Hoy 21 de marzo, día internacional de la poesía, dejo tres poemas que evocan la biblioteca, un entrañable sitio para quienes gustamos de la lectura. Jorge Luis Borges suponía que si el paraíso existía, debía ser una biblioteca. Los bogotanos somos afortunados al contar con refugios de libros tan evocadores como la Luis Ángel…
Hoy 21 de marzo, día internacional de la poesía, dejo tres poemas que evocan la biblioteca, un entrañable sitio para quienes gustamos de la lectura. Jorge Luis Borges suponía que si el paraíso existía, debía ser una biblioteca. Los bogotanos somos afortunados al contar con refugios de libros tan evocadores como la Luis Ángel Arango, la Virgilio Barco (cuya imagen encabeza este texto), toda la red de bibliotecas públicas y otras escondidas pero igual de especiales como la de la Universidad Nacional, la Academia Diplomática o la pequeñita del barrio Paulo VI, que nos han proporcionado gratos momentos.
LA BIBLIOTECA
A la biblioteca Luis Ángel Arango.
Una biblioteca
se reconoce
por sus sonidos
y sus silencios.
Las pisadas
por los pasillos
los cuchicheos
y las risitas
de las niñas.
El pasar rápido
de las hojas
al ojear.
El sonido de los
ojos al leer,
el silencio de las
bocas al callar.
*****
Los libros de la biblioteca
son como las mujeres públicas:
Se usan, se toman
se manosean, se ojean;
son deseados, pero no amados.
Son utilizados cuando
hay una gran necesidad,
cuando hay curiosidad,
siempre de afán y en voz baja
pero nunca se llevan a casa.
Y al final terminan
sucios, arrugados e incompletos.
*****
Te esperé en la biblioteca
durante tres libros, dos revistas
y un aviso que pedía silencio.
Como verás, durante mucho tiempo.
No llegaste, a pesar de desesperarte.
Así que no pude seguir con tu lectura.
Con la lectura lenta y compleja
de tus ojos, tus gestos y otros
deliciosos e intrincados capítulos.
Dixon Acosta Medellín
Nota: Estos poemas fueron publicados con los apellidos de pila de su autor hace algunos años en el suplemento literario del diario La Prensa.
En Twitter en ocasiones encuentro poesía como @dixonmedellin
Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)
Advenedizo extraviado en la dimensión desconocida. Alguna vez aspirante a diletante cronopio y decantado en aceptable fama. De los pecados, errores y calamidades cotidianas me rescata Patricia, incondicional compañera. Cuando salgo del espejo de Alicia, me pongo corbata, apellidos de pila e intento aplicar lo aprendido en la Universidad Nacional de Colombia y otros gratos centros de estudio, en la diplomacia. Estuve en el desierto y ojalá pudiera dejar huella.
En horario no laboral me pueden ubicar en Twitter:
@dixonmedellin
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