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Canasta de frutas (1997). Fernando Botero.

Por sus frutas los conoceréis, al escucharlos, sabréis que son colombianos! En efecto, los colombianos, disfrutamos las frutas, por lo cual conjugamos los jugos, es decir, expresamos en nuestro vocabulario este afecto natural. A las frutas les atribuimos cualidades humanas o sobrenaturales, como las del jugo de borojó o el chontaduro. Eso se constata en nuestra jerga cotidiana. Aquí va esta ensalada de frutas, preparada para el gusto del lector.

Aguacate. Se dice que a ciertos deportistas y otras celebridades, los maduran como a los aguacates, a punta de periódico.

Breva. Existe acaso una fruta más colombiana que la breva? Esta fruta llamada higo en otros lares, la cual hace uno de los mejores duetos nacionales con el arequipe, sirve de fondo para la expresión “más blando que una breva”, designa a alguien débil o comprensivo, como quiera verse.

Coco. De niño a uno lo asustaban con el “coco”, aunque en la realidad el miedo adopte el nombre de otra fruta, la “fresa” odontológica. El coco, es ambivalente, sirve para indicar a una persona muy fea o muy inteligente. También sirve como referencia filosófica, “el que sube como palma, baja como coco”.

Curuba. Fruta muy colombiana, que motiva una expresión alegórica del éxito, la cima, el mejor momento, estar en el “curubito”.

Durazno. Cutis sano y terso, es lucir “piel de durazno”.

Guama. Fruta que tiene unas pepitas con propiedades atléticas y asépticas, “salió como pepa e’ guama”, “más limpio que pepa e’ guama”.

Guayaba. Con esta fruta, materia prima de bocadillos, jaleas y otras delicias, se podría hacer un libro, de hecho ya existe, “El olor de la Guayaba”, inspirado en una expresión garciamarquiana. Un comediante “cienciólogo” puso de moda a la “generación de la guayaba”. El guayabo, tiene para los colombianos dos significados, resaca dolorosa o nostalgia triste. Cuando se habla de una confrontación desigual se dice: “pelea entre toche y guayaba madura”. Para información de los extranjeros, un toche es un pájaro o un colombiano nortesantandereano, ambos amantes de la guayaba. Los discípulos de Job hablan de la “paciencia de la guayaba”.

Limón. Amargo como un limón. Para delatar a un confianzudo o abusivo, se mezclan dos frutas en la misma expresión: ¨no se le ofrece una limonadita de mango? De igual forma, cuando una persona es insegura o sin criterio, se dice: “ni¨ chicha ni limonada”. En cambio, alguien decididamente amargado es “más agrio que un limón”.

Lulo. Esta fruta que se convierte en delicioso jugo, es sinónimo de piropo, cuando alguien le dice a otra persona: Estás como un lulo!

Mamey! Algo sencillo o fácil de realizar.

Mamón! Este pequeño fruto, conocido también como mamoncillo, golosina de la infancia, generalmente denota una situación o una persona incómoda o molesta.

Mango. El mango, forma coloquial de llamar al corazón, precisamente por su coloquial forma. Para llamar a alguien inmaduro se le califica como “mango biche”.

Manzana. Desde que le achacaron a esta fruta, todos los males de la humanidad, no le ha ido muy bien en nuestra jerga. Se habla de la “manzana de la discordia”, así como de la “manzana podrida”, esa que puede echar a perder a las demás. Aunque un manzano, es un tipo juicioso y tranquilo, un “man” sano.

Maracuyá. La llamada fruta de la pasión que en otras latitudes llaman parchita o calala, sirve como referencia de lugar lejano, “acá, allá o maracuyá”.

Melón. Los paisas tienen un refrán y ellos sabrán el motivo, “el melón y la mujer son difíciles de conocer”. En plural es sinónimo de “millones”, ejemplo: diez “melones” de pesos. Alguien muy dulce puede ser conocido como “corazón de melón.

Naranja. Su mitad es la pareja, la media naranja. La “piel de naranja”, alude a una piel con celulitis, muy diferente a la piel de durazno. Naranjas! Alguna vez fue una respuesta negativa equivalente a no, nones, nanay cucas.

Papaya. Esta es una de nuestras frutas preferidas, lo que se deduce por la cantidad de dichos relacionados con su naturaleza suave y generosa. “Dar papaya”, sinónimo de oportunidad. “A papaya puesta papaya partida”. “De papayita!” Algo muy fácil.

Pepino. El colombiano con su olfato para los negocios suele decir “me importa un pepino”, pero los productores nacionales no están de acuerdo con la posibilidad de traerlos de otras tierras.

Pera. Símbolo de excelencia que contrasta con incapaces e ineptos, “no pedirle peras al olmo”. “No es cualquier perita en dulce”, es decir, es una persona difícil.

Piña. A una niña de mirada bella y expresiva, suele decírsele que “tiene más ojos que una piña”. En cambio a un tipo feo como el ex dictador panameño Noriega le dicen “Carepiña”.

Uva! Antónimo de “ceba”. Dos expresiones juveniles algo caducas que señalaban agrado o molestia. En cambio la uva pasa, es señal de vejez, “arrugado como una pasa”. Todos, jóvenes y viejos, nos encontramos en “La viña del señor”.

Como se observará, se eliminaron alusiones anatómicas que suelen emparentarse con bananos y melones, tampoco se incluyó una fruta muy temida por los deudores, la mora, ni se hizo mención de los jugos gástricos.

Las frutas son uno de los fundamentos de nuestra economía, basta enumerar las “fruterías” de pueblos y ciudades. Siempre están a la mano, incluso en las “duras y las maduras”. Aparte de dulces y nutritivas, son fuente de nostalgia, o quién en Colombia no extraña la voz del pasado que va tirando un carrito, gritando “manzana / uva, manzana / uva”.

Dixon Acosta Medellín

En Twitter en ocasiones degusto ensalada de frutas como: @dixonmedellin

Avatar de Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

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