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Publicado el Paula Castillo Lenis

No seremos los mismos después del Coronavirus

No seremos los mismos después del Coronavirus
Antes también se vivieron pandemias, pero no fue lo mismo porque no existía la tecnología.

 

Cuando pase la pandemia debemos estar preparados porque nadie será el mismo. Muchos dirán que todo será igual, pero lo dicen desde ese pesimismo con que siempre han mirado y han vivido la vida. Pero si de algo debemos estar seguros es que no seremos los mismos, porque el Coronavirus llegó para sacudir a la humanidad y mostrar que hay una forma de vivir que no se había experimentado y que sí es posible sobrevivir.

Algunos dirán en estos momentos que antes también se vivieron pandemias, pero no fue lo mismo porque no existía la tecnología y mucho menos las redes sociales, y solo ese punto hace que la situación sea extremadamente diferente.

No seremos los mismos porque cuando acabe todo entenderemos por fin que no somos imprescindibles para el mundo. Y si nos sentimos el ombligo del universo comprenderemos que nuestro ego no es más que un palo en la rueda para sí mismos y para quienes nos rodean.

No seremos los mismos porque por fin entenderemos que nuestra familia es lo único seguro que tenemos y que debemos cuidar. No seremos los mismos porque ese imaginario colectivo que todos tenemos acerca de la convivencia no es una prueba, sino un instinto que no debería ser catalogado como reto sino más bien como el valor agregado que se le debería imprimir a la vida para convivir no solo con tu pareja, ni con tus hijos, ni con tus padres, ni con tus hermanos, sino también con tus vecinos, con tus compañeros de trabajo, con la naturaleza y hasta con los que te sientas al lado en el transporte público, mejor dicho, con el mundo en general.

No seremos los mismos porque ese trabajo cumpliendo horario de oficina, al que muchos califican como estable, no es tan estable como pareciera. Porque con una crisis fuerte tambalea. Y por eso habremos entendido que es mejor tener otra opción de ingreso económico y que poner todos los huevos en la misma canasta puede resultar perjudicial para ti y tu familia.

No seremos los mismos porque el teletrabajo habrá evidenciado varios escenarios: que no es necesario el desplazamiento hacia las oficinas porque muchas tareas se pueden realizar desde la casa; que la reunionitis es un verdadero virus que baja la productividad y que muchos anuncios de esas reunionitis pueden ser meros correos electrónicos; que algunos empleadores habrán pelado el cobre queriendo mostrar su control a través de videoconferencias constantes para darse cuenta que sus trabajadores no están ‘mamando gallo’; que el teletrabajo fue más bien teleesclavitud y que sus horarios laborales se extendieron hasta por 15 horas; o que trabajar a control remoto aumenta la productividad.

No seremos los mismos porque habremos entendido que el papel que desempeñan los educadores en los jardines infantiles, colegios y universidades presencialmente es un apoyo invaluable para los padres. Porque esa ayuda de terceros con la formación de nuestros hijos es un verdadero tesoro.

No seremos los mismos porque por fin muchos habrán comprendido que no es necesario hacer eternas filas en los bancos sino que las transferencias digitales y los pagos virtuales son posibles. Y que de esa forma no solo se harán la vida más fácil sino que además estarán dando un paso gigantesco de transformación digital.

No seremos los mismos porque por fin se entenderá la ardua labor de las [email protected] de casa. Que esas jornadas laborales se saben cuándo comienzan pero no cuándo acaban. Que mantener la casa en orden, hacer de comer y cuidar a los hijos es una tarea titánica para guerreros.

No seremos los mismos porque comprenderemos que para trabajar y cuidar los hijos al tiempo se necesita no solo practicidad sino también mucha paciencia, y nos hará más fuertes a la hora de anteponer a nuestros hijos por encima que aquellos jefes que piensan que el trabajo es lo único importante en la vida, y que un hijo nunca será un obstáculo para un desarrollo profesional exitoso.

No seremos los mismos porque si antes no nos gustaba hacer ejercicio ahora habremos entendido que con hacerlo no solo se despeja la mente, sino que es una buena práctica para hacer que nuestro cerebro piense y responda diferente ante situaciones de estrés y de miedo. Y nos habremos dado cuenta que nuestra casa puede ser acondicionada para hacer actividad física y hasta pensaremos dos veces antes de pagar un gimnasio.

No seremos los mismos porque ahora será más fácil explicarle a los hijos adolescentes que no pasa nada si se quedan en su casa un fin de semana y que no es el fin del mundo si no salen con sus amigos a callejear.

No seremos los mismos porque por fin valoraremos como se merece a los médicos, enfermeras, analistas de laboratorio, personal sanitario, teleoperadores, trabajadores de limpieza, servicio doméstico, domiciliarios, transportistas, cajeros de supermercado, agricultores y hasta gobernantes. No es fácil estar en sus zapatos.

No seremos los mismos porque habremos comprendido que quejarse será considerado como una verdadera pandemia.

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