Líneas de arena

Publicado el Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)

Los Hijos de la Panela

Panela en diversas presentaciones

Cualquier lector colombiano entenderá el título de este artículo. Pero amigos de otros países quizás necesiten algo más de ilustración como el director de El Correo del Golfo, Rafael Pérez Unquiles, quien hace unos años durante una feria de alimentos celebrada en Dubái se interesó mucho en la panela, uno de los símbolos colombianos por excelencia y uno de los productos que se exhibía en dicha feria.

 

La panela es el producto que resulta de secar el jugo de la caña de azúcar a altas temperaturas hasta que se solidifica en unos moldes de diversas formas como tabletas o ladrillos. La panela es originaria de América Latina y recibe diversos nombres como papelón, raspadura, piloncillo, atado dulce y otros. En la India, Pakistán y Sri Lanka también se produce recibiendo nombres como gur o jaggery. De hecho, actualmente la India es el primer productor mundial de panela y Colombia el segundo.

Los colombianos somos hijos de la panela, no en vano pasamos de la leche materna al tetero (leche combinada con agua de panela), bebida que además podría competir por su sabor con el café, el chocolate o el té. La panela hace parte de gastronomía colombiana en múltiples formas, como edulcorante reemplazando al azúcar, ingrediente de postres y dulces tradicionales o en forma de bebida, llamada “agua de panela”, que tanto fría o caliente y con limón, puede usarse como refrescante o medicina. La panela cuenta con propiedades nutricionales al contener proteínas, minerales y vitaminas.

Los “escarabajos”, legendarios ciclistas colombianos que empezaron a ser conocidos en Europa en los setentas y ochentas del siglo pasado, lo hicieron impulsados por ese endulzante y alimento natural, era su único “doping” con el bocadillo veleño (otro dulce colombiano que proviene de la guayaba nostálgica). Los deportistas colombianos que subían montañas a punta de panela, ignoraban que se enfrentaban a atletas que efectivamente sí estaban impulsados por sustancias químicas y métodos prohibidos, como se demostró posteriormente, pero esa es otra historia.

Si alguien en Colombia, al menos en la parte andina del país, se siente enfermo, con una gripa, no hay nada mejor que tomarse en la noche agua de panela caliente con limón, ponerse a sudar cual desesperado y amanecer como nuevo a la mañana siguiente.

Si bien al café de Colombia, el mejor café suave del mundo, lo llevamos en el corazón, no podemos negar que la panela circula por nuestras venas.

Dixon Acosta Medellín

Este artículo fue publicado con los apellidos de pila del autor en «El Correo del Golfo», único medio en español de la península arábiga.

En Twitter en ocasiones saboreo la panela como @dixonmedellin

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