Existe una controversia no declarada, una duda sustancial sobre un tema que no debería suscitarla, la nacionalidad colombiana de Simón Bolívar, primer presidente de la República de Colombia. En el pasado, algunos compatriotas han dudado sobre la nacionalidad colombiana del Libertador e incluso la Corte Suprema ha debido intervenir. Da la impresión que sería necesario…
Nota preliminar: El siguiente artículo fue publicado en diciembre de 2022 en la Revista “Bitácora de San Carlos” del Ministerio de Relaciones Exteriores con mi nombre de pila (Dixon Moya). El contenido expresa la opinión del autor y no compromete la posición oficial de la Cancillería colombiana.
Resumen: Existe una controversia no declarada, una duda sustancial sobre un tema que no debería suscitarla, la nacionalidad colombiana de Simón Bolívar, primer presidente de la República de Colombia. En el pasado, algunos compatriotas han dudado sobre la nacionalidad colombiana del Libertador e incluso la Corte Suprema ha debido intervenir. Da la impresión que sería necesario que se resolviera de fondo y evitar la controversia en el futuro.
“Y quiero ser ciudadano para ser libre y para que todos lo sean. Prefiero el título de ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra y aquél emana de las leyes. Cambiadme todos mis dictados por el de buen ciudadano.”
Bolívar.
Cúcuta, 1821.
El gran periodista y escritor Daniel Samper Pizano, a propósito de la posesión del presidente Gustavo Petro, escribió una columna en la que rememoraba la relación de los mandatarios de origen costeño en nuestro país, tanto de la región Caribe como Pacífica, la cual es más bien escasa. Noté una ausencia fundamental y le escribí a Don Daniel, como le suelo llamar, recordándole que en la lista faltaba el primer presidente de Colombia, Simón Bolívar, quien nació en Caracas, la capital venezolana, a escasos kilómetros del mar Caribe.
El reconocido cronista me respondió amablemente, como es su costumbre, para decirme que no había sido olvido, que sí había pensado en Bolívar, pero que luego de consultar a varios historiadores, no estaba definida la nacionalidad colombiana del Libertador. Al parecer unos especialistas opinan que sí era colombiano y otros que no, lo cual me parece un contrasentido en toda regla, una nueva afrenta a la memoria de quien no sólo nos dio la libertad, sino la identidad misma, o acaso se nos olvida, ¿a quién se le ocurrió que el país se llamara Colombia y sus habitantes, colombianos? El mismo mandatario que en sus proclamas se dirigía a los colombianos como sus conciudadanos. Es necesario recurrir a la historia, para no caer en la histeria.
Desarrollo:
El origen de Colombia es reivindicatorio, pues en la mente de muchos americanos quedó la idea de hacer un acto de justicia para nombrar al llamado Nuevo Mundo o parte de él, con una referencia directa a Cristóbal Colón, lo que se había frustrado cuando unos alemanes decidieron que el continente descubierto se llamara América y no Colombia. Ese espíritu reivindicativo se dio tanto en la parte anglosajona como en la hispanoamericana. Son numerosos los lugares de América del Norte con el nombre Columbia, que suele generar confusión con la denominación de nuestro país.
Fray Bartolomé de las Casas en su obra “Historia de Indias” había propuesto el nombre de Columba, para designar los territorios descubiertos por Colón. Pero sería el precursor de la independencia latinoamericana, Francisco de Miranda quien comenzó a utilizar el nombre Colombia, para referirse a la América Española y pensando en una gran nación que pudiera aglomerar a las colonias españolas.
Miranda también diseñó la bandera colombiana, y aparte de mitos y leyendas románticas (se decía que era para recordar la rubia melena, los ojos azules y labios rojos de su amante, Catalina la Grande o que esta le había dado una bandera rusa, cuyo color blanco se había vuelto amarillento por los viajes), la verdad es que Miranda tomó los colores del escudo de armas de Cristóbal Colón, oro, azul y rojo, homenaje adicional al navegante genovés.
