Pasado el día mundial de la felicidad, llega el institucionalizado día de la poesía. Después de la alegría, llega la melancolía? Es necesario consagrar un día específico para celebrar algo que debería fluir naturalmente? Nos convertimos los seres humanos en autómatas signados por un calendario para recordarnos las cosas importantes de la vida? Sea como fuere, que sea un motivo celebrar la poesía y con la misma felicidad del día anterior.
En honor a los poetas, a los malditos y benditos, a los idos y presentes, unas palabras deshilvanadas, sobre un oficio misterioso cuyos mejores frutos, pueden llegar de repente en una iluminación momentánea o resultado de un trabajo minucioso como el del científico.
LABORATORIO
Medir
cada una
de las palabras
con regla milimétrica.
Sopesarlas
en una
balanza de oídos.
Practicar
un corte transversal
verlo bajo el microscopio.
Hacerlo
reaccionar con el
catalizador adecuado.
Por último
tomar un cedazo de papel
y hacer la filtración.
Leer
el resultado… guardando el secreto.
Dixon Acosta Medellín
En Twitter: @dixonmedellin