueves, y así durante todo el día.

Esa ansiedad debe ser producto del desasosiego que causa tanta noticia. ¿Cuándo volverá todo a la normalidad?

Posdata: nunca en mi vida había lavado tanta loza. Nunca. Cuando pienso que ya acabé de lavar una tanda y me siento triunfadora porque veo la cocina impecable, como por arte de magia aparecen platos, vasos y cucharas sucias y vuelvo arrancar y así se pasan los días. Entre vajilla sucia, videoconferencias de trabajo, rutinas de ejercicio guiadas por mi negrito de YouTube (Fausto), cocinar, lavar, planchar, comer, comer y comer.

¡Feliz cumpleaños a mí!

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