Simón Bolívar, retomó la iniciativa de Miranda, dejándolo escrito en un célebre texto, escrito en su exilio jamaicano en 1815, la llamada Carta de Jamaica (titulada originalmente Contestación de un Americano Meridional a un caballero de esta isla), la cual originalmente escrita en inglés, con anotaciones en francés, conforme el manuscrito que se conserva en el Archivo General de la Nación, un verdadero tesoro documental.
“La Nueva Granada se unirá con Venezuela…Su acceso es fácil y su situación tan fuerte que puede hacerse inexpugnable. Posee un clima puro y saludable, un territorio tan propio para la agricultura como para la cría de ganado, y una grande abundancia de maderas de construcción…Esta nación se llamaría Colombia como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio.”
Ahora bien, siguiendo el mismo argumento, de quienes niegan la nacionalidad colombiana a Bolívar, habría que decir que originalmente su nacionalidad era española, pues Venezuela, no era una entidad jurídicamente independiente para la fecha de su nacimiento, pero como Bolívar luchó contra la dominación española, difícilmente se podría sostener que él lo fuera, al final, quizás algunos quieren verlo como un apátrida, herederos de aquellos que lo humillaron en vida. Bolívar debe ser considerado tan colombiano como venezolano, así como boliviano o mexicano, países que en vida del Libertador, le otorgaron la ciudadanía a título honorífico.
Es interesante conocer que Bolívar recibió de manera honorífica, la nacionalidad mexicana en 1824, cuando el Congreso Constituyente de México, siguió la propuesta del diputado Servando Teresa de Mier, quien deseaba homenajear al más importante libertador de América, en un momento en que la República reemplazaba al Imperio mexicano, sin olvidar que eran países fronterizos, pues Costa Rica hacía parte de México, así como Panamá lo era de Colombia.
Ante la duda planteada, he realizado una somera investigación a distancia, que ojalá sea acicate para historiadores profesionales o interesados en el tema que puedan llegar a una definición sobre la duda. En el transcurso de esta búsqueda, encontré lo que podría ser un documento definitivo, la demanda que buscaba la inexequibilidad de la Ley 31 de 1979, la cual consagraba diferentes actos para conmemorar el bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar y el sesquicentenario de su muerte. La demanda de un ciudadano se sustentaba en un argumento, que Bolívar no ostentó la nacionalidad colombiana.
La citada ley del 17 de mayo de 1979, reconocía a Simón Bolívar como Padre de la Patria y consagraba una serie de actividades destinadas al homenaje del Libertador, dentro de las cuales estaba la construcción de un parque popular en la zona del Salitre, destinado a honrar la memoria de Bolívar.
Ahora bien, la mencionada demanda, se fundamentaba en la siguiente afirmación textual:
“Las leyes de honores se restringen a conmemorar los grandes servicios prestados a la Patria por ciudadanos colombianos y quizá como contradicción histórico-político-jurídica el Libertador y Padre de la Patria Simón Bolívar no fue ciudadano, para lo cual a la luz de la Constitución se requiere ser colombiano y mayor de edad. Sucede que nuestro Libertador fue venezolano y pudiendo talvez por adopción acogerse a nuestra nacionalidad nunca lo hizo ni norma positiva de la República le pudo conceder tal carácter, ni pudo tener dos nacionalidades.
“Esta infracción cobija todo el articulado de la ley acusada”.
La Corte Suprema, en buena hora desatendió la demanda, de la siguiente forma:
“Para la Corte Suprema de Justicia, categórica afirmación que hace desde el inicio de este fallo, Simón Bolívar no solamente fue ciudadano colombiano sino el creador de Colombia. No fue un apátrida, persona carente de nacionalidad, sino un eupátrida, genitor y engendrador de naciones. Su derecho de ciudadanía está inscrito en el agradecido corazón de veinticinco millones de colombianos.
Hay evidencias en el orden jurídico, político y social de tal magnitud como las existentes en el mundo de la naturaleza: el esplendor del sol, la majestad del mar, la imponencia de las cordilleras. Tratar de negar la colombianidad de Bolívar equivaldría a afirmar que Napoleón no fue francés sino corso.”
Luego la Corte hace un repaso histórico, en el cual registra cómo en la ciudad de Angostura, se expidió el 17 de diciembre de 1819 la Ley Fundamental de la República de Colombia, cuando Venezuela y la Nueva Granada, quedaron reunidas en una sola entidad, bajo el título glorioso de República de Colombia, lo cual fue refrendado en la Constitución de Cúcuta de 1821, en cuya clausura, Simón Bolívar pronunció la célebre frase con la cual encabezamos el presente texto.
La Corte recuerda algo fundamental, que la Constitución de 1830, vigente cuando falleció Bolívar, disponía que eran colombianos por nacimiento “todos los hombres libres nacidos en el territorio de Colombia” y que el territorio de la República lo comprendían las provincias de las antiguas Nueva Granada y Venezuela. De igual forma, la Corte menciona un Decreto de mayo de 1830, por el cual se honraba al Libertador, cuyos dos primeros artículos rezaban:
“Artículo 1° El Congreso Constituyente, a nombre de la nación colombiana, presenta al Libertador Simón Bolívar el tributo de gratitud y admiración a que tan justamente lo han hecho acreedor sus relevantes méritos y sus heroicos servicios a la causa de la emancipación americana.
“Artículo 2° En cualquier lugar de la República que habite el Libertador Simón Bolívar será tratado siempre con el respeto y la consideración debidas al primero y mejor ciudadano de Colombia“. (Subrayado de la Corte).
Parecería que la Corte ya zanjó cualquier asumo de duda sobre la nacionalidad colombiana de Simón Bolívar, al afirmar: “Es pues, de una deslumbradora evidencia, ante los imperativos de la historia, de la moral universal y de los mismos jurídicos-políticos, que el Libertador Simón Bolívar fue, y murió siéndolo, ciudadano de Colombia y el más eminente de todos.”
No obstante, hay personas que afirman que la República de Colombia que cesó en 1830 y conocida por la posteridad como la Gran Colombia, era una entidad jurídica diferente a la actual Colombia, que ha pasado por diversas constituciones políticas y que las decisiones políticas, sociales y legales que se produjeron en el periodo mientras se mantuvo como país soberano, no pueden ser transferibles a la nueva entidad, es decir, a nuestro país en la actualidad.
Sin embargo, aunque no pareciera necesario refrendar lo evidente, que Bolívar ha sido el primero y mejor ciudadano colombiano, no faltará quien diga que las Constituciones anteriores a la de 1991, no contemplaban el concepto de doble o múltiples nacionalidades para los colombianos. De hecho, se ha considerado que los colombianos que hubieran adoptado nacionalidades diferentes antes de entrar en vigor la actual Constitución, habrían perdido automáticamente la colombiana. En ese orden de ideas, no faltaría, o al menos no sobraría, un acto administrativo que refrende la nacionalidad colombiana del fundador de la Patria.
En la mejor tradición leguleya de Colombia, al parecer falta el acto administrativo que oficialice, algo que a muchos nos parece natural y obvio, la nacionalidad colombiana de quien inventó a Colombia y aunque sea una paradoja, una contradicción en toda regla. Para despejar cualquier duda futura, creo que lo más conveniente es que el presidente de la República que ha delegado al Ministerio de Relaciones Exteriores la facultad de conceder la nacionalidad colombiana a ciudadanos extranjeros, en una ceremonia póstuma le conceda a Bolívar lo evidente, su natural nacionalidad colombiana.
Dixon Acosta Medellín
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Dixon Acosta Medellín (@dixonmedellin)
Advenedizo extraviado en la dimensión desconocida. Alguna vez aspirante a diletante cronopio y decantado en aceptable fama. De los pecados, errores y calamidades cotidianas me rescata Patricia, incondicional compañera. Cuando salgo del espejo de Alicia, me pongo corbata, apellidos de pila e intento aplicar lo aprendido en la Universidad Nacional de Colombia y otros gratos centros de estudio, en la diplomacia. Estuve en el desierto y ojalá pudiera dejar huella.
En horario no laboral me pueden ubicar en Twitter:
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