Ligera de equipaje

Publicado el Maria Camila Peña B

Eliminando a “Terminator”

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La primera vez que cacé un Pez León sentí culpa. Antes de salir al mar abierto me habían entrenado en el Utila Dive Centre (Honduras) en los artes de la pesca con arpón. Aprendí a manipular el que se conoce como el pole spear en un taller de tres días, en el que a mí y a otros buzos nos capacitaron sobre las amenazas que representa esta especie invasora para el arrecife caribeño (de ahí su apodo de “Terminator”), y nos hicieron practicar nuestra puntería –a cinco metros de profundidad– con repollos y botellas de plástico desocupadas que se suspendían desde la superficie.

La real prueba vino después. Para nuestra graduación como “Buzos especializados de Pez León” debíamos cazar al menos un pez y depositarlo en el contenedor (en donde se transporta hasta la superficie con el fin de evitar cualquier tipo de contacto). Nos llevaron al norte de la isla de Utila (Honduras), a uno de los sitios de buceo en donde recientemente se habían avistado varios de estos especímenes, a unos 40 minutos en lacha. Descendimos a 18 o 20 metros, y al poco tiempo comenzamos a ver sus alargadas aletas de tonos naranja entre el coral.

Uno a uno, los buzos comenzaron a probar su puntería. La instrucción para un tiro limpio era clavar el arma en el cráneo, justo al lado de los ojos. Cuando llegó mi turno cargué el arpón, lo agarré firme y me acerqué lo mas lento posible al pez. Esa sin embargo fue mi debilidad. A menos de un metro de distancia, el Pez León se me mostraba a la defensiva, con sus aletas bien abiertas y brillantes, imponente, listo a escapar en cualquier momento. En ese instante me di cuenta que nunca antes en mi vida había matado deliberadamente a algún ser vivo y menos con un arma; y me di cuenta también que el animalito me miraba directo a los ojos, a la espera de mis movimientos. Fue un momento íntimo entre los dos: presa y depredador, ambos sabíamos que ya no había escapatoria.

El tiro fue todo menos limpio. El arma lo impacto, pero logró escapar herido y se escondió debajo de una roca.  Mi compañero de pesca (por seguridad, en buceo siempre se cuenta con un compañero) no tuvo reparo en rematarlo hasta lograr que dejara de moverse, el pez sucumbió a su destino. Yo por el otro lado no me di por vencida. Intenté con un segundo tiro, esta vez evité mirarle a los ojos y me concentré, en cambio, en la precisión del arpón que entró cortando la carne y los huesos de lado a lado. Ese fue mi primer Pez León, midió 20 centímetros y con su carne preparé ceviche para dos.

Desde entonces la caza de Pez León se convirtió en un pasatiempo. Hay quienes dicen que con esta práctica saqué mi lado oscuro, puede ser. En un principio, me interesé en hacerlo por mi convicción ambientalista, luego me di cuenta que era un delicioso manjar (carne blanca, jugosa y fresca). Para los que no saben, el Pez León es originario de las zonas tropicales del Indo-Pacífico y llegó aguas caribeñas por error, el primer reporte se registró en Dania Beach (Florida) en el año 1985 y a partir del 2000 se identificó como un pez invasor establecido. En Colombia, el primer registro fue en diciembre de 2008 en el Departamento del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. En la actualidad esta especie se encuentra por todo el Caribe, desde el Sudeste de los Estados Unidos hasta Venezuela.

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Al no ser originario de estas aguas no cuenta con ningún depredador y este, en cambio, es un voraz carnívoro (consume más de 70 especies de peces y varias especies de invertebrados). Además se ha podido establecer que en áreas altamente invadidas el Pez León ha logrado reducir las poblaciones de sus presas en 90% (Fuente: Bay Islands Conservation Association). De ahí que los únicos depredadores capaces de controlar sus poblaciones seamos nosotros, los seres humanos.

Fotos del campeonato de pesca de Pez León realizado en la isla de Utila (Honduras) en Octubre de 2013. La jornada dio como resultado un total de 400 capturas realizadas por buzos con tanque. El pez más grande midió 41 c.m. y el mas pequeño 6 c.m.

Fotos: María Camila Peña, Tomasz Krzyzowski.
Imagen mapa: Reef.org

 

 

